El Establo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
La tarde se inclinaba sollozando al occidente, sobre la pampa argentina y tambien sobre la estancia de los Moyano.
En el final de ese largo verano ya se habia levantado la cosecha principal y las tareas nuevamente pasaban a ser mas tranquilas. Abundaban las mateadas y el ocio, madre de tantos vicios. De los jornaleros temporales muchos ya se habian vuelto para sus pagos.
A esa hora la peonada se juntaba a tomar siempre mate con tortas fritas, y las bromas entre risotadas eran la forma de celebrar el final de la jornada. Todo tenia mas quietud y mas aun con el crepusculo.
Don Francisco era el capataz, un salteño curtido, grandote, sonrisa ancha coronada por un bigotazo, si bien ya pisaba los 50, era fornido, con un pecho muy velludo, brazos musculosos, linda estampa, medio autoritario, famoso en el pueblo por payador, pijudo y buen cogedor.
Antonio era mendocino, el responsable de la caballeriza y del mantenimiento de la maquinaria, bueno para cargar fardos y tareas pesadas, con un corpacho tambien impresionante, tendria unos 36 años, su sonrisa algo desdentada por abandonado le daba un aire temerario y la contra era que cuando se mamaba se ponia muy pesado.
El Cholo, era de Misiones, tractorista por excelencia, 27 años, rubio oscuro, piel curtida por el sol, muy alto, delgado, culo chico, bulto marcado, muy gracioso y ocurrente. Siempre llevando la batuta.
Lisandro, era el mas nuevo, pampeano de 19 años, contextura mediana, 1,65; lampiño, inocenton, callado, medio nabo, habia trabajado de boyero y despues lo pusieron como ayudante de campo, lo tenian un poco de aca para alla y muchas veces era objeto de bromas pesadas.
El resto de la peonada ya se habia retirado para las casas y solo quedaban los cuatro alrededor del fogon crepitante, mientras se hacia la noche cerrada. Don Francisco arrimo una botella de ginebra que tenia guardada y pasando de boca en boca al rato ya estaban todos chispeados, mientras contaban cuentos campestres y chistes verdes inmundos.
La cosa se fue poniendo mas caliente y en un momento dado, para reforzar la historia que estaba contando, El Cholo se entreabrio el pantalon bombacha y empezo a sobarse el pito. Ahi nomas Don Francisco acomodo el facon y se puso a mear contra un arbol, pero bien a la vista de los demas revoleando el chorro.
Esto muy festejado por Antonio, que tambien pelando la pija propuso una payada de porongas para ver quien la tenia mas grande. Todos reian, menos Lisandro que no se animaba, entonces El Cholo se le arrimo por atras y de un tiron le bajo la bombacha paisana ante las risas de todos.
Don Francisco llevando la voz cantante sentencio que el que la tuviera mas chica, tenia que satisfacer a los demas ganadores. Todos se empezaron a pajear y mas o menos estaban entre los 21 y 24 cm. , mientras que el pobre Lisandro no pasaba de los 16 cm.
Se pusieron a palmotear como gurises mientras se relamian e intercambiaban miradas picaras, cargandolo al paisanito. Por mas que protestaba, entre todos le sacaron la ropa a Lisandro y con las mangas de la camisa le ataron las manos. Antonio lo hizo agachar y le dijo que para empezar abriera la boca.
Antes que los demas se dieran cuenta ya le estaba metiendo la poronga entre los dientes. Temblando, solo atino a tragarse el pedazo como pudo. Las bolas bien peludas quedaron bamboleandose contra su menton.
El Cholo para no quedarse atras tambien lo agarro de la cintura y empezo a lamerle el culo. Don Francisco se seguia riendo mientras se pajeaba, hasta que haciendo uso de su autoridad, lo saco del medio al Cholo y agarrandolo de la cintura al Lisandro, le mando un escupitajo en el medio del orto y se lo apoyo con todas las ganas.
Antonio le estaba dando cada envion al peoncito que este por momentos se ahogaba con tanta pija. Se la metia y se la sacaba un poco para volversela a meter. Para acabar con tuti le dio tal empujon que Lisandro reculo y ahi nomas Don Francisco que estaba muy caliente, aprovecho para mandarsela a guardar dentro de ese culito ya suficientemente ensalivado.
