La perra negra
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Jauría (I)
Eran las dos de la mañana y no podía dormir, esa madrugada estaba de guardia en nuestra casa que tenemos camino a Formosa, el agua de la inundación prácticamente había llegado hasta la esquina, para colmo afuera seguía lloviendo, más lentamente pero era una llovizna cerrada y fuerte.
Otra de las razones era de que afuera se habían agolpado una docena de perros más o menos, de todos los tamaños, mire por la hendija de una de las ventanas que dan a la vereda, alcance a ver una masa confusa, obviamente todos alzados que intentaban copular con las hembras del grupo, no se escuchaba violencia, solo el sordo ruido de cuerpos peludos mojados, uñas sobre la vereda y el gemido lastimero de los machos rogando a las hembras, las que gruñían y emitían sonidos graves, excitadas, al mismo tiempo desbordadas por la cantidad de candidatos.
Decidí abrir la puerta para espantarlos o quizás también empujado por la curiosidad, cuando la abrí, un bulto empujó mis piernas haciéndome a un costado, en la oscuridad pude ver apenas como los animales seguían mordiéndose, persiguiéndose, gruñendo, siempre detrás de las hembras, me asombró la cantidad, lo de la docena quedo corto en realidad parecían unos veinte aproximadamente.
Instintivamente me metí de nuevo a la casa, y encendí una vela, casi antes de verlo sentí el rumor de su cuerpo sobre el piso, casi no había hecho ruido, era un perro negro de pelo corto, muy flaco, podían verse los huesos de las costillas y ancas, estaba contra un extremo de la mesada de la cocina y a la luz de la vela se veía tembloroso o asustado, me quede sin moverme primero, por temor a que reaccione mal, pero después me di cuenta que era bastante manso y tranquilo.
me miraba algo desconcertado, casi como yo, alce y acerque la vela y allí me di cuenta que el flaquísimo perro negro era en realidad hembra, la negra esquelética ostentaba un montón de ubres flácidas, pude ver además que era hembra porque había levantado su cola y pude ver su vulva.
Me empecé a dirigir hacía la puerta para abrirla y echarla a la calle y entonces casi al mismo tiempo la perra moviendo su cola empezó a mostrar sumisión casi agazapándose, mirándome nerviosa a ver si yo reaccionaba de algún modo. Volví a cerrar la puerta, puse la vela sobre la mesa y me senté a observarla, la perra negra se echo de costado y empezó a lamerse la vulva, la tenia bastante más grande de lo normal e hinchada y podía verse que rezumaba algo de flujos, el asunto empezó a inquietarme, nunca había observado la concha de una perra, así tan de cerca y sin preocuparme que alguien me viese, estaba como hipnotizado viendo la entrepierna de la chola, allí dentro de la casa. El calor, a pesar de la lluvia afuera, era sofocante, me dio un poco de lastima así es que puse un poco de alimento para perros en una vasija y la llene de leche, todo un manjar para un perro, estiro la cabeza y empezó a comer del tazón prácticamente zambullendo su hocico en el, comía ruidosamente y enchastraba gran parte de su cabeza con leche, empecé a tener más calor, no podía contener el morbo que me producía ver como la chola devoraba con gula el balanceado y la leche, la observaba desde atrás y veía como se balanceaban sus ubres y esa tremenda concha aterciopelada de bordes carnosos negros, dejando entrever su vagina color rosa, húmeda, yo estaba solo con los calzoncillos puestos y estaba embelesado con la figura bizarra de la chola, su vulva inmensa parecia un iman, no podia dejar de verla, sentado mirando a la perra, finalmente me acuclille cerca de su cabeza mientras comía, en ese acto mi pene se deslizo flácido por la abertura del calzoncillo, la luz de la vela vacilo por unos segundos entrecortando en luz las imágenes que se sucedían, la perra negra adelanto su cabeza con el hocico chorreando leche y olisqueándome empezó a lamerme tímidamente el pene, mi miembro empezó a estirarse, alongándose, mientras ella me lo cubría con su saliva tibia y babosa y la leche que había estado comiendo, estire mis manos algo temblorosas por la excitación de poder tocarla y empecé a acariciar sus ubres gordas pero flácidas al mismo tiempo, y toque su hinchada vulva, la perra estaba bastante excitada por los alimentos, me senté con las piernas abiertas , era puro huesos pero nunca había visto una concha de ese tamaño en una perra, mi verga, como un garrote sobresalía de la abertura de mi calzoncillo, no podía creer lo que estaba a punto de hacer, quería enterrar mi verga en la vulva sucia de esa chola, al fin y al cabo era una hembra más, la perra, sumisa, se dejo acomodar, esta vez nadie la molestaba, como afuera con esa gran cantidad de perros, y probablemente su instinto la impulsaba a que la fertilicen finalmente, su vulva hinchada pulsaba entre mis dedos, apoye la cabeza de mi poronga en la entrada de su vulva y empujando levemente se la introduje apenas, su concha babosa se entreabrió, estaba muy mojada por sus flujos, la perra se quedó quieta, empuje un poco más, el capuchón de piel de su concha cubrió la cabeza de mi pija, había entrado con relativa facilidad, mi enfoque de visión solo se limitaba al área de esa vulva con la mitad de mi pene adentro, todavía quedaba el grueso fuera, no se por que le dije: viste puta, ahora te van a coger como querías, te la voy a meter hasta el fondo, hasta tu útero
