Dahut y una inesperada atracción.
Historia fantástica de como un hombre normal acaba teniendo gusto por su inusual mascota, Dahut..
Al momento de abrir mis ojos, un infinito cielo rojo pálido tenuemente cubierto por un velo de humo, es lo primero que veo, doy un inútil intento por llevarme las manos a la cara para poder frotare los ojos. Mi cuerpo no responde, de hecho ni siquiera puedo soltar una vocal para pedir ayuda.
-¡AYUDA! NO ¡POR FAVOR!
El inconfundible grito de una mujer llega mis oídos, no me percate que escuchaba hasta ese momento, haciendo un esfuerzo enorme logro girar un poco el cuello, hacia la dirección del grito, yo también quiero pedir ayuda. En un fondo igual de rojo, en una neblina de polvo y en un marco de escombros veo una silueta humana, caminando torpemente. No parece estar a más de 60 metros.
-¡ALGUIEN AYUDEME!-
La silueta, se hace cada vez mas grande, pequeños resoplidos son expulsados de mi boca, casi siento que podre mover la mano derecha y gritar algo.
-Por fav… ¡AAAAAaa!
Una silueta, mucho más grande y apenas humana sujeta a la silueta femenina de la cabeza, callándola casi al instante, lo ultimo que veo son ambas siluetas deformarse para convertirse en una sola.
Dejo de intentar moverme o hacer algún ruido, un remolino de emociones y dudas me asaltan en un instante, de este momento solo saco 3 cosas en claro: mi nombre es Sam, de alguna manera toda esta situación es culpa mía y el nombre de Dahut…
Es difícil precisar hace cuanto fue, pero de un momento a otro, ella apareció en mi vida. En ningún momento sospeche de ella, pese a que siempre habían cosas que no cuadraban, no recuerdo cuando ni como fue que llego a mi casa, o como llegue a la resolución que su nombre seria Dahut, el hecho que siempre oliera bien o que parecía imposible, e indispuesta, a ensuciarse en lo más mínimo.
Ella era mi perra, una doberman hembra, de cuerpo fibroso, cuello largo, muslos traseros prominentes, rostro severo, pero mirada amable, con ojos que sentías capaces de ver a través de ti.
Pese a lo brumoso de mis recuerdos, algo es seguro, me fui alejando de mi familia después de conocer a Dahut, aunque mi posición económica mejoro. Al principio Dahut dormía en un lugar arrimado en la sala familiar, para luego tener su propia habitación en una casa que compre poco tiempo de independizarme de mis padres y llevármela.
Organizaba fiestas cada entre semana y salía de fiesta cada fin de semana, no tengo recuerdo de haber trabajado en ese periodo de mi vida, pero vivía muy bien, eso es seguro.
Poco a poco fue siendo menos constante en las fiestas, hasta que prefería quedarme en paz y a solas con Dahut, pasábamos horas viendo cosas a través del televisor. Ella a mi lado, recostándose en mi o durmiendo en mi regazo.
En una de esas sesiones, mientras usaba el canal el control remoto para ver algo, lo que sea, se abre una pestaña de una pagina porno, Dahut dormía y como hacia tiempo que no me daban ganas de masturbarse, pensé que no era un mal momento, pese a que yo no busque esa pagina.
Con cuidado aparte la cabeza de mi perra y baje una parte de mis pantalones cortos, hice algo de estimulación antes de proceder a lo mío, pero nada, parecía que no tenia ganas de reaccionar. Use el control para buscar algo más excitante, pero nada, mi pene simplemente no reaccionaba, ya un poco asustado, intente moverme de esa parte del sofá y no despertar a Dahut.
Pero sus ojos estaban abiertos, miraban la escena de como una mujer negra era penetrada por atrás por un hombre blanco.
Trague saliva, en ese momento sentí vergüenza por exponer a mi mascota a un espectáculo tan bajo… Luego entendería que ella no tendría vergüenza alguna en convertirme en su mascota. Impulsivamente trate de usar el control para cambiar lo que pasaba en pantalla, pero ella por primera vez me mordió, sorprendido y adolorido, solté el control y salte del sofá, para caer en la fina alfombra de la sala. Antes de exclamar algo, ella estaba ahí, encima mío, con sus patas delanteras sobre mis hombros y las traseras a cada lado de mis piernas, por Dios, olía especialmente bien ese día, un aroma dulce con ciertos toques a madera quemada, muy lejos de los de su especie. Mi primer impulso fue apartarme, pero quería oler ese aroma un poco más y un poco más, al final no pude apartarla, pero si buscar el espacio para abrazarla y pagarla más a mi cuerpo, ella se dejo caer encima mío, llevo su boca hacia mi oído y empezó a jadear, la abrace con mas fuerza y ella me mordisqueaba la oreja y el cuello.
Ella se aparto de mí, yo no quería eso y ella de un ladrido freno mi avance para volverla a abrazar. Mi respiración estaba agitada, mi corazón palpitaba a cien, ella se sentó y me miro a los ojos y un sentimiento de angustia se apoderaba de mi cuerpo. Tenia que abrazarla, tenia que sentirla, tenia que sentir su pelaje con mi piel, con toda mi piel posible, eso es, tenia que denudarme. Me desnude en menos de un segundo y como si ella aprobara eso, se abalanzo sobre mí, lamiéndome el cuello, el pecho, el estomago, mi pene.
Ella lo engullo de un bocado giro su trasero hacia mi rostro, con un poco de esfuerzo levantando mi cabeza de la alfombra, llegue a ver una maravilla, un delicioso y carnoso triangulo, su vulva hinchada a la espera que la lamiera. Por un segundo intente recordar si su vulva estaba así antes y en ese mismo segundo pensé que tal vez esta situación estaba mal, pero todo arrepentimiento se disipo cuando ella dio un ladrido enojado, como exigiéndome a devolverle el placer oral que ella me estaba dando y así lo hice. sus jugos eran deliciosos, era probar ese aroma a dulce y madera quemada, pero mucho mas intenso y embriagador, la textura de su vulva era maravillosa, un tozo de ardiente y delicada carne, que palpitaba al son de mi lengua, intente meter mi lengua dentro de esa gloriosa hendidura, pero apenas entraba un poco sentía un calor demasiado intenso, sentía que me quemaría la lengua y no lo intente, pues quería sentir toda la gloria de esa vulva y una lengua quemada me lo impediría.
Ella volvió a erguir mi pene en su boca, sentía como jugueteaba con mi pene, movía su lengua alrededor de mi glande, haciendo ruidos húmedos cada tanto, sentía el placer recorrer a través de mi medula espinal hasta el cerebro y entumeciendo mis piernas, como si a mi cuerpo no le importara ya esa parte, pues ya podía sentir como el placer se acumulaba en mi mastín. De pronto y de forma caprichosa, se detuvo, se aparto de mi, incluso golpeo sus patas traseras en el suelo, haciendo un ruido con sus uñas…
Se fue de la sala sin mediar mirada alguna, yo estaba confundido ¿Qué fue todo eso? ¿Por que un gesto tan poco humano de repente? ¿Acaso me lo imagine? De un momento a otro tome conciencia de mi denudes y de lo que estaba haciendo y me fui a bañar en el acto, sintiéndome la peor escoria del mundo.
Continuara.
Me encanto este relato y esta historia que se ha armado! Me encantaria seguir leyendote, y pronto! Saludos!
Wuuuuauuu que delicia de relato amigo, todo fue tan rápido que igual me excite y se bajó esa calentura cuando Dahut se detuvo, sigue contando, que mas paso, saludos 😁 😁 😁