Desmintiendo mitos

Alguna personas escriben lo que imaginan, otros narramos nuestras vivencias.
Hace unos días escribí la narración de la forma en que penetré a una perra criolla de buen tamaño, una de las personas escribió una opinión la cual es respetable pero no creíble, sin embargo; en su opinión me hizo una crítica alejada de la realidad al decir que estaba bien mis fantasías, igualmente afirmaba que un hombre al penetrar a una perra también quedaba anudado o pegado, bien, me tiene sin cuidado si le da credibilidad a la realidad y de pronto describe fantasías de lo que jamás va a suceder como lo es que un hombre y una perra o una mujer y un perro queden anudados o pegados, siempre y cuando la penetración se dé por la vulva de la perra o la vagina de una mujer. Aspecto muy diferente que sea por el ano, en ese evento el esfínter de un humano o animal puede contraerse bastante y retener el pene del hombre, en ese evento la única solución es hacer una incisión y drenar la sangre coagulada, exceptuando el pene del perro que por su anatomía y su fisiología nunca va a ocurrir pues por si solo se relaja.

Para hacer claridad de una vez por todas, yo estudie zootecnia soy nacido en 1988 y conozco perfectamente cómo funcionan los aparatos reproductores femenino y masculino, igualmente de hembras y machos de las diferentes especies.

Cuando el perro penetra a la perra, tiene eyaculaciones tempranas sin la presencia de espermatozoides, por el contrario, esos fluidos seminales como los que emana la hembra hacen parte de la lubricación y facilitan el desplazamiento de los espermatozoides cuando ocurre la eyaculación definitiva. Una vez ha transcurrido esa primera fase, el bulbus glandis o bulbo peneano que es una estructura de tejido eréctil situada en la base del pene del perro, se llena de sangre y aumenta su tamaño considerablemente, en ese instante, el vestíbulo vaginal que está ubicado entre la vagina y la vulva y que permite la penetración durante la monta, sufre una serie de contracciones que sirven para estimular el pene del perro, esas contracciones se perciben cuando un humano penetra a una perra, pero jamás ejerce la presión suficiente para retener el pene de un humano, como si la puede ejercer un esfínter y retener a un pene. Pasa exactamente igual con la configuración de la vagina de una mujer, por su fisiomorfología jamás va a retener el pene del perro por tiempo prolongado, puesto que contrario a la vulva de la perra, se dilata y permite la salida sin inconvenientes.

Cuando finaliza la cópula del perro y la perra, el bulbo peneano se relaja, las válvulas se expanden y fluye la sangre al torrente sanguíneo lo cual permite al perro separarse de la hembra. Si se separa a la fuerza, tanto el macho y la hembra se verían afectados, pues sufrirían lesiones, tales como desgarres vaginales o fracturas en el órgano sexual del macho. Además, la copulación no se concretaría.

Durante esta fase, se debe dejar a los animales que lleven a cabo su proceso natural de monta, permitiéndoles un ambiente relajado y cómodo.

He comentado en más de una oportunidad que tuve mis inicios antes de los nueve años con gallinas y voy a tratar de decir lo que YO he sentido con cada especie, de manera sucinta:

Con gallinas: esa primera vez en total desconocimiento le arrimaba el pene y sentía cosquillas agradables de las plumas, pero se me pegaban en el glande, como pude le hice las plumas a un lado y acomodando el pene en la cloaca se lo logré meter todo, lo primero que sentí fue mucho calor y una suavidad indescriptible, bastante mojado, con el pasar del tiempo fui cogiendo práctica hasta hoy en día sigo penetrando a mis gallinas, el pene por lo general sale untado de rila blanca e incluso excremento, la gallina hace fuerza para expulsar y nunca se puede penetrar más de unos 10 centímetros, considero que es el culo más caliente que he probado.

