El viaje donde me certifique como burrero
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por lexzb.
Esta vez me di una escapadita desde el interior del país a la Costa Caribe, más específicamente a las playas ubicadas entre San Bernardo y Moñitos, en un fin de semana que incluía lunes festivo, inicie mi viaje viernes en la noche y llegue sábado a las 6 de la mañana me hospede en un hotel sencillo ubicado en dicha playa, lo primero que hice fue dormir un par de horas, después de descansar me dije es hora de salir a buscar quien me un ayude a encontrar una sabrosa burra, me puse una bermuda, camisilla y sandalias para caminar por la zona, como es un sector de pocos pobladores, mucha vegetación y playas vírgenes, tiene pocos turistas, lo que es ideal para mis planes, al poco tiempo me encontré a un lugareño como de mi edad el cual me abordo para venderme ostras promocionándolas como afrodisiacas, me dijo, “son buenas, después de comerlas, te ponen la verga dura varias veces para que hagas gozar a tu mujer”, a lo que le conteste “de una, es lo que necesito, ya que vengo a comer burra usted me puede ayudar a encontrar un rica burrita para darle verga varias veces, se le paga bien si me ayuda con esa vuelta”
me miro con cara de asombro y picardía, no se esperaba escuchar mis palabras y me contesto “de una mi hermano yo también soy burrero y tengo un par de burritas si quiere vamos ya hacerles una visita”, nos fuimos caminando por la playa y me comento que era casado pero muy activo sexualmente y que a diario comía burra en las horas del día y en las noches a su mujer, claro está si no tenia alguno de los famosos pretextos que ellas usan para no estar con uno, es más, me dijo que aprovecharía también para cogerse su burrita, en ese momento nos desviamos de la playa hacia un paraje con mucha vegetación y allí estaba un par de burritas bien bonitas, a mí se puso la verga de una como un fierro, el costeño me señalo la hembra que era para mí y de una nos desnudamos, el hombre también tenia la monda a reventar y bien grande, como de 16 cm,
cada uno empezó a sobar el lomo de la burra, luego darle unas palmaditas tiernas a la vagina y con los dedos a tocar y abrir los labios morenos para hallar y mirar ese interior carnoso, delicado y suavecito que invita hacer penetrado, yo empecé primero, estaba más desesperado por sentir esos placeres, luego el costeño también empezó darle verga, solo se oía el chas, chas, con cada envestida que le propinaban nuestros penes a esas chuchitas que se ponías cada vez más jugosas y empezaban a chupar y aspirar los pijones que tenían adentro, yo después de 10 minutos de penetración suave sentí un corrientazo de máximo placer, eyacule como nunca cuando saque mi pene todavía erecto empezó a salir de la vagina de la burra una gran cantidad de semen que chorreaba por sus labios negritos cayendo al suelo mire al costeño que seguía dándole tren de huevo a su hembra cuando se voto yo ya estaba listo para volver a empezar, “hizo efecto las ostras” le comente al costeño y me dijo “no fallan” y comencé de nuevo a darle huevo nuevamente a la burrita,
esta vez dure un poco mas pero fue una penetración más intensa sabia que ya había descargado y aguantaría mas voltaje en la penetración, después de 15 minutos de tocar el cielo al tener mi pollón dentro de esa gran vagina, me vine otra vez, gemí como un loco que saciaba sus deseos más grandes, con mi pene todavía erecto esparcía mi semen que salía de esos labios por todo ese rabo, mirando el costeño me dijo “satisfecho” a lo cual le respondí que si pero no por mucho tiempo, el hombre me propuso que me instalara en un bohío muy cerca de ahí para que aprovechara la tarde y el día siguiente, antes de mi regreso el día lunes, y que la alimentación estaba incluida en su cabaña que su señora cocinaba delicioso, yo acepte, mejor propuesta no me habían podio hacer, fuimos por mis pocas cosas al hotel regresamos a su cabaña me presento a su señora como un turista que quería estar solo alejado de la civilización descansando, almorcé y me fui al bohío, ya yo solo en la tarde seguí disfrutando de los placeres de aquella burrita rica al cual le eché dos polvazos más, el domingo fue exactamente igual al sábado, que fin de semana nunca se me olvidara.
Espero sus comentarios, Atte. LEXZB. Gracias
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!