EL RANCHO (PARTE 1)
El rancho es un lugar majestuoso, en el cual se puede disfrutar de muchas cosas maravillosas, tales como la naturaleza, la tranquilidad y la bella fauna. .
Daniel, es un hombre de 32 años, el cual había decidido regresar a vivir al rancho con sus padres; después de mucho de vivir en la ciudad, el pobre hombre había perdido su trabajo por un recorte de personal, así que, ante este suceso, también su esposa decido abandonarlo, pues no estaba dispuesta a dejar las comodidades de la ciudad por irse a vivir a un lugar que carecía de muchas cosas.
Cierto día, Olivia, la madre de Daniel, le pidió de favor si podía ir al pueblo a comprarle ciertas cosas que ella necesitaba en casa; entonces, como todo hijo obediente, Daniel dijo que, si iría, pero primero descansaría un rato.
Como de costumbre, aquel hombre se dio un buen baño, después, se puso unos pantalones vaqueros, los cuales combinó con unas botas y camisa, luego, roció una buena cantidad de loción con aroma fresco a madera y quedo listo para su viaje.
Daniel tomó las llaves de su camioneta, se despidió de sus padres y entonces, después de 40 minutos llegó al pueblo, estaciono la camioneta y se dispuso a comprar todas las cosas que le había encargado su madre.
Mientras aquel hombre hacia sus compras, este no puedo evitar observar que más de una mujer se le quedará viendo y no era para más, ya que, Daniel tenía buen porte, estaba alto y además era guapo, por lo cual, hacía suspirar a más de una jovencita.
Partiendo a otro lugar, aquel hombre continúo recorriendo varias calles sin rumbo alguno, pues, él quería seguir conociendo más cosas de aquel maravilloso lugar.
Las horas fueron avanzando y ya se había hecho de noche, entonces, para este momento, Daniel se encontraba con un mecánico, pues, ya hacia un buen dé tiempo que su camioneta necesitaba de un buen mantenimiento.
Después de varios autos en reparación, por fin le entregaron la camioneta, así que, Daniel agradeció el buen servicio brindado y enseguida partió en dirección a su casa.
Minutos después, aquel hombre giro en una de las calles que ya conocía, ahí, esté volvió a estacionarse y entonces compro 2 six pack de cerveza, luego, volvió a conducir hacia su destino fijado.
Aquel hombre inmediatamente destapo una cerveza, así que, mientras conducía por la carretera, esté se detuvo un momento para vaciar todo aquel liquido amarillento que estaba acumulado en su vejiga; entonces, cuando esté termino de orinar, Daniel dio un último sorbo a su cerveza y después, rápidamente dio varias sacudidas a su verga, pues necesitaba tirar las ultimas gotas de orina.
Después de varios segundos, Daniel volvió a subirse a su camioneta, pero mientras manejaba, él se percató de que algo estaba pasado con su cuerpo, pues curiosamente, su verga se había puesto completamente rígida y ahora se sentía algo excitado.
Apretando su dura verga, Daniel sintió la necesidad de querer coger una rica vagina, pero esto ya no iba hacer posible, pues, para este momento, ya era demasiado tarde para regresar al pueblo y pagarle a una prostituta.
Siguiendo a casa y continuando por el camino de terracería, Daniel no pudo contenerse más, así que, estando completamente solo, él aflojo su cinturón y se desabrocho el pantalón, después, deslizó su cremallera y, por último, bajó su bóxer hasta media pierna.
Ante este hecho, aquella gruesa verga dio un fuerte salto, ya que, había quedado completamente liberada; en ese momento, Daniel inmediatamente la tomó fuertemente con una de sus manos y entonces comenzó a masturbarse mientras conducía.
Con la cerveza en el portavasos, Daniel decidió ir un poco más despacio, pues, sin duda alguna, quería seguir disfrutando por más tiempo de aquel rico placer que su maravillosa mano le estaba brindando en ese momento.
Tiempo después, Daniel detuvo su camioneta para abrir un portón de hierro, el cual, sin más ni menos, indicaba que justo ahí, iniciaba la propiedad de sus padres; así que, sin demorar más el tiempo, aquel hombre rápidamente se bajó de la camioneta y entonces, con toda su verga dura y palpitante, fue a abrir el portón.
Una vez que Daniel ya había ingresado a la propiedad, esté se subió nuevamente a la camioneta, ahí, puso las luces en alto y entonces observó que a lo lejos se encontraban varios perros, los cuales estaban echados en el camino tapando el paso.
En ese momento, Daniel solo los quedo observando por un par de segundos, luego, puso en marcha su camioneta, pero, al irse acercando a los perros, él noto como de la oscuridad salieron otros 3 perros más, de los cuales, uno se le hizo inmediatamente conocido, pues era una perra Dóberman Pinscher, la cual pertenecía a uno de sus vecinos más cercano.
