Gozar con una perra por 1º vez a los 26 años – 2da. Parte

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
A ls 26 años, la vida me llevó sin que yo me lo hubiera propuesto, a vivir la mas hermosa experiencia, la que Uds, ya conocen a través de mi relato anterior, yo me sentía plenamente feliz de lo vivido, de lo experimentado y esa mañana estaba esperando la llegada de mi cuñado, ya mi hermana estaba en casa de mis padres, por dos dias más y como a mi ya me faltaban provisiones, mi cuñado llegaba esa mañana, trayendo todo lo necesario y también ya venía ha hacerse cargo de sus tareas.

Mi cuñado es un hombre de esos de quienes se dice, que son más buenos que el pan, aparte de eso trabajador y capaz de resolverlo todo, enamoró a mi hermana, conquistó a mis padres que lo quieren más que a mi, y yo aunque al principio estaba celoso de el, terminé adoptándolo como cuñado, amigo y hermano..

El llegó muy feliz por haber sido padre ahora de una niña, ya que sus otros hijos son dos varoncitos, recorrió la casa, vio los animales y después preparamos el almuerzo, almorzamos, limpiamos, ordenamos la cocina y el se quedó casi toda la tarde revisando sus cuentas, a mi me llamó un poco la atención que su perra, no se separaba de el, lo seguia a todas partes, a mi ya no me buscaba, entonces salí a caminar por el campo y llegué hasta unas profundas barrancas, en el fondo había árboles y altos yuyales, yo pensé por un momento, ¡Que hermoso escondite para hacer el amor con la perra! Si yo viviera aqui en el campo, pense nuevamente, me la traería aqui y le daría pija en este hermoso escondite, realmente un hermoso escondite para culear al aire libre y en pelotas medite y ya me estaba alzando en esa soledad, recordando los polvos que le había echado a la perra.

Por la noche, después de la cena, nos quedamos charlando hasta tarde, yo decidí irme a dormir, fui al dormitorio, me desvesti y me acosté, pero no podía dormir, pensaba en todo lo vivido en esos dias con la perra, en todas las noches que me la había cogido, en cuanto me había hecho gozar ese animal, como deseaba yo tenerla otra vez clavada en mi verga parada, entonces me levanté y sali al patio, caminé hacia la parte trasera de la casa, vi entonces la ventana del dormitorio de mi cuñado abierta y escuche que alguien hablaba, amparado en la oscuridad miré hacia adentro y grande fué mi sorpresa cuando vi a mi cuñado en pelotas, estaba parado en medio de la habitación y la perra le estaba mamando la pija, yo nunca había visto a mi cuñado desnudo, por lo tanto no sabía que tenía una pija tan grande, la perra se la lengueteaba desde el tronco hasta la cabeza, como si estuviera saboreando el mas rico manjar, le lamía las bolas y el con la cabeza echada hacia atrás y sus ojos cerrados, le decía -¡ Asi, asi, asi, asi me gusta mi amor, aqui está tu hombre, aqui esta tu macho nena, más, mas, siiiii asiiiiii asiiiiiii.

Después de hacérsela mamar bien y gozar largamente, la acarició suavemente por el lomo y paso su mano hacia su concha y comenzó a masajeársela y a meterle los dedos, primero uno y después dos juntos, la perra estaba inmóvil como esperando que su macho le diera pija, el entonces se puso detrás de ella, le puso la verga en la entrada de la concha y sosteniéndola con ambas manos, empezo con un suave balanceo de caderas haciéndosela jugar y en ese balanceo se la iba empujando, se la metía de a poco, ¡¡ Que hijo de puta pensaba yo!!! este tio es un artista para culear, y asi se la fue metiendo hasta que se la mandó hasta los huevos, se quedó un poco quieto y luego comenzó a culearla suavemente al principio y luego con fuertes embestidas, se escuchaba su respiación entrecortada, sus gemidos de placer hasta que exploto en un ¡¡¡¡Haaaaaaaaaaaaa!!!! y apoyo su cabeza sobre el lomo del animal, había eyaculado ¡¡¡Que polvo !!!! pensé yo, asi se quedó un rato, la perra ya se queria ir pero el la sujetaba yo creo que se abotonó.

Yo me fui entonces al dormitorio, pero ni pensar en dormir, después de lo que habia visto, estaba yo alzado tenía ganas de culear, después de ver a este semental que es mi cuñado, a cada rato la pija se me queria parar, tenía ganas de culearme la almohada como cuando era yo pendejo o hacerme una de esas pajas a dos manos que me hacía en una época, entonces opté por ir al baño y ponerme bajo la ducha, pero el agua que caia sobre mi verga parada me hacía cosquillas y acabé solo.
Por la mañana lo escuche que se levantó temprano y fué a ordeñar la vaca, yo fui despues a la cocina y me encontré con el, estaba como siempre contento y de buen humor, yo pensaba ¡¡¡Que polvo te echaste anoche hijo de puta!!!

¡¡¡¡Que mamada de verga te pego tu perra!!!! pero solo eran mis pensamientos, nunca me hubiera atrevido a decirle que lo vi, yo soy respetuoso de la intimidad de los demás.
El en un momento salió al campo y yo que me había quedado caliente, enseguida llamé a la perra, ella vino muy docilmente y la lleve al dormitorio, me desnudé, la subi a la cama y sin muchos rodeos, la acomodé le lenguetie un poco la concha y se la metí despacito, hasta que esa conchita se trago toda mi pija, y comenzé a sentir nuevamente el deleite de culearme esa perra y llenarle su concha con mi leche y acabé con infinito placer, pero al terminar el polvo, torci mi cabeza hacia el costado y tuve la peor experiencia de esos días, mi cuñado estaba parado en la puerta mirándome, yo en el apuro no había cerrado la puerta, yo hubiera querido que me tragara la tierra, yo estaba unido todavía a la perra y después de mirarme, dio media vuelta y se fué.

Rapidamente me vestí y me quede en la habitación, no sabía que hacer, no atinaba a nada, pensaba como enfrentar ahora a mi cuñado, me moría de verguenza porque el me había visto y aunque yo tambián lo había visto a el, yo aceptaba como algo natural que el se culeara su perra, pero no me gustaba nada que el supiera que yo hacía lo mismo, lo escuché en la cocina preparando el almuerzo y yo estaba ahi sin saber como reaccionar, no se cuanto tiempo paso, de pronto el estaba otra vez ahi en la puerta y con voz mas que amable me dijo. – Cuñado, el almuerzo esta listo, venga, Yo me levanté y caminé hacia la puerta, el se hizo a un lado para dejarme pasar, y salimos rumbo a la cocina, de pronto yo sentí su brazo sobre mi hombro, me pareció por un momento que era mi padre y con voz que era casi un ruego me dijo, -Cuñado, no se sienta mal ante mi, coger es cosa de hombres y aqui en el campo cuando el instinto manda, uno a veces echa mano a la primera hembra que se le cruza…..además yo hace años que me la culeo…desde que tuvo su primer celo….yo soy su macho, y dicho esto me pegó una palmada tan fuerte que me hizo trastabillar y riéndose me llevó hasta la cocina, una vez mas el sabía como salir del paso.

Todo volvio a la normalidad, la tarde transcurrió como siempre, llegó la hora de cenar y después nos quedamos charlando de temas diferente, ya era tarde y la perra que estaba a su lado parecía inquieta, como invitándolo a salir, le ponia las manos sobre sus rodillas, le lamía la cara y quería oler su entrepierna, sin duda lo buscaba a el, su macho, el entonces me dijo, -Cuñado, esta hembra está alzada, quiere pija, y guiñándome un ojo me dijo, -Aqui hay dos machos dispuestos ¿Que tal, si la complacemos entre los dos? y haciendo un ademán me invitó a seguirlo, yo sali detrás suyo, la perra iba con el, entramos al dormitorio, el abrió la ventana, la noche era calurosa, luego se saco la camisa, las botas, el pantalon y el calzoncillo quedando en pelotas, yo lo imite y me quedé esperando, entonces el chasqueó sus dedos y la perra se le abalanzó cariñosamente y le apoyo las manos en su pecho, el la abrazó quedando los dos como una pareja de amantes, el se movía lentamente como si bailara con ella y le hablaba con ternura, lo hacia el con toda naturalidad como si yo no estuviera, después la bajo y le ofreció su pija que ya estaba parada, entonces la perra comenzó ha hacer lo que mejor sabía, ¡¡¡¡Empezo a mamarle la pija, a lenguetearle las bolas!!!! y el gozaba como un adolescente -Asiii, asiii, asiii me gusta chiquita, se dejo mamar la verga largamente, luego la acarició y comenzó a meterle los dedos en la concha, despues de unos segundos se le fué por detrás y le empezó a meter la pija lentamente hasta que se la mandó a toda y empezó a culearla con una maestría que me dejo pasmado, sin duda mi cuñado era un experto, el estaba como en trance, como si yo no estuviera en la habitación y se echo un polvazo de esos, que solo el sabia echar, después me dijo, -Cuñado, es suya, disfrutela.

Yo estaba al rojo vivo, después de haber sido testigo de semejante polvo y comenzé ha hacer lo que yo sabía hacer, pero ahora había mucho mas morbo pensaba yo ya que la concha de la perra estaba lubricada con la leche de mi cuñado y asi fué, experimentaba yo un placer muy especial al sentir que mi pija entraba en esa concha caliente, sentia que mi pija nadaba en la leche de mi cuñado, que era su leche y la mia juntas en esa conchita que ambos disfrutábamos en esa noche de tanta lujuria, además era la primera vez que alguien me miraba mientras cogía y eso me excitaba mas aun, de manera que ese polvo fué genial para mi, terminé medio cansado y nos fuimos los tres a la cama, nos quedamos dormidos, me desperté no se a que hora, estaba sudado y sali al patio, me senté en los sillones y me quedé contemplando las estrellas y sintiendo el aire fresco de la noche.
Entonces decidi no irme a la cama, quise quedarme ahi a gozar de ese momento en que me sentía feliz, pleno, ya se escuchaba el canto de los gallos y yo estaba ahi, desnudo esperando la llegada del amanecer, me sentía como un recién nacido y asi en pelotas esperé la llegada del nuevo día, de ese día que era el último.

Cerca del mediodia llegaron mis padres y mi hermana con sus niños, la casa se poblo de voces, de risas y todo tomó otro ritmo, yo estaba e el dormitorio preparando mi bolso con la ropa y pensaba si todo aquello que yo vivi en esos días fue real, o fue tan solo un sueño..