Jugando con el perro a los 9 añitos.
Con inocencia a los 9 añitos entendi como es sentir a un perro adentro..
Mis necesidades y curiosidad se formaron cuando tenia 8 o 9 añitos. Pasaba mucho tiempo solo en la vieja casona de mis abuelos.
Alli alquilaban una casita a una pareja que tenia un perro grande sin pedigree. Era como un gran y pesado golden de pelo negro y corto.
Yo jugaba en el patio y la terraza de la casona sin ningun tipo de supervision por que mis padres trabajaban todo el dia.
Asi que fue, cuestion de tiempo, hasta que un verano en una casita que habia armado en la terraza vi con otros ojos al animal.
Estaba sentado con unos shorts muy cortos en la sombra con mi amigo David y vi como el can sentado comenzo a rascarse el costado. De pronto algo asomaba sobre su cola. Algo rojo. Brillante y puntiagudo parecido a un caramelo.
Me quede mirando eso fijamente y David que era algo mayor que yo y mas despierto comenzo a reirse y le puso nombre a ese dulce rojizo. Lo definio como «verga».
El perro comenzo a limpiarse y se lamia la verga de un modo hipnotizante para mi.
Esa noche, ya en mi cama, no dejaba de pensar en esa magica verga de perro. Seguro era deliciosa como se veia. Despues de todo el animal se la lamia.
El dia siguiente fue muy caluroso y subi solo a la terraza con la idea fija. No sabia bien que queria pero me rondaba la idea en la cabeza de ver mas cerca al animal.
Jugue con el como siempre. Ya habia sucedido en el pasado que el perro se emocionaba y queria montarme. Pero aun yo no entendia bien que era eso.
Luego lo acaricie y en la sombra de mi casita de juegos, mis caricias se centraron en su pecho y su vientre.
El enorme animal se recosto y se puso patas arriba para recibir los mimos con gusto. Al bajar y acariciar sus muslos traseros note que eso rojo y brillante asomaba de su capuchon de piel.
Asi que concentre ahi mis caricias y rascandolo fuerte pude ver de cerca su verga. Era puntiaguda y larga como la de mi padre. Recuerdos de la ducha.
No se por que recorde el miembro de mi padre al ver el del perro. Pero ahi estaba yo, con 9 añitos, nervioso frente a lo que añoraba ver. Y sin dejar de rascarlo con la mano libre tome el miembro del perro entre mis deditos.
Y acaricie el tronco y los testiculos del animal. La verga parecia inflamarse en la punta y soltar un jugo que parecia delicioso y fresco.
Me dieron muchas ganas de probar ese jugo. Y asi lo hice en principio. Con la punta de mi lengua. Siguio una pasada mas larga de mi lengua. Y despues quise, sin saber por que, meterlo en mi boca y saborearlo.
Asi que asi fue. Y lo sentia tibio en la garganta. Salado. Extrañamente rico lo que hacia.
Un niño. Ignorando lo que era, aun, un felatio. Una mamada. Baje dos veces hasta que el perro se incomodo y se levanto violentamente.
Me lanzo hacia atras. Tenia toda la verga desplegada y jadeando, movia la cintura de una manera que nunca habia visto.
Me era dificil. Pero intente seguir chupandosela por un costado. El animal estaba agitado y se movia.
Su miembro se inflamo cerca de la punta. Ya no me entraba facil en la boca. Realmente me esforzaba por que se quede quieto y poder disfrutar de eso, que aun sin saberlo, era una mamada.
Mi casita de juegos era de techo bajo. Fabricada con una pesada manta vieja del ejercito.
Asi que para moverse por el interior habia que gatear en cuatro patas.
Asi intentando acomodarme y mamarsela al movedizo perro. Me rodeo y me monto.
Lo baje y volvio a hacerlo. Y comenzo a mover su cintura como un poseso mientras me jadeaba en la oreja y su lengua mojaba mi cara.
Yo era pequeño y el perro pesado y grande.
Algo me gusto mucho en eso que hacia. Sabia que no me estaba haciendo daño.
Podia sentir como presionaba y palpitaba sobre mis pantaloncitos cortos. Su verga.
Lo deje que haga lo que quisiera.
Ese dia, mas tarde, mi abuela me regaño por
Haber empapado mis pantaloncitos cortos en el patio. Le dije que me habia sentado en un charco sin darme cuenta. Estaban bañados de semen del perro.
Recuerdo ducharme y la forma del grifo de la bañera de mi casa. Era redondeada. De unos 20 cms y cuando te ponias bajo el agua de la ducha, el grifo abajo, te hacia cosquillas entre las nalgas.
Las mismas ricas cosquillas que me hacia el perro con su miembro.
Asi que en cuanto me quede solo en mi casita de juegos y se dieron las condiciones para hacerlo. Repeti con el perro. Esta vez fue mas dosil para dejarme mamarsela.
Y pude hacerlo recostado entre sus poderosas patas traseras.
Poco despues el animal me monto y lo deje hacerlo. Pero me habia quitado los pantaloncitos cortos hace un rato.
El perro dio unas vueltas y detras mio senti su lengua jadeante y caliente en mi culo varias veces. Lamiendome. Que rico!
Se monto al fin. Siendo pequeño la altura era ideal. Su miembro rebotaba en mi culito y eso desesperaba al animal.
Me gustaba mucho eso que hacia.
Hasta que senti que su verga roja y lubricada insitia, torpemente, en mi ano. Sensacion extraña y rica.
Quise que no fuera tan erratico. Queria sentir mas eso. Asi que lo ayude a que me haga eso con su pene en mi ano. Y ahi fue donde entro.
Todo el peso de esa bestia sobre mi cuerpecito paralizado por el dolor que sentia al ser penetrado sin miramientos.
Era una sensacion muy rica en el fondo. Como defecar. Y sentir calor. Humedad. Adentro.
Sentia que se quedaba bien adentro quieto y que me innundaba algo tibio. Liquido.
No la podia sacar y el dolor que sentia me sacaba fuerza en las piernecitas.
Sollozaba con la cara hundida en mi peluche. Con la lengua jadeante en mi oreja.
Fueron minutos eternos de abotonamiento. Con el perro adentro mio pulsando y llenandome de sus fluidos.
Cuando la saco, salio aire y luego me sente en cuclillas y forme un charco tibio de semen.
Aun no entendia el morbo. Hacia por gusto cosas que me causaban placer con inocencia. Pero ese dia todo cambio.
Habia noches en mi cama que bajo las sabanas me metia un dedo en mi pequeño culo y pensaba en el perro.
O mientras me duchaba y el grifo de abajo me sobaba las nalgas. Algunas veces deje que el grifo se metiera en mi ano.
Pero no era lo mismo.
Disfrute de mi amigo canino 2 años.
Entremedio nos sorprendio mi amigo David y eso generara otro relato mas adelante.
Como hecho de menos la verga de ese perro.
Cuentanos ese relato amigo wow muy buen relato sigue contando saludos… 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Es una bendición tener un pero. Ojalá algún día tenga yo esa suerte
Me gusto el relato..