Dos polvos con un labrador
Una de mis mejores experiencias..
Hola a todzs, estoy de vuelta con más relatos, últimamente estaba muy ocupado así que no tuve tiempo de escribir más sobre mis aventuras con perritos. Hoy les voy a contar como un hermoso labrador dorado me cogió dos veces en un par de horas, la verdad que fue un sueño cumplido ya que estos canes son de un tamaño considerable (en todo sentido jaja) y cuentan con una gran energía. Sin más dilaciones, paso a la historia.
Hace poco, fui a visitar una pareja de amigos que no veía hace mucho tiempo, cuando los conocí ellos vivían separados, pero decidieron dar el siguiente paso, la convivencia. Es así que entre los dos alquilaron una casa que les ofreció un pariente, la verdad que tuvieron suerte porque la vivienda contaba con un amplio patio, mucho verde, árboles, una piscina y una casita de huéspedes al fondo. La idea era juntarnos por la tarde, comer, jugar unos juegos de mesa, mirar unas películas, etc. Esto fue un sábado; llegué a eso de las 17:30hs, nos saludamos alegremente y me guiaron hacia un costado de la casa el cual era un pasillo que llevaba al patio trasero debido a que estaban allí. Enorme fue mi sorpresa al ser también recibido por su mascota, un labrador macho de cuatro años aproximadamente llamado Balto, yo ya lo conocía porque vivía con mi amiga. Ella me contó que pudo convencer a su madre de traerlo con ellos así que ahora vivía allí. A ese perrito yo siempre lo había mirado con ganas, pero nunca se me había cruzado pasar a la acción y aunque hubiese querido, habría sido casi imposible ya que nunca tuve la oportunidad de estar a solas con él. Bueno, esa noche la chance iba a surgir.
El resto de la tarde-noche transcurrió normal hasta que se hicieron como las 3:30 de la madrugada y nos dio sueño por lo que acordamos ir a dormir. De esta manera, mi amigo, me dijo que había preparado la casa de huéspedes para que yo durmiese allí. Me guió hasta la casa y cuando entramos Balto estaba durmiendo en la cocina sobre una manta. En eso él me dice -Mirá, ahora que está haciendo frío Balto duerme acá y le dejamos la puerta abierta para que salga por si tiene ganas, pero como vas a estar durmiendo en la habitación voy a cerrar todo, te voy a pedir un favor. El si quiere salir va a rasguñar la puerta así que, si no es mucha molestia, sacalo por favor, es un momentito y entra solo. Yo le dije que sí, que no tenía problema por eso. Por dentro estallaba de emoción, no podría creer que iba a tener la oportunidad de quedarme a solas con un hermoso labrador, no podía desperdiciarla.
Mi amigo me mostró la habitación y el baño, indicándome todo lo que podría llegar a necesitar, luego me dio las buenas noches y se fue a dormir. Ni bien regresé a la habitación, caminé despacio hacia el baño para seguirlo a través de una ventanita; me cercioré de que no volviese y esperé un rato, temblando por completo. Hasta que finalmente me decidí, primero fui al baño para vaciarme un poco ya que mi idea era dejar solo el colchón de la cama para no manchar la sábana. Abrí la puerta de la habitación que daba a la cocinita donde dormía el perro y me acerqué a él, hablándole de a poco. Como ya me conocía y era muy amistoso, movió la cola y se levantó, yo más decidido empecé a acariciarlo por todo el cuerpo de a poco, viendo cómo eran sus reacciones. Él se sentó y dirigí mi mano derecha hacia sus huevos, que eran bien gordos, acto seguido comencé a intensificar mis caricias hasta sobarle la pija, el reaccionó poniéndose muy enérgico y tratando de saltar, era la señal correcta, así que me levanté y lo llevé hasta el dormitorio no si antes coger la manta sobre la que dormía Balto para cubrir el colchón.