Al ver aquella perra, Daniel se detuvo de golpe, pues, claramente vio como uno de los perros intentaba montarla, pero para su mala suerte, el segundo perro los interrumpió al apartarlo con un golpe y peleándose, entonces, en ese momento de confusión, un tercer perro apareció y esté, intento montar a la perra, la cual se quedaba se quedaba quietecita por un instante y después se apartaba de ellos.
Daniel ya había reconocido a la perra, así que, al ver que los perros que no eran de su raza e intentaban montarla, esté rápidamente se hizo suponer que Princesa estaba en celo y de seguro se había escapado de su hogar.
Princesa solamente la habían cruzado una sola vez, por lo cual, solo había tenido una camada con 5 cachorros, pero tras haberse escapado más de una vez, el padre de Daniel, le había comentado que su vecino Alejandro no tenía planes para volverla a cruzar.
Al recordar esto, Daniel rápidamente se bajó de la camioneta y caminó apresurado hacia donde se encontraban los perros, una vez ahí, esté llamó a la perra por su nombre “Princesa”, entonces, ella, al escuchar su llamado, de inmediato se acercó a él moviendo la cola como toda perra mansa y dócil.
Al tener a Princesa frente a él, Daniel rápidamente se arrodillo y le acaricio la cabeza con ambas manos para ganar la confianza de la perra, la cual, en un segundo demostró su aprobación, pues inmediatamente sacudió su larga cola y sacó la lengua ante las caricias de ese hombre.
Daniel: ¡Hola princesa! ¿Cómo estás? ¿qué andas haciendo con todos estos perros? “a tu Amo no le va a gustar que quedes preñada” ¡tontita!
Princesa solamente movía la cola y le gustaba, como aquel hombre le acariciaba las orejas, así que, en un descuidó, princesa se liberó de las manos de Daniel y entonces, ella empezó a lamerle la verga, la cual traía aun súper dura.
Ante el contacto con aquella rica lengua, Daniel rápidamente sintió como una fuerte corriente eléctrica le recorría por sus dos enormes bolas, así que, ese pobre hombre, por instinto, de inmediato soltó un fuerte gemido.
Daniel: “mmmmmmmmmm” (estremeciéndose completamente)
Daniel se había quedado helado y no era para más, ya que, podía sentir como esa legua rasposa pasaba por toda su dura verga y que, aquella rica sensación que estaba sintiendo en ese instante no le desagradaba en lo absoluto; entonces, en ese instante, él cayó en cuenta que la culpa la tenía el, ya que, se había olvidado de guardar su verga por bajarse de prisa de la camioneta.
En un instante, Daniel apartó a Princesa de su dura verga, entonces, en un segundo, esté salió del shock de lo que había hecho la perra, pero un minuto después, aquel hombre no podía negar, que de alguna manera eso le había encantado, pues claramente pudo sentir, como esa maravillosa lengua le lamia de lo más rico las bolas y la verga, la cual, para este momento, se había puesto aún más firme como una roca.
Daniel: ¿por qué hiciste eso Princesa? “Sé que tienes necesidades, pero eso no se hace” ¡ya verás que en unos días estarás bien! (acariciando su cabeza)
Lo que acaba de ocurrir, estaba a punto de quedarse en el pasado, pero Daniel estaba muy caliente y excitado, así que, sin decir ni una sola palabra, esté empezó a masturbarse a Full, pues al sentir la lengua de Princesa, aquel hombre quería descargarse lo más rápido posible, ya que, sentía las bolas súper duras y llenas de leche.
Continuando con aquel acto y, unos minutos después de haber comenzado su autocomplacencia, Daniel libero por unos segundos su gran herramienta, pues, en ese instante, había despertado su instinto animal.
Daniel, lentamente fue acercando la cabeza de la perra hacia su gran verga, así que, Princesa, al tener esta deliciosa invitación, está de inmediato empezó a lamer ese rico trozo de carne, el cual, para este momento, Daniel no dejaba de masajear por tan morbosa situación.
Daniel no daba crédito de lo que estaba sucediendo, pues, ante sus años vividos, nunca se imaginó llegar a sentir tan rico placer y aún más interesante, proporcionado por una perra, así que, cerro los ojos y se concentró en disfrutar la maravillosa lengua de Princesa.
De repente, la perra dejo de lamer, así que, Daniel abrió los ojos abruptamente y se llevó una gran sorpresa, pues, uno de los perros que se encontraban ahí, estaba sobre Princesa tratando de penétrala.
Daniel: “oye” ¡esta perra es mía!
En ese momento, aquel hombre se transformó en un ser irracional, así que, sin pensarlo, a puño cerrado, dio un fuerte golpe al pobre perro por uno de sus costados e inmediatamente le arrancó un grito desgarrador.