Me prendí de su vientre sintiendo sus ubres tibias y abrazándola la atraje hacia mí, yo estaba desbordado de una felicidad extraña, mi pija se deslizo hasta que mis huevos hicieron tope en ese botón carnozo, la perra abriendo su boca, empezó a gemir, torció su cabeza y empezó a lamerme la boca, yo la abrí e introdujo su lengua, empecé a decirle: hhamm..dame tu lengua babosa..así..si puta dale ese beso de lengua a tu nuevo perro, mientras empujaba hacia delante mi pubis, mi verga estaba a punto de explotar, se amoldaba con facilidad a la concha de la chola, de la que salía abundante flujo que me empapaba las bolas, empecé a decir, sos una puta reventada, tu concha es inmensa, metí un dedo entre su cajeta y mi pija y empuje acomodando mis huevos adentro, los labios de su concha aprisionaban el tronco de mi verga, la muy puta al sentir la tensión empujo hacia delante, haciendo que su vulva se estire. Su cajeta se inundo de algo caliente y empujando esta vez hacia atrás, empezó a restregarse contra mi verga, me salí antes de acabar, la perra se echó de costado, de su concha salió un chorro de sus flujos o acabada ,eso me enloqueció, un chorro de leche de hembra salía disparado de la cajeta de una perra caliente, que estaba gozando copular con un macho humano, su vulva sobresalía de entre sus patas huesudas, me agache con la verga dura latiéndome intensamente y enterré mi cara entre sus patas traseras, encontré su concha empapada de su acabada, el olor a perra era intenso, casi me asfixiaba, mi lengua como la punta de una lanza, se deslizo en su raja babosa, penetrándola al mismo tiempo, empecé a lamerla mientras le decía, asii…asi puta de mierda dame tu concha sucia.
Como deseo comértela, ..que rica puta de mierda, metí mas aun mi lengua dentro de su vagina sucia, hasta que mis labios besaron los bordes carnosos de su vulva, saboreando su leche de cajeta de perra, mientras yo chupaba golosamente su cajeta ella metió su cabeza entre las patas y sacando su lengua empezó a lamerme, el primer lenguetazo con su dúctil lengua se introdujo por el costado de mi boca, chocando con la mía propia que se encontraba profundamente enterrada en su vagina, empece a comer y lamer alternadamente su boca y su cajeta, después de estar asi por un momento, la levante y poniéndome detrás de ella y casi sin esfuerzo la penetre, enseguida empezó a acompañar mis movimientos, podía sentir sus huesos mientras la abrazaba, se retorcía entre mis brazos, mientras la cogía casi con violencia, empezó a gruñir, y luego a ladrar mientras sentía como acababa de nuevo, escandalosamente ladrando, sus fuertes ladridos ahogados por el ruido de la lluvia afuera, me asustaban un poco ya que tenia miedo de que reaccione con violencia, aún así no la solté me prendí más fuerte de su bajo vientre y me fundí en su cajeta llenándosela de mi leche, podía sentir como mi semen se deslizaba en su canal vaginal, mientras su concha se ajustaba acompasadamente como una funda húmeda y babosa sobre mi verga, pajeándome, exprimiéndome la leche que con tanto gusto se la estaba dando, jamas había disfrutado así de una hembra, su concha caliente y babosa era el paraíso, torcio de nuevo su cabeza mientras yo seguía alli retorciéndome fundido a su vulva, y empezo a lenguetear mi boca y mi lengua, mientras gemia quedamente y al mismo tiempo me daba su saliva tibia, exhalandome su aliento a perra directamente en mi boca, apretó una vez mas mi verga y despacio movio sus caderas hacia un costado
Mi verga se desenvaino lentamente de su concha y su vulva quedo sobre mi verga mientras expulsaba cuajarones de semen sobre ella, después se dio vuelta y empezo a comerse los restos de nuestros jugos que habian quedado en mi pija saboreándolos , de su hocico colgaban hilos de nuestros fluidos, ya habiamos terminado de copular, no podía creer lo que habia pasado, me habia cogido a una chola vieja y tetuda, casi sin dientes, y me habia gustado muchísimo, si alguien me hubiese propuesto pagar la mitad de mi sueldo para poder copular con ella como un animal, lo hubiese hecho sin titubear, quería más, quería aprender, quería volver a tenerla de nuevo, mis ojos recorrían golosamente su cuerpo, sus ubres, y esa concha aterciopelada, hinchada, que me sorbió hasta la ultima gota de leche de mis huevos…, .
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