De preferido del Sultán – a ser cogido por un caballo Persa
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En mis tiempos de niño andaba por las calles de mi país, era hijo de un padre borracho y una madre protectora pero al mismo tiempo muy ocupada trabajando porque tenia que alimentar a mi abuela , a mis 7 hermanos y a mi.
Era un día en la tarde y se me acerca un señor y me dice que me necesita para un trabajo y que si quería me pagaba por adelantado, voy y le consulto a mi madre y ella no ve problema y agradecida y sonriente recibe de este señor una fabulosa suma en dolares y un mercado para 3 meses ( se suponía que Yo iba a trabajar ese tiempo).
Es así como esa misma noche estaba saliendo del aeropuerto con míster Therence, yo era la primera vez que montaba en avión, tan solo tenia 12 años (faltaba pocos meses para cumplir 13), era delgado, piel morena, ojos café claro(miel),de buen cuerpo, cabello claro y bella sonrisa.
En verdad no sabia adonde me estaba dirigiendo , al poco rato y luego de tomarme un refresco en jugo me quede profundamente dormido – creo que viajamos mas de 21 horas porque al despertar ya estaba en otro día y en un territorio completamente desconocido para mi.
Llegamos a un país árabe, mister therence me tomo un brazo y me llevo a un lujoso automóvil . tomamos rumbo por varias poblaciones y al final paramos en un majestuoso palacio.
Me toco esperar como 20 minutos dentro del auto, el señor Therence estaba adentro del palacio y luego salio acompañado de un Jeque árabe de mas o menos 47 años, alto, con poco cabello, no era obeso pero tampoco delgado, muy elegante con su turbante y túnicas y varias joyas( con diamantes y esmeraldas).
Me hicieron bajar del auto y el jeque me sonrió encantado, dos guardaespaldas grandes y fuertes me empujaron hacia el Palacio y yo apenas veía algo asustado como el señor Therence se iba en su carro.
Una empleada de piel morena me llevo a un comedor y sirvió varios platos que yo nunca había probado, después de eso me mandaron a una habitación en donde había ropa, un vasija grande (especie de Tina) con agua caliente y un sofá acolchado en donde tenia que dormir.
Del sultán no supe nada mas sino tres días después, mientras tanto me llevaban comida, estaba encerrado y me entretenía con una tablet que alguien dejo en la habitación.
En la 3era noche apareció el árabe; me dio comida, y con señas me indico que desde ahora yo era un esclavo suyo y tendría que hacer lo que el quisiera conmigo, pues había pagado mucho por mis servicios.
Sus 2 guardaespaldas estaban en la puerta, uno me agarro por la espalda con sus fuertes brazos y el otro me rasgo toda mi ropa, tan solo quedándome en una especie de interiores que usan los esclavos.
los guardianes se apartaron un poco pero aun me tenían de los brazos, el jeque me tumbo en el sillón y sin dilatarme siquiera me metió su pene por mi colita a la fuerza y estuvo así dándome duro hasta que por ahí a los 15 minutos eyaculo dentro de mis entrañas.
Yo lloraba porque estaba doliendo mucho, ese señor no tuvo ninguna piedad conmigo, solo quería saciar su placer y para nada le interesaba lo que estuviera sintiendo yo, descanso un poco, fumo algo que ellos llaman aschist, se froto algo en su miembro y de nuevo se le erecto, volvió a hacerme suyo como 4 veces mas en esa noche, luego descaradamente me arrojo algunas monedas y se marcho de allí.
Yo quede adolorido, estaba lleno de semen por todo mi cuerpo, me sentía sucio, ultrajado, deseaba llorar, gritar, escapar por cualquier ventana, quería matar a ese imbécil.
Al poquito rato entro la empleada ( la sra Ibis), me arroje a sus brazos, llore, suplique que me dejara salir, ella me consoló abrazándome y apenas le pude entender que me llamaba angelito, que me tranquilizara, que el jeque solo hacia eso la 1era vez, que después era mucho mas dulce con sus consentidos, la sentí como una madre y desde ese momento le tome gran cariño.
El jeque, había enviado a unos sirvientes suyos a que calmaran mi dolor y ellos me untaron unas pomadas y lociones medicinales en mi trasero juvenil. Volvió a visitarme el fin de semana, en realidad yo ya estaba preparado mentalmente para lo que me iba a pasar, esta vez fue un poco mas suave, unto aceites lubricantes, me decía mi niño, relájate, que no te voy a hacer doler, puso su enorme falo (18 centímetros, grueso y babeante) en mi ano y empezó a meter y sacar con movimientos rítmicos, en un instante sentí que acrecentaba el ritmo y la velocidad, con una mano me tomo mi pene y este empezó a crecer, eso pareció gustarle porque mordisqueaba mi cuello y tan solo me indicaba, eso mi nene disfrútalo tu también, una suave pero deliciosa sensación se fue apoderando de mi, el roce de su pene entre mi agujero entrando y saliendo me estaba gustando, de mi paquete empezaba a salir liquido lubricante, él lo tomaba en su mano y lo llevaba a su boca, me cambio de posición, puso mis piernas hacia arriba, con sus manos me levanto hacia su cara y entre sus labios metió mi paquete y empezó a chuparlo, yo solo había visto eso una vez en un vídeo porno entre un hombre y una mujer, pero no pensé que fuera tan encantador.
El jeque era todo un maestro en ese arte, me estuvo así chupando mi miembro un buen rato y luego subió un poco mas mis piernas y puso su lengua en el agujero de mi traserito, Allí movía sus labios, me echaba saliva, jugueteaba con sus dedos metiéndomelos poquito a poco, uff mi cabeza solo se balanceaba de lado a lado, ya de mi boca salían gemidos de placer, tanto así estaba yo disfrutando que en un momento inesperado de mi pene salieron chorros de semen y cayeron sobre mi cara, creo que bote una gran cantidad porque incluso cayo en mi pecho, en el sillón y en los brazos de mi nuevo maestro.
Él sonrió, tomo su miembro y se lo empezó a jalar hasta que también eyaculo sobre mi cuerpo, con los dedos limpio algo de su semen y lo puso en mis labios, me toco degustarlo, puso su miembro en mi boca y me obligo a limpiar con mi lengua el liquido seminal que aun había allí.
Luego de aquel placentero encuentro me alzo en sus brazos, me llevo a su dormitorio, nos acostamos juntos totalmente desnudos, me arropo abrazándome, Yo solo sentía cerca de mis nalguitas su poderoso pero ya flácido miembro y pensaba hacia mi, que ojala esa noche nunca fuera a terminarse.
Al otro día, bien de mañana el jeque se había marchado hacia sus deberes de Sultán, con la señora Ibis me dejo un recado que fuera hacia la parte de atrás del palacio porque me había dejado un regalo.
Mi regalo era un bello caballo persa – Que le puse de nombre Thor ( porque es mi héroe de historieta favorito) – Varios meses mas mi adorable Jeque árabe me iba enseñando los placeres del amor y sexo gay , Pero como no todo puede durar hasta que uno quiera, esta pequeña locura de adolescente termino cuando en nuestras vidas apareció otro chico de nombre Mafhit ( de quien luego les contare en mi segunda historieta).
Gracias por leerme y enviar sus comentarios.
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