El viaje donde disfrute de una orgia hecha por cuatro burreros.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por lexzb.
El asunto comienza en una ciudad del interior, el día que conocí al portero del edificio donde me fui a vivir en un aparta estudio, el cual era costeño, inicie una amistad que cultive por varios meses, donde hablábamos de todo pero en especial de su pueblo San Antero famoso por el festival del burro, hasta que un día tome valor y le hable acerca de follar burras,de antemano sin burlas antes diciéndole que allí los adolecentes eran bendecidos por probar vagina desde muy temprano sin tener que ir a un prostíbulo o masturbarse por años, como vio que no era mojigato se abrió y me hablo de sus múltiples experiencias desde que era adolecente a lo que yo le respondí contándole que también era burrero y le conté mis experiencias, allí se dio su invitación a la finca de su padre, en la cual vivía un hermano menor su madre y hermana,
El costeño me conto que su padre los inicio a él y a su hermano en lo de follar burra pues se los llevaba a trabajar las tierras y calamar calentura con las burras que poseían, me comento que a ellos, el asunto lo tomaron de forma natural, porque escuchaban también a sus primos y amigos de escuela comentar las mismas experiencias.
Bueno se llego el día de las vacaciones de mi amigo costeño que “coincidieron” con las mías y nos fuimos para San Antero, íbamos bien arrechos por probar lo que no habíamos tenido en meses cuando llegamos a la finca después de el respectivo recibimiento nos fuimos a darle una “vuelta” a las tierras y allí en un paraje solitario con bastante vegetación nos esperaban 4 sabrosas burras entonces padre, hermanos y yo nos desnudamos y cada uno con su verga a reventar cogió la burrita que iba a excitar, empezamos por acariciar lomos y a meter dedos en las vulvas a dar palmaditas en las chuchitas a meter todos los dedos y empezamos a sentir las chuchas mojadas y empezó la orgia pues empezamos a penetrar las burras, las pija más pequeña era la mía de 15 cm mientras que las pijas de los costeños eran como de 16 a 17 cm,
y empezó el tren de huevo y se oía el saz saz chas penetraciones que disfrutaban aquellas burritas los costeños acompañaban dicha faena de frases morbosas y se hacían chistes entre si, se notaba la camaradería entre ellos incluyéndome claro esta a lo cual respondí tratando de integrarme, se oía frases como: uff goza burra caliente que mejor macho no ha podido conseguir, ohh te tengo mojada y loquita con esta barra de acero que tienes adentro, ahh que cuquita más suave y tierna me vuelve loco, eisss esta cuevita me pone la monda como un bate o frases como haber quien no le responde a su hembra, cual es el polvo de gallo que se va venir de una, quien es el mariquita que lo tiene media caña y necesita viagra, a quien le quedo grande la burra, etc. etc. Todo aquello acompañado de risas y jadeos de placer
bueno en medio de aquella orgia de este cuarteto de burreros empezamos a intercambiar burras en la segunda burra que cogíamos mi amigo y yo nos venimos, era normal llevamos días sin comernos una burra pero sabíamos que debíamos eyacular fuera de la concha, en un costado, en el anca de la burra, para poder continuar con la faena, echamos gran cantidad de semen transpirábamos y yo en lo personal tuve un placer enorme mi polla ya fuera de la vagina se movía de arriba abajo como brincando como si tuviera un calambre cada vez que me salía un chorro de esperma, en total fueron como seis corrientazos,
en ese momento de la orgia tanto mi amigo como yo no perdimos la erección y pasamos a la tercera burra y todos continuamos mete y saca, clavo que se merecían aquellas hembras que empezaba abrir a cerrar los labios negritos dejándonos ver por momentos el carnoso interior de la vagina, como pidiendo que le enterráramos nuestros vergones al final cuando cada uno iba en la cuarta burra la faena se hizo más intensa y vino el frenesí aceleramos el ritmo bombeamos con mucha intensidad yo creo que hasta los cojones los metíamos dentro de aquellos chochos y empezamos a venirnos primero lo hizo el hermano menor, luego yo, mas tarde el padre y por ultimo mi amigo, cada uno gemía de placer al eyacular y se escuchaba frases como eso es que no te que nada en la pelotas, échale hasta la última gota de leche que tienes, quémale todo el fierro adentro, dale dale que sepa lo es un macho de verdad etc. A final cada uno se sentó a tomar aire y veíamos como de las vulvas empezaban a salir y votar semen en gran cantidad, que momento nunca lo olvidare.
Pase cinco días en aquella finca donde aproveche al máximo para coger burra, a veces solo, a veces en compañía de uno o dos de aquellos costeños, como sea disfrute a loco, a diario me echaba dos o tres polvazos; mi amigo el portero me brindo las mejores vacaciones que he tenido.
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