La perrita de mi fraccionamiento.

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Un día estaba en la calle cuando de pronto veo una perrita bóxer roja, era por los meses de octubre y empezaba a hacer frío, por lo que tenia puesta una playera polo que algún vecino le puso pues la perrita a pesar de estar en la calle, se veía muy fina, supuse que tenia dueño así que solo la saludé y me fui a mi casa…

Al día siguiente llegando del trabajo veo que la pobre perrita estaba en la calle otra ves, pero enfrente de otra casa, la llamé y se puso contenta a mover la cola y vino a olfatearme. Vi su vulva y noté que estaba hinchada, pensé en tocársela pero es un fraccionamiento de casas muy pequeñas y nunca sabes quien te puede estar viendo, me dirigí entonces a mi casa con la esperanza que me siguiera pero no lo hizo, así que llegué, me bañé y me fui a acostar…

Pasaron dos días y no veía a la perrita, ni cuando salia a mi trabajo ni cuando regresaba, al tercer día llego primero a mi casa, caliento agua para café y una ves preparado, lo dejo en la mesa y me dispongo a buscar esa perrita en las entonces 4 callecitas que existían y me dio gusto encontrarla en la primer calle, ella se entusiasmo de verme y me volvió a mover la cola incluso se me acercó y decidí que era hora de llevarla a mi casa, eran como las 10:30 p.m. así que no me apuraba tanto la gente de las otras casas, caminamos juntos como si yo fuera su dueño y ella mi perra hasta que llegue al domicilio, abrí la puerta y la invité a pasar, ella entró gustosa y la encerré unos minutos en lo que iba a la tienda por unas pocas croquetas

Al volver se las di y las comió pues tenia hambre después, pe puse a acariciarla hasta llegar a su vulva, se la tocaba por fuera y la perrita que estuvo sentada en el piso se paró. No resistí las ganas y le metí un dedo y empezó a contraerse su vulva, le metí otro dedo y fue muy excitante, intenté penetrarla pero no podía, había algo que me impedía entrar y solo se cubría la cabeza de mi pene, por lo que decido sacarlo, meterle dos dedos y masturbarme hasta venirme, me voy a acostar y dejo a la perrita que pase la noche en la sala, me acuesto como a eso de las 11:30 y en mi cabeza me daba vueltas la idea de meterle mi pene, total, no se a que hora me dormí pero me levante a las 6:00 a.m, hora a la que no solía levantarme pues me levanto entre 8 y 9, recordé que la perrita estaba en la sala y no perdí el tiempo me levante con ganas de mañanero y con la esperanza de que ahora si entrara todo mi pene en su vulva hinchada

Me dispuse a meterle un dedo y de nuevo esas contracciones ricas, le metí dos y ella seguía excitada, no se que habrá pasado pero cuando el metí tres dedos me tiro mordidas, fueron tres y yo para controlarla la apreté del cuello con mi brazo hasta que se relajó. eso me excitó un poco mas y noté que mis tres dedos al fin estaban adentro, supe que mi pene tenia una pequeña posibilidad de entrar, me dispuse a penetrarla y poco a poco se le iba metiendo hasta que estaba todo adentro, recuerdo que a veces sacaba todo mi pene y se lo volvía a meter como si no creyera lo que veía luego le daba unas embestidas con todo el pene adentro hasta que sentí como si su vagina fuera muy estrecha, como si me apretara bastante, en ese momento la perra voltea y me mira a los ojos como si supiera lo que pasa

Es cuando en una embestidota me vengo dentro de ella, sentí como si mi pene hubiera crecido dos veces su tamaño e intento sacarlo para ver como esta, se lo saque despacio pues sentía muy apretado todavía.

Al ver mi pene, estaba cabezón, rojo y con semen, la perra me lo lamió frenética y se lamió ella también, yo estaba cansado así que me fui a mi cuarto a recostar y deje a la perra en la sala me dieron como las 9 y le abrí la puerta de la calle para que se fuera, hoy en día una vecina la adoptó y la perra cada que me ve me mueve la cola, desde ese día no lo he vuelto a hacer con perras pero he visto unas dos callejeras de mi colonia a las que les he puesto el ojo, veremos que pasa por lo pronto disfruten mi relato…