Mi cuerpo vibraba, tenía la piel de gallina sabiendo lo que iba a hacer. Cerré la puerta, cubrí el colchón con la manta, me desnudé por completo y subí a la cama con el detrás. A partir de ahí di rienda suelta a mi calentura, manoseándole la verga, las bolas, el pecho y hablándole al oído -Hola hermoso, hace rato que te deseo ¿No querés una perrita? ¿Estoy en celo sabías? Para ese entonces el jadeaba al mismo tiempo que comenzó a intentar montarme, en medio de su acoso logré ponerme en cuatro acomodándome para recibir a mi macho de turno, tenía una fuerza y peso enorme, eso me calentaba mucho ya que soy bajito de estatura en contraparte de el que parado en dos patas alcanza casi mi altura, era un macho dominante. Su pija y la mía largaban precum así que con eso me humedecí el culito introduciéndome dos dedos a lo que el acompañó con su lengua bien babosa. Finalmente se subió una vez más y lo guié hacia su premio.
De un saque me la clavó hasta el fondo, era una auténtica máquina de coger, tuve que apoyar mi cara boca abajo contra la almohada para ahogar mis gritos de placer mientras escuchaba su jadeo sobre mi hombro izquierdo al compás de sus huevos chocando con los míos, así como también mis muslos – Así, así, cógeme bien duro, dame toda la leche, mi cola es toda tuya gritaba para mí. Sentía una fuerte presión en mi culo, nunca había cogido con un perro tan bien dotado y que me daba muy duro. No sé cuánto tiempo estuvo bombeando, pero en un momento su pija se le hinchó tanto que dejó de moverse hasta abotonarme, el culo me dolía y ardía a morir, pero también sentía un enorme placer, el asunto que es que giró hacia atrás para quedar culo con culo y me retorció todo por dentro hasta que tuve un orgasmo enorme y perdí el conocimiento.
Recuperé la conciencia, estaba mareado y abotonado jaja, escuchaba los jadeos de Balto que seguía llenándome de leche caliente por dentro, en cuanto a mí, ya había acabado, mi pija chorreaba, pero no me rendí, sabía que estaría abotonado un rato y que Balto no se movería ya que no se animaba a bajar de la cama, por lo tanto, comencé a hacerme una paja mientras contraía mi esfínter para exprimirle toda la verga; no demoré mucho en volver a acabar.
Luego de un rato nos separamos con un estruendoso ¡plop! y caí rendido, sentía como el aire corría por mi culito, latía, estaba muy abierto, escurriendo semen, al principio vi un hilo de sangre que me asustó, pero llevé mis dedos y no había nada más que los fluidos de mi macho perruno y mucho ardor jaja. Como buen perrito se puso a lamer un poco mi culito y luego a limpiar su cosota, y vaya que lo era, pasaba los 20cm y era gruesa como una berenjena en la base y un chorizo en el resto, en un momento se la agarré con las dos manos mientras la acariciaba suavemente.
Por supuesto que no pude resistir la tentación y al ver que era un perro bastante manso me puse por debajo de él para degustar aquella verga, tomándola desde la base y llevándola hacia mi boca al mismo tiempo que le acariciaba sus bolas y muslos. Literalmente lo estaba ordeñando, ese sabor metálico tan característico, ese calor intenso me excitaba mucho. Estuve acostado debajo de él mamándosela unos minutos hasta que fue volviendo a su estado de reposo, luego se bajó de la cama y le abrí la puerta de la habitación y la cocina para que salga a tomar aire y agua jaja. Brincaba de la alegría y placer, caminaba y sentía como aire y fluidos salían de mi colita satisfecha. Ni bien salió, ordené y limpié toda la habitación para luego ir a ducharme no sin antes masturbarme de nuevo. Eran como las 5:45 cuando entré a Balto y fui a dormirme. Creía que era la mejor experiencia zoo que había tenido, pero no acabaría ahí.
