Fantasía cumplida
Yo siempre he tenido una predilección por las aves y los gratos recuerdos de mi niñez, pues fue con ellas con quienes me inicié.
Una fantasía más cumplida.
Hace unos días me invitaron a una finca muy cercana al pueblo para hacer un diagnóstico de cómo desarrollar unos galpones y corrales para cerdos, fui en horas de la mañana analicé y medí el terreno, me puse a elaborar los planos, en horas de la tarde aún no había terminado así que el dueño de la finca llamó por celular al cuidandero para que organizara una habitación y que me hospedara para que al día siguiente una vez terminara le llevara los planos a un maestro de obra en el pueblo, en la tarde suspendí el trabajo y me dispuse a dedicarme a otras actividades entre ellas recorrer el terreno, sé que no levantaría sospechas porque era invitado.
Ese señor al igual que nosotros también tiene animales como gallinas, pavos o piscos, ganado vacuno y algo que me llamó la atención es que tenía unas gansas las cuales dejaban en una especie de galpón bien encerrado. Siempre quise meterle una culiada a gansa, pero nunca en mis 26 años de zoo había podido, aunque mis inicios fueron con gallinas a los nueve años y he probado toda especie doméstica incluida pavas o piscas, jamás con una gansa. Estaba muy deseoso de cogérmela esa noche, así que regresé a la casa, luego de cenar me dirigí a la habitación asignada, no sin antes decirle al cuidandero que iba a estar afuera otro rato, me dijo si quería ir a ver tele, le contesté que no me gustaba, él se retiró a su habitación para dormir.
Esperé que avanzara la noche sentado bajo una especie de kiosco llamando a algunas amistades por celular, a eso de las 10 de la noche me dirigí al galpón llevando conmigo una linternita pequeña que tengo y una silla plástica del kiosco, yo estaba excitado en ese momento y se me pasaban pensamientos morbosos, mi corazón estaba latiendo a mil y estaba literalmente que me cagaba del miedo, duré unos 10 minutos viendo todo mi alrededor y al no ver a nadie ni sentir nada, me metí con mucho cuidado al galpón, me acerqué a las aves, la cuales se pusieron de pie y trataban de huir, les agarraba por los lados para que no aletearan, cuando se quedaban quietas, las sujetaba sobre la silla y con la otra mano les cogía el culo, sin embargo no era tan pendejo de descuidarme porque los mordiscos que dan duelen, le metía los dedos en culo para ver cuales estaban más dilatadas hasta que encontré una que tenía buen espacio en el culo, me la llevé sobre la silla y sin más me desabroché los pantalones, me toco agacharme para quedar bien porque ellas tienen el culo más debajo de las gallinas, para que no molestara le envolví la camiseta para evitar que aleteara, aislé las plumas y le acomodé la verga en su entrada, la gansa comenzó a mover ese culito muy rico, sentía como si estuviera dándome besitos, gozaba de ese calor tan rico que se sentía, parece que lo fuera a quemar a uno, así que inicié con movimientos circulares para que fuera penetrando, la gansa trataba de molestar y no se quedaba quieta. Me costó paciencia para lograr meterle la cabeza, una vez ingresó sentía que estaba lubricando porque pujaba bastante y botaba góticas de líquido, por momentos alcanzaba a sacar mi verga, pero cuando aflojaba volvía a penetrar, poco a poco comenzó a entrar cada vez más la verga, la gansa tenía unas contracciones demasiado fuertes y ricas, seguí con movimientos de vaivenes muy lentos y constantes hasta quedar completamente clavada, sentía que la verga se me quemaba, la sensación era distinta a la de las gallinas y las piscas porque la penetración en gallinas es poca y en piscas es demasiado seca, era mucha rica la penetración y el calor de adentro no era comparable a las otras dos, seguí bombeando lo más suave que podía hasta que la misma gansa comenzó a hacer pucheros como si fuera a expulsar el huevo por lo que seguía lubricando demasiado, podía sentir húmedo mi pene, le entraba toda mi verga y lubricaba mucho. Era toda una sensación muy rica y me ponía cada vez más caliente, como estaba lubricando demasiado, encendí la linterna para verificar que no la hubiese roto, todo lo contrario, mi pene estaba completamente embadurnado de una sustancia blancuzca y algo de rila, lo cual motivó quitarme el pantalón para no ensuciarlo, mientras tanto solté a esa gansa. Yo estaba que desocupaba todo, por lo que decidí descansar y coger a otra, luego cogí a una de color blanca que tenía un culo rosado y se miraba todo provocativo, la acomodé y le coloqué la verga en la entrada volviendo a sentir que besaba con su culito. Poco a poco le logré meter la cabeza y con la linterna alumbré cerquita viendo ese anillo alrededor, la seguí penetrando hasta sentir que sus plumas daban contra mi abdomen y al igual que la otra inició a hacer fuerza para expulsar mi pene, estaba literalmente que explotaba, como sé que no puede apretarse contra uno deje que ella se encargara de hacerme votar todo, pude sentir esas ricas sensaciones de placer y gozar como otras tantas veces hasta que mi leche inundó el culo de la gansa, se lo dejé metido hasta que perdió erección y la gansa al rato lo expulsó al pujar duro, luego le alumbre el culo el cual estaba literalmente que le goteaba mi leche y mi verga estaba untada de bastante rila blanca y excremento, aunque llevo muchos años con aves sentí mucha satisfacción, muchísima, igualmente jamás me había quedado la verga tan untada de rila, después me fui para la habitación, ya en la ducha me eche el prepucio para atrás y le retiré todo vestigio de la gansa, me duche bastante y me acosté a descansar.
Bien, me recordó un viejo film de Peter Greenaway, de cuatro horas sobre aves en un mundo apocalíptico.