Ante este fuerte grito de lamento, Princesa se asustó e inmediatamente se puso en alerta, por eso, ante este hecho, ella se giró y se pegó a Daniel para sentirse segura, así, de esta manera, ella de inmediato comenzó a ladrarle al perro, el cual, se fue corriendo sin rumbo en aquella oscuridad.
Ante aquel acto de agresividad, Princesa mantenía las patas totalmente abiertas y con la cola levantada, pues seguía ladrando y en alerta ante cualquier ataque, pero eso no era lo que realmente debía preocuparle, ya que, sin percatarse, ella misma estaba entregando su gran vulva hinchada, la cual, en este instante, estaba haciendo contacto intimo con la palpitante verga de aquel humano.
Por otra parte, Daniel no le pareció degustarle aquel contacto físico, así que, ante la insistencia de Princesa por seguir ladrando, esté se pegó más al cuerpo del animal y entonces empezó a acariciarla para que se tranquilizara y dejara de llamar la atención.
Ante aquellas caricias, Daniel no puedo evitar rosar su verga más de una vez con aquella hinchada vagina, así que, ante el contacto físico de ambas partes íntimas, su curiosidad despertó como una estrella fugas y entonces, empezó a empujar su cintura.
Daniel: “uyyyy” ¡esto tiene ganas de tragarse a mi verga! ¡eso no está bien Princesa!
Aquel hombre, rápidamente sujeto su verga con una mano y frotaba esa vagina de arriba hacia abajo, ante este acto, princesa se quedaba quieta y se dejaba hacer por aquel humano. Así que, Daniel, sin tomarle importancia a eso, el claramente solo veía, como la punta de su dura verga abría esos labios vaginales de esa perra, los cuales estaban muy húmedos y tenían un color rosita.
Daniel: ¡tranquila princesa, solo quiero que me ayudes un poquito!
Aun tocando la vagina de Princesa, el cerebro de Daniel le indicaba detenerse, pues constantemente revoloteaban sus mismas palabras ¿qué demonios estoy haciendo? Pero eso no fue de mucha ayuda, ya que aquel hombre no pudo detenerse más y entonces, el dedo medio de su mano derecha se fue adentrando en aquella vagina.
Aquel grueso dedo se fue deslizando sin dificultad en el interior del sexo reproductor la perra, por lo que, una vez dentro, ese hombre pudo sentir la suavidad y el calor que emitía esa vagina canina; así que, en ese instante y de forma repentina, su propia verga reacciono por si sola, pues, dio varios saltos e inmediatamente expulso de su interior abundante líquido seminal.
Daniel: ¿Qué pasó campeón? ¡creo que tú también quieres probar esta nueva vagina! “verdad”
Daniel estaba hablando con su enorme verga, la cual, en ese instante, continuaba palpitando constantemente, pues, ansiaba estar, en el lugar que ocupaba ese grueso dedo; pero, eso no fue por mucho tiempo, ya que, aquel hombre fue retirando su dedo completamente y entonces, muy rápidamente acomodó su enorme verga entre los labios de esa vagina canina.
Daniel: ¡conste que tu fuiste la que me provocaste! ¡yo no quería, pero tu insististe! ¡Así, que probaremos, total tú no podrás delatarme!
algo torpe, la cabeza de aquella gruesa verga empezó a deslizarse al interior de Princesa, la cual, al sentir que aquel miembro humano se iba adentrando en su vagina, está, empezó a coger muy fuertemente e hizo que aquella verga se saliera de su interior.
Aquel hombre de 32 años no podía más con lo que estaba pasado, en ese momento, su calentura había aumentado al 1000 %, así que, inmediatamente se puso de pie y cargo a princesa, para llevarla a la parte trasera de la camioneta, una vez que la dejo ahí, Daniel fue a apagar el motor y reviso el asiento trasero, del cual saco una especie de lona y una lámpara.
Daniel ya tenía lo necesario, así que, se subió a la parte trasera de la camioneta y acomodo la lona sobre el piso laminado, ahí, el vio todo a su alrededor, el cual, estaba en total silencio y, por lo tanto, en aquella profunda oscuridad, nadie, absolutamente nadie, los podría molestar.
Daniel no podía esperar más, así que, dejo la lámpara a un lado y rápidamente, bajó su pantalón junto con su bóxer hasta los tobillos, una vez que su verga estuvo totalmente liberada, aquel hombre de inmediato se arrodillo en la colchoneta y llamo a Muñeca para que le diera un par de lengüetazos.
Tras varias lamidas de verga y bolas, Daniel hizo dar vuelta a Princesa, escupió una buena cantidad de saliva sobre su mano y enseguida, lubrico toda su enorme verga, entonces, ya listo, Daniel sujeto a la perra con su mano izquierda y después, con su mano derecha guio su palpitante verga a la entrada de aquella jugosa vagina.
