El perro de mi vecino.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mis padres se separaron desde que yo era muy chico, soy hijo único y vivía con mi mama. Ella trabajaba por lo tanto, cuando regresaba de la escuela me quedaba solo hasta que ella regresaba, en las tarde me salía a jugar y hablar con los vecinos que la mayoría eran mas grandes que yo, así que de los 8 a 12 años escuchaba cuando hablaban de sexo y fui aprendiendo ha hacer unas cosas, también con algunas llegue ha tener sexo, porque desde ese tiempo me di cuenta que era gay.
Todo empezó cuando casi cumplía los 13 años, al llegar de la escuela vi en la calle al perro de un vecino, era un labrador color negro que estaba cogiendo a una perra, mientras lo miraba sentí como mi pene se puso duro, así que me lo empecé a tocar mientras veía, termine por meterme a mi cuarto para jalármela hasta terminar.
En la noche antes de dormir, recordé que mis amigos habían dicho que los perros se podían cogerse a las mujeres, así le di vuelas a esa idea toda la noche pensando si también podrían meterle la pija a un hombre.
Pasaron unos días, hasta que otra vez cuando regrese del colegio vi en la calle al negro, le hable, mire que nadie viera y lo metí a la casa, lo lleve al patio trasero para que no vieran, me fui a cambiar el uniforme del colegio y regrese a jugar con el negro, lo estuve acariciando, a veces me le ponía para ver si se me montaba, pero no lo hacia, así que empecé a tocarle la pija, no tardo mucho en que vi como le empezó a salir la punta roja, así que continué dándole unas buenas jaladas, su pija fue creciendo hasta que le colgaba, ya así me le puse otra vez, se me monto empezando a quererme coger, como traía shorts sentí como su pija caliente tocaba mis muslos o nalgas, me lo baje y se la seguí jalando, no tardado mucho en echar fuera unos buenos chorros de leche, al terminar se le veía una pija muy grande, mientras esperaba que se le metiera para sacarlo de la casa, como yo estaba también con la pija muy dura, me baje el shorts y trusa para jalármela, no pare hasta que también me saque la leche, al terminar lave el patio para que mi mama no fuera a ver.
Después de esa vez quede muy caliente, con ganas de sentir su pija, así que espere la oportunidad, otro día al llegar de la escuela vi que el negro estaba afuera así que lo metí al patio trasero, estaba decidido a que me ensartara, me desnude y empecé a jugar con el tocándole el cuello y pija, cuando le vi ya la pija de fuera me le puse de cuarto patas, el se movía jugando con migo pero no se me motaba, así que me lo acomode, ya sobre de mi, se empezó a mover sin meter la pija, solo sentía como me tocaba los muslos y nalgas, me fui acomodando hasta que sentí como la punta de la pija picaba mi ano.
El negro con los movimientos empezó a penetrarme, sentí claramente como se iba metiendo hasta que me dolió, quise pararme, pero el apretó sus patas encajándome las uñas mientras gruñía, así que no me quedo mas que aguantar, continuo moviéndose hasta que de repente se metió toda la pija, sentí mucho dolor pero me gusto también como sentía su gran pija dentro de mi ano moviendo mis tripas, el negro me continuo cogiendo, me gusto mucho sentir eso, mi pija se me puso durísima punzando como queriendo ponerse mar dura, lo mas rico fue cuando empecé a sentir como me empezó a llenar las tripas con su leche.
Al terminar se desmonto, me quise sacar la pija pero no pude, estaba bien ensartado y me dolía el ano al quererme sacar la pija, yo estaba muy caliente así que me senté de rodillas sin sacar la pija para poder darme unas buenas jaladas, no pare hasta que también eche fuera los chorros de leche, cuando termine me di cuenta que por los muslos me escurría parte de la leche del negro con sangre, me asuste y trate otra vez de sacarme su pija, me dolió pero por fin pude sacarla, con la trusa me limpie los muslos pero como seguía saliendo me puse la trusa para no ensuciar la casa, espere a que se le metiera un poco la pija y lo saque.
Me fui al baño para sacarme la leche de las tripas, salio pero con sangre, me bañe lavándome muy bien el ano, al terminar me metí crema en el ano, me puse una trusa y metí papel higiénico enrollado en mi ano para no mancharla de sangre, me dolía mucho el ano mas al caminar, pero me aguante mas cuando llego mi mama para que no notara que me dolía, en la noche ya acostado me la jale otra vez recordando lo que hice hasta que termine echando la leche fuera.
Desde ese día, lo hice varias veces con el negro porque me gusto sentir su pija dentro de mí, después de la tercera vez ya no me dolía mucho y no me sacaba sangre, así que lo disfrutaba más.
En otra ocasión les contare otras veces que lo hice con el negro y otros perros.
Autor: Anonimo
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!