Lisandro se doblo del dolor, pero tanto Antonio como El Cholo enseguida lo sostuvieron de los brazos mientras Don Francisco se lo seguia garchando sin compasion. La poronga entraba y salia del flamante culo emitiendo un ligero sonido por el intenso bombeo. Se hizo un silencio donde se podia escuchar a los grillos en contrapunto con el sonido de la cogida y algun que otro quejido del muchacho.
Despues de un buen rato, la acabada fue generosa, con aplausos y al soltarlo de los brazos Lisandro quedo tirado sobre el pasto, despatarrado, gimiendo, sin poder ni moverse. Como ya estaba refrescando, lo agarraron de las piernas y lo arrastraron hasta el viejo establo pegadito al lado de la caballeriza.
Lisandro se sentia indefenso y se dejo llevar casi sin luchar, ademas al ser arrastrado desnudo, los yuyos y ortigas le estaban lacerando el cuerpo. Mientras don Francisco encendia un par de faroles, Antonio con ayuda del Cholo ataron a Lisandro en cruz, a una gran rueda que estaba atornillada a un poste, mientras este intentaba gritando despertar compasion. Para no escucharlo mas, le metieron un poco de estopa en la boca y lo amordazaron con su propio pañuelo sudado de paisano.
Don Francisco le dijo que estaba muy mal eso de gritar y que para que aprendiera le iba a enseñar a portarse bien. Blandiendo la fusta larga del sulky lo azoto hasta cansarse; alli se pasaron el rebenque de mano en mano para que los demas participaran. Mientras tanto iba circulando la segunda botella de ginebra y todo duro hasta que se bajaron la botella entera y el cansancio general los obligo a un respiro. Lisandro estaba muy marcado, dolorido y mas que aterrado.
Los caballos estaban agitados con tanto movimiento y levantaban un poco de polvareda con las coces, que hacia el aire por momentos irrespirable. Seguidamente y para que no enfriar la cosa, el Cholo saco su verga mas que empalmada y tambien se lo garcho infernalmente; mientras tanto Antonio totalmente en pedo, lo mamaba al Lisandro a traves de los rayos de la rueda, apretandole de a ratos los huevos, hasta que se le cortaba la respiracion.
Una vez que el Cholo acabara, sin ninguna tregua Antonio tomo su lugar, y de un saque lo penetro a fondo, poniendo un ritmo frenetico en el bombeo, hasta conseguir que el mismo Lisandro eyaculara de tanto darle. Mientras tanto los demas le retorcian los pezones sin ninguna piedad. La acabada de Antonio fue importante y duro un monton entre estertores. El culo de Lisandro estaba todo colorado, contrastando con su cuerpo palido.
Pero los muchachos todavia querian seguirla, se codearon mutuamente con ademanes complices. Entonces lo desataron, lo limpiaron un poco y lo obligaron a que arrodillado se la mamara a cada uno, diciendole que como buen paisano tenia que aprender a ordeñar bien con la boca, hasta sacarles la ultima gota de leche y tragandose todo el semen. Asi fue.
Con la sorpresa de Lisandro que pensaba haber ya finalizado por fin todo ese infierno, lo arrastraron de los pelos hacia la caballeriza. Lo tumbaron rudamente boca abajo sobre unos fardos de alfalfa y lo ataron en posicion medio fetal con sogas al alambre de esos fardos, cuidando de dejarlo con el culo bien paradito.
Lisandro se sentia agotado, la alfalfa lo pinchaba por abajo, los alambres se le metian en la carne y el culo le ardia terriblemente. Estaba totalmente aterrado y con el cuerpo entumecido. Empezaba a hacer frio.
Antonio arrimo un padrillo alazan y lo ubico sobre Lisandro, que estaba cada vez mas asustado de lo que se veia venir.