Al estar tan cansado caí rendido al sueño con rapidez, pero al rato un sonido me despertó, era Balto que rasguñaba la puerta, deduje que quería salir afuera, pero ni bien la abrí se me abalanzó encima, pensé que lo hacía como algo propio de su naturaleza alegre y enérgica pero pronto adiviné sus intenciones cuando se me prendió a un costado de mi cintura. Como buena perra en celo quería darle el gusto, pero me sentía inseguro porque ya era de día (las 08:30 aproximadamente) y mis amigos podrían estar despiertos así que nuevamente me acerqué a la ventana del baño mientras Balto por detrás empujaba su morro contra mi entrepierna, observé unos minutos y al no detectar movimiento regresé a la habitación, Balto estaba acostado en la cama.
Como aún estaba cansado, dolorido y no quería preparar la cama de nuevo, traje su manta y la apoyé a los pies de la cama. El para ese entonces estaba muy excitado así que me saqué toda la ropa y me puse en cuatro otra vez, apoyando mis brazos sobre el colchón. Balto se subió una vez más y empezó a darme picotazos en la cola que aun estaba lubricada de la cogida anterior, no tardó mucho en clavármela.
Otra vez su jadeo, su lengua afuera, su expresión de placer, su bombeo frenético, su pelo suave sobre mi espalda, su patas sujetándome muy fuerte de la cintura. Yo en voz baja le decía ¿Te gustó mi culito no? Nunca probaste algo tan apretado, así, llename de nuevo ¡cogeme! Luego de taladrarme unos segundos (que triste que duren tan poco jaja) volvimos a abotonarnos, esta vez no perdí el conocimiento y esta vez no se dio vuelta, sino que se quedó encima mío, poseyéndome por completo mientras me inundaba una vez más el culito con su leche caliente. Ahora que estaba consciente, pude tomar aproximadamente el tiempo que estuvimos abotonados, unos 25 minutos aproximadamente. Cuando se bajó, otra vez es encargó de limpiarme un poco, mientras mi culito latía y expulsaba juguito de amor. Hice un esfuerzo más y se la volví a chupar, esta vez de costado, tampoco me olvidé de sus bolas que me incomodaron un poco porque eran muy peludas jaja.
En la habitación había un olor muy fuerte por lo que luego de que se le guardase la verga ordené todo lo más que pude y eché desodorante de ambiente. Estaba exhausto y sucio, pero satisfecho, me dolía mucho la espalda y la cintura, sentía un hormigueo en mi culito y estaba lleno de rasguños, tenía uno muy grande al costado de la cintura, pero como hacía frío lo cubriría con un buzo para que nadie notase nada. Acomodé toda una vez más, limpié el piso, me duché de nuevo y dejé la puerta abierta de la cocina por si el quería salir ya que ahora hacía un poco menos de fresco.
Me levanté a eso de las 14:00hs, cuando salí de la casa mis amigos vinieron a recibirme acompañado de Balto que comenzó a rondarme, me asusté un poco porque pensé que intentaría montarme una pierna o la cintura (cuando el otro día no había hecho nada de eso) pero ni bien comenzó a “cargosearme” mi amigo lo apartó y se fue. Me preguntaron si había dormido bien, si pasé frío incluso si el perro me molestó a lo que yo respondí -Se portó como un perro guardián, no molestó nunca y me pidió una sola vez para salir. De mi lado disimulaba cuando caminaba ya que estaba dolorido y me había puesto un pañuelo de papel en el culito porque no quería mancharme la ropa. La cuestión es que almorzamos y me despedí de ellos. Espero visitarlos de nuevo y quedarme a dormir en su cuarto de huéspedes jaja.
Creo que hasta la fecha fue una de las mejores experiencias que tuve, sepan disculpar si me extendí demasiado pero no me gusta contar las cosas a medias.
Hasta luego a todzs.
Me encantó el relato, uuuufff dos preñadas en una noche, si que estaban calientes!
que delicia de experiencia que envidia
que rico 🤤🤤
Que rico a mí me coje un pastor alemán y también la tiene muy grande
Que rico tengo un labrador mediano y me coge a diario…. una delicia