La Reina Negra
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Son las dos de la mañana, estoy tomando unos mates y fumando, parecería que no va a venir, y entonces escucho sus rasguños en la puerta, miro por la ventana de la cocina y en un destello de un relámpago la veo allí mirando hacia la ventana esperando, le abro la puerta y una mole de pelos mojado entra salpicándome, de pronto la cocina se llena de un olor a almizcle de perros. Al fin la reina negra, a la que estaba esperando llego a la casa, se que esta impaciente ya que todas las perras del barrio están alzadas, y ella por ser algo vieja no es la excepción, mueve su cola, me agacho y la abrazo así como esta, toda mojada, empapa mi ropa, me da varios lengüetazos en la boca baboseándome con su tibia saliva, mi lengua hurga entre sus labios negros tratando de atrapar su lengua, estamos así por unos instantes, luego me incorporo y voy hacia la pieza, ella me sigue, mientras yo busco en el ropero se sienta y espera.
Saco la caja con sus cosas, le hablo y le digo…quiero que esta noche te entacones como una prostituta, se que te gustan las cosas que guardo para vos, ….elijo lo que voy a ponerle…entre cosas especiales, hay arneses, collares tachonados, ropas de redes..me decido por algunas, coloco en las perforaciones que tiene en las orejas aros con pequeños cascabeles, parece una diosa hindú, luego empiezo a colocarle el corpiño múltiple que confeccione para ella, es de color rosa pálido, se la coloco en su torso y acomodo sus ubres enormes en cada abertura, sus ubres quedan turgentes y apuntando hacia los costados, después sigo con una tanga de encaje blanco con aberturas para su vulva y ano, tiene pequeