HEMBRAS ESCASAS, EMOCIONES DIFICILES
Las burras por los lugares donde vivo son escasas y cuando logro conseguir una, las emociones se vuelven incontrolables.
En algunas partes de Colombia mi país, es muy difícil conseguir burras o yeguas criollas que son pequeñas, porque generalmente las yeguas que tienen en algunas partes son de paso fino o exhibición y el tamaño es considerable, hoy en día esos animales de carga son prácticamente innecesarios porque antiguamente los empleaban para cargar las cantinas de leche hasta donde llegaba el carro, hoy en día han ampliado las vías y el carro sube hasta la sierra, incluso un vecino tenía dos burras a las cuales clavaba cada vez que podía, las vendió hace ya dos años y me quedé sin nada, aun cuando yo tengo de todo iniciando por aves de tres tipos y hembras domésticas a las cuales también clavo, no me explico por qué carajos extraño la sensación de las burras o yeguas, pero hace más de un mes cuando me desplazaba de la cabecera municipal a la finca, un señor que vive relativamente cerca llevaba con él a una burrita negra volantona, desde entonces le vengo haciendo seguimiento para ver dónde la deja de noche, hoy viernes 3 de octubre de 2025 a eso de las cinco de la tarde vi que la estaba amarrando a corte de pasto en un potrero cerca de la carretera, quienes también clavan hembras creo que concuerdan conmigo en que cuando uno ve a una hembra que desea y quiere tener, cuando ve la oportunidad siente deseos incontrolables, llega una sensación de euforia, placer y alegría, siente uno hormigueo en el cuerpo, el pene se pone erecto y en la mente se cruzan escenas de uno clavando la hembra, a las siete de la noche con la burra en mi mente me fui hasta allá, abro el broche de la alambrada, me acerco a ella de lado, recorro su lomo, hasta llegar a su parte de atrás, le coloco la mano sobre la vulva para ver la reacción, no molestó nada de nada, le meto lentamente el dedo y se dejó, no sé si está acostumbrada o es bien mansita, saco el dedo, me lo llevo a la nariz para oler, uff que sensación de placer sentir ese típico olor a orina y carne. Desato la cuerda de la estaca y procedo a llevármela, después de media hora de camino llegué a nuestra propiedad, ya dentro de la propiedad y acompañado de la soledad no tendría ningún temor. Cerca de la casa hay una especie de galpón donde se guarda herramientas, insumos y otros, las ventanas tienen plástico negro y desde afuera no se ve nada de nada, la metí allá y cerré la puerta, luego encendí las luces, en una cubeta le puse heno con melaza luego se puso a comer, yo no podía más de las ganas, me quito los pantalones y pantaloncillos, me hago por detrás de ella, la altura era perfecta, le comienzo a dar masajes en la vulva ni siquiera reaccionó porque levantó fue el rabo y se fruncia cuando la tocaba en la parte inferior, le abro la vulva y puedo ver el color rosado de su canal vaginal, mi verga estaba demasiado dura y dispuesta a ser tragada por esa hermosa vulva, me pongo atrás de ella, le abro la vulva acomodando la cabeza de mi verga, luego le suelto los labios pudiendo sentir esa suavidad indescriptible, me estremezco de pies a cabeza al sentir el calor de su vagina entrando en contacto con mi pene, comienzo a presionar y sin nada de esfuerzo la ensarté en su totalidad, perdí la noción de espacio y tiempo solamente gozaba como nunca, lo saco y lo vuelvo a meter mientras el animal solamente comía, hace ya casi dos años que no comía burra, y hoy tuve la suerte de culiar este hermoso ejemplar que estaba bien rico, comienzo a metérselo hasta el fondo y sacárselo hasta la entrada para volver a clavarla, aunque sé que no está en celo, creo que sintió algo de placer porque comenzó a hacer guiños bulbares, cuando los guiños me empujaban la verga hacia arriba alcancé a sentir que iba a explotar por lo que sacaba la verga y apretaba duro el glande para que desaparecieran los impulsos eyaculatorios, no quería que esto acabara muy rápido, otras veces paraba, tomaba aire, calmado la ensartaba y le daba con más ganas, por momentos la burra soltaba algo de orina la cual literalmente me quemaba la verga y dejaba cundido su olor, hasta que llegó el momento en que no pude más, mi cuerpo temblaba y me escurría sudor, estaba sin fuerzas cuando siento los espasmos del orgasmo y comienzo a eyacular, le dejo toda la descarga de leche dentro de ella hasta que me pasaron las contracciones. Me quedo quieto pegado a ella hasta que la erección me pasó, me hago hacia atrás y observo que mi semen le escurre de su vagina, luego comienza a hacer guiños bulbares, con mi dedo le acaricio el clítoris viendo como prolongaba intensamente los guiños, ya sin ganas me retiro así en bola, traigo agua y le doy de beber al animal, le pongo más heno untado de melaza y espero algo más de media hora, cuando me recuperé, literalmente con desesperación, como si nunca hubiese clavado a una burra, me entraron deseos incontrolables de volverla a clavar, con papel higiénico le limpio la vulva para que no se me pegaran esos mocos en mi abdomen e inicio a clavarla con bastantes ganas, después de un rato escucho que chapoteaba bastante y era que estaba soltando chorros de orina, no me importó porque no quise parar hasta que estaba que no aguantaba, como tenía la verga muy mojada, saqué la verga y se la acomodé en el culo, logré metérsela toda sintiendo unos los apretones fuertes que me hizo gozar aún más, le dejé la verga metida en el culo, cuando de un momento a otro la burra bajo las ancas echo la cola hacia atrás, abrió las patas y se puso a orinar, al instante le saqué la verga del culo y así como estaba se la mandé en la vulva, el calor de la orina me hizo acabar de una. Al acabar fui me bañé porque estaba todo orinado, coloqué el despertador a las tres de la madrugada, ese resto de noche se pasó muy rápido y dormí muy cansado por las dos clavadas que le había metido, a la madrugada fui al cuarto, levanté al animal me quité los pantalones le abrí la vulva y metí la verga hasta las bolas, volví y le metí una tremenda culiada antes de llevarla de donde me la había traído. Vuelvo y recalco, es absurdo que yo con tanta especie que tengo para clavar, se me antoje por amores difíciles, pero sé que quienes han pasado por esas, entienden que esos deseos que llegan solamente pasan cuando se satisface esa necesidad.
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