El Cholo se puso a pajear al caballo con bastante exito porque enseguida un descomunal miembro se asomo desde la bolsa del escroto hasta desplegarse en toda su imponencia y exudando un liquido viscoso. Le acomodo la punta en la entrada del orto de Lisandro, mientras Don Francisco sujetaba las riendas, diciendo que el caballo era como parte de la peonada y que tambien habia que satisfacerlo.
Dicho esto tiro un poco para que el alazan diera un pequeño paso al frente con lo que la poronga se proyecto contra el ano de Lisandro. Pero la gran pija se arqueo porque el culo, si bien estaba muy dilatado, era aun pequeño para tanta verga. El caballo relinchaba pero la poronga no entraba, entonces El Cholo lo aparto un poco y observando pensativo el ano, sentencio que habia que agrandar un poco mas ese agujero.
Mirando alrededor, no se le ocurrio nada mejor que agarrar una horqueta tipo rastrillo gigante que se usaba para acomodar la alfalfa y que tenia un mango de madera gruesisimo. Sin esperar ninguna mejor opinion, le enterro el palo al ya recontragarchado Lisandro y lo fue girando lentamente como un torno durante un par de minutos.
El paisanito quedo empalado y casi atornillado por esa madera infernal que no cesaba de girar haciendo un trabajo de matriceria en lo que quedaba de ese ano. Cumplida la tarea de dilatacion mecanica, volvieron a acomodar al alazan y simultaneamente tanto Antonio como el Cholo agarraron cada uno una nalga del sufrido Lisandro y las separaron al maximo para disminuir toda resistencia y aumentar la dilatacion posible, controlando que el terrible choto del equino no se saliera de lugar.
Don Francisco riendose a las carcajadas, tironeo firmemente de las riendas obligando al caballo a adelantarse un poco mas y fue ya suficiente para que ante tanta presion, empezara a penetrar ese culo. Lentamente la verga negra y brillante se fue colando por el orto, tendria en la punta unos 6 cm., pero rapidamente se engrosaba al doble, mientras Lisandro se retorcia dentro de lo que las ataduras le permitian.
Una vez vencida la entrada, la poronga equina invadio rapidamente la cavidad con toda esa masa de carne palpitante, hasta llegar al fondo y un poco mas. Fue impresionante ver a Lisandro sometido y ensartado por semejante bestia. Era casi mas poronga que culo. Algo nunca visto por esos pagos.
Todos estaban tan excitados por el espectaculo, que no solo ya se habian desnudado; sino que tambien se estaban pajeando freneticamente, se mamaban entre ellos, se mordisqueaban pezones, se lamian espaldas y culos. Era la apoteosis. Todos con todos y descontroladamente. Hasta que uno a uno como pudo fue acabando nuevamente sobre la cara de Lisandro. Ante tanta joda no les quedaba casi nada de leche.
Despues de algunos forcejeos, entre relinchos y polvareda, el padrillo eyaculo a borbotones dentro de Lisandro, este sintio como palpitaba la verga caliente y un flujo tibio le invadia los intestinos. Era tanta la eyaculacion que la leche sobrante manaba por una fisura del ano dejando un reguero sobre los fardos de alfalfa. Todos saltando festejaron el logro. Peor que chicos traviesos. El unico que no festejaba era el enfiestado que practicamente se habia desmayado
Luego de vestirse, fumaron cada uno su pucho y lo convidaron tambien al Lisandro, palmeandolo silenciosamente en el hombro como un minimo consuelo.
Don Francisco le dijo: Bien paisanito, nos diste trabajo, pero te sacamos bueno.
¡Eso si que es ser hijo de puta!.
Despues de un rato lo desataron totalmente, lo lavaron con una manguera y quedo inerte descansando en el establo, cubierto por unas mantas. Los demas se fueron silbando bajo, a las casas. Se sentian bien machos y con la mision cumplida.
Al dia siguiente lo buscaron por todas partes, pero Lisandro ya no estaba, se habia ido esa misma madrugada con todas sus cosas y para siempre.
Que Divino ser Penetrada por un Semental con Semejante Verga.!! de solo Imaginarme me Moje Toda, y sin Tocarme Tuve un Orgasmo, Pensando que me Penetraba esa Verga Descomunal.!!!