La perra estaba en celo, así que, al sentir el contacto de aquel enorme fierro de carne, está inmediatamente levanto la cola y se quedó completamente inmóvil, pues, la muy putita, estaba feliz, por haber conseguido, una buena verga para su vagina.
Con sus manos aferradas a las ancas de la perra, Daniel fue haciendo un poco de presión con su cintura; entonces, de esta manera, su gruesa verga empezó a deslizarse en interior de aquella palpitante y húmeda vagina perruna.
Daniel: “wooooooo” ¡ya empecé a entrar!
En ese instante y ante este acto sexual, un gemido de placer salió de la boca de aquel hombre y no era para más, ya que, esa húmeda cueva estaba completamente esponjadita, calientita y demasiado apretadita.
Daniel: “aaaaaaahhhhhh” ¡que rica vagina tienes Princesa!
Aquella rica vagina fue devorando varios centímetros de esa gran verga, pero de pronto, Daniel se quedó quieto, pues rápidamente sintió, que la punta de su miembro topaba con algo en el interior de Princesa, así que, retrocedió un poco e hizo un par de embestidas, pero no pudo logran meter ni un centímetro más.
Daniel: “rayos” ¿pero que diantres es esto que no deja que entre más mi verga? (confundido)
Después de seguir intentando por unos minutos más y, ante este hecho de rotundo fracaso, Daniel por primera vez se había dado por vencido de penetrar completamente aquella perra, así que, en ese momento, él pensó que las perras tenían muy pequeña la vagina a comparación de una mujer.
Daniel: ¡ni modos, tristemente ya no pude entrar!
para este momento, aquel hombre ya llevaba un buen tiempo sin tener sexo, así que, ese instante lo disfrutaría, pues, aquella rica cueva le estaba proporcionado la rica calidez que necesitaba su gruesa verga, y no le importaba, que solo fueran unos pocos centímetros los que estaba dentro.
Moviendo la cintura en tan conocido vaivén, Muñeca se mantenía muy quieta, pues estaba disfrutando de la gran cogida que estaba proporcionando por primera vez su vecino humano, el cual tenía una buena verga para goce y disfrute de cualquier vagina humana.
Daniel: “aaaaaahhhhhhhhhhh” “aaaaaaahhhhhh”
Al igual que Daniel, Princesa también estaba disfrutando de aquel maravilloso encuentro sexual, así que, los dos estaban completamente excitados y deseaban sentir más y más, de sus ricos órganos reproductivos.
Sin lograr meter más de su gruesa verga, Daniel continúo cogiendo a esa perra, así que, ante aquella morbosa situación, ese hombre no le quedo de otra, más que acelerar sus embestidas, pues ya sabía que pronto llegaría a su orgasmo.
Tras varios minutos de rico sexo con aquella vagina canina, Daniel por fin termino en el interior de la vagina de la perra, así que, esté se sujetó fuertemente las ancas de Princesa y entonces, dio un fuerte gemido.
Daniel: “aaaaaahhhhhhhhh” “mmmmmmm” (bufando) “aaaaaaahhhhhh”
En ese instante, aquel hombre, ya se había desahogado sexualmente con aquella hembra, perra, pero al fin y al cabo con una rica vagina, así que, tras haber concluido el coito y tras unos minutos después de recuperación, Daniel fue retirando su aun dura verga de aquella hinchada vagina y entonces, vio como escurría su abundante leche.
Daniel: “uufff” ¡disculpa nena por dejarte así, pero la verdad, es que tenía los huevos bien cargados! “jejejeje”
Al sentirse completamente liberada, aquella perra rápidamente se tiró en el piso e inmediatamente empezó a lamer su propia vagina para dejarla limpia, después, está observó a su macho para lamerle la verga, pero era demasiado tarde, pues, Daniel ya había guardo su verga y se estaba acomodando la ropa.
Daniel: ¡que rico la pase contigo! ¡tienes una rica vagina y es una lástima, que no pudieras sentir completamente mi verga, porque te habría hecho chillar! “jajajaja”
Después de acomodar todo en su lugar, Daniel dejo a Princesa en la parte trasera de la camioneta y la llevó a la casa de sus padres.
Continuara…
Como siempre de los mejores relatos que eh leido los tuyos an sido de los mejores espero segunda parte por favor😈
Excelente relatos amigo. Un placer nuevo por acá ya chico con experiencia pronto estaré subiendo relatos míos saludos de mendoza-argentina.
Me encantaría tener amigos para montar perras
seria genial
Estuvo bueno y excitante el relató, pero no entiendo porque no le entró toda tú vrg, cuánto mide? La perrita era pequeña? Pues las dimensiones de una vrg canina son enormes también y eso que entra hasta la bola. Pero en fin es bueno tú relato. Saludos. Y espero los siguientes.
Que delicia de relato, ojala pudiera leer mas!
genial