Ovejas: Fue mi segunda especie tendría unos 14 años, duré bastante rato tratando de penetrarla, porque, aunque la oveja era mansita, no sabia como hacerlo, esa primera clavada fue muy diferente al culo de las gallinas, hubo una penetración total, se siente mucho más suave que el culo de las gallinas, pero menos caliente, la oveja no estaba en celo por tal motivo se sentía algo seca dejándome el pene enrojecido e irritado, cuando están en pleno celo se siente baboso, bastante agradable y ellas culean fuerte hacia atrás cuando sienten que el pene les está entrando. Otro aspecto que sucede es que cuando las ovejas tienen garrapatas se le prenden a uno en los testículos y es incómodo, igualmente si no están esquiladas usted queda untado de excremento y en ocasiones por equivocación se lo he metido por el culo.

Becerras: Fue mi tercera especie que penetré cuando tenía como 16 años, he penetrado en todos estos años becerras de unos seis meses en adelante hasta vacas, la vulva es bastante generosa y toca utilizar lubricante para una penetración placentera, se siente muy amplia en las vacas, cuando están en celo son demasiado babosas y algunas veces cuando las tengo clavadas sueltan chorros de orina que literalmente parece que le estuviese quemando el pene, al finalizar tienen contracciones que se perciben sutilmente pero es bastante agradable. Las becerras ponen resistencia hasta que se cansan, por la forma de la vulva de esa especie que es mucho más elevada, en algunas oportunidades se resbala y se lo he metido por el culo, sale bastante untado de excremento no siendo tan agradable.

Perras: mi primera vez fue con un san bernardo en Bogotá en la casa donde yo vivía en mi época de estudiante, la perra estaba en celo y buscaba macho, yo tenía 17 años, la perra unos tres, la vulva estaba exageradamente grande y la penetración fue placentera porque estaba lubricando demasiado, al finalizar y dejarle la leche adentro, cuando saqué el pene me quedo baboso, untado de sanguaza y la perra botaba demasiado flujo como si orinara, la perra me lamia copiosamente, he repetido que casi no me gusta con perras, pero si hay la oportunidad con un animal sano, la clavo, cuando no están en celo se siente muy pegajoso y frío, estrecho, hasta el punto que una vez al clavar esa misma perra sin estar en celo, alcancé a desgarrarme por la parde de abajo del glande y la perra pego un chillido muy fuerte, casi me muerde porque no le gustó

Burras y yeguas: en el caso de las burras es bien complicado porque casi no se consiguen, las pocas que he penetrado no tienen ninguna diferencia, una vulva bastante generosa poco caliente pero si exageradamente suave y grande, cuando están pequeñas no se dejan y toca cansarlas, darles dedo hasta que se dejan, pude comprobar una vez cuando clavé a una burra volantona, el pene me salió untado como con una especie de moco semiseco y blanco, cuando están en celo y están receptivas, brincan mascujan y se dejan clavar, todas la vulvas de las burras se encuentran por debajo del suelo de la pelvis originando una mayor inclinación lo cual le obliga a uno a inclinarse hacia atrás y echar el pene bien adelante para penetrarlas totalmente, a diferencia de las yeguas que la vulva es mucho más elevada y usted se puede recostar sobre sus ancas, ambas especies tienen los mismos reflejos en el celo como lo es orinar con bastante flujo verdoso y vulvear, o guiñear, les comento que se siente bastante rico por debajo del pene esos empujones hacia arriba y contracciones sutiles casi imperceptibles. Pero en el celo el olor a orina es bastante fuerte, solamente tres veces he recibido de manera literal orina con flujo, se siente espeso y baboso en el pene, si deja el pene metido, le escurre la orina por los testículos dejando impregnado un fuerte olor y todo pegajoso, muy diferente a la lluvia dorada.

Llamas, En las afueras de Bogotá por los lados de Guasca, la vulva se siente como una pelota terapéutica, tienen una vulva bien expuesta y exageradamente grande, no sabría cómo es cuando están en celo, porque esa vez junto a otras dos, fue por probar lo que se siente y es bastante agradable, la cabeza se tiene que amarrar muy cerca a un madero, porque escupen una baba espesa, pegajosa y huele mal. La penetración es profunda y son más calientes que las ovejas, la orina es fuerte.

Cabras: Es muy parecido a las ovejas, pero dejan un desagradable olor cuando han estado con el macho, un olor bastante fuerte como a caucho quemado, por lo demás es bastante rico.

Cerdas: Mi primera vez fue cuando tenía 25 años, realmente me daba asco por el olor desagradable, otro amigo zoo me dio las pautas, aprendí que toca asearlas muy bien bañándolas, asear la porqueriza y en lo posible cogerlas en celo, es la vulva más parecida a la de las mujeres, cuando están en celo chillan, se dejan montar, roncan, la vulva se hincha el triple de su tamaño, suelta de manera permanente una baba cristalina, espesa, la vulva es extremadamente caliente, cuando les va entrando la verga tienen muchas contracciones, se siente como si agarrara el pene por la base porque aprietan y vuelven a soltar repetidamente, repito es por las contracciones, cuando roncan le vibra la vulva, considero que es la especie más placentera que existe, otro aspecto es que empujan durísimo cuando sienten que están siendo penetradas, si usted se controla y no se viene de una, el goce no tiene una descripción exacta, pero el placer es inmenso, con esa especie fue a la primera que tuve la osadía de chuparle la vulva y no es para nada desagradable.

Piscas: poca diferencia con las gallinas, mucho más profundas e igual de calientes, aprietan fuerte cuando el pene está metido y luego comienzan a hacer fuerza para expulsar, pude ver que por alrededor del pene salía algo de rila blanca y excremento cuando pujaba, al rato se vuelve desagradable, frio y ya no es placentero por lo que tiene que clavar a otra hasta dejarles la leche adentro, una vez clavé a dos y al regresar a la primera estaba frio y ya no daba el mismo placer por lo que terminé con una gallina.

Gansa: Tienen el culo más áspero que las gallinas, también aprietan fuerte y casi no se dejan penetrar, la cloaca la tienen bien por debajo, pero es muy generosa permitiendo una clavada plena, la cloaca les huele muy fuerte y así queda oliendo el pene, una de las tres veces que las he clavado me dejaron el pene bastante irritado y lleno de rila espesa y negra, realmente por necesidad lo haría porque no me gustó para nada.

Para finalizar yo soy zorro cuando entro al gallinero y hace unos días estaba recogiendo los huevos de las gallinas, cuando ingresé al galpón habían algunas que ya habían puesto el huevo, como dentro de los gallinero no hay gallos, cuando uno se les acerca se acurrucan, al lado mío había una gallina negra que me gusta mucho y estaba expulsando el huevo, cuando terminó salió cacareando, sin esperar la agarré y la paré en el nido, abrí el fundillo del pantalón, saqué la verga, se la acerqué a la cloaca, la gallina comenzó a hacer pucheros con el culo como dándole besos a la cabeza de mi verga, casi al instante comenzó a ponerse dura, dejé que sintiera ese rico calor y poco a poco la cabeza de mi verga iba entrando y podía ver cómo se perdía en el culo de la gallina, le eché las plumas hacia adelante viendo esa hermosa escena, ese aro del culo lo tenía alrededor de donde termina el glande, empecé a mover la gallina hacia los lados sintiendo ese placentero masaje en la medida que entró otro poco, su calor interno era  espectacular, unos instantes después comenzó a pujar y la dejé que se fuera mientras agarraba a una piruca que también me gusta porque es bastante desplumada, una vez le fui metiendo la verga podía sentir ese culo delicioso, duraría unos tres minutos más y cogí a una tercera gallina, que culo más rico por lo caliente, salvo que esta ya no estaba poniendo huevos, de todas maneras también comió verga, dure unos minutos más y cuando comenzó a pujar me vine dentro de ese rico culo, esperé que pasara la erección hasta salir por sí solo, quedo untado de rila blanca por lo que me toco ir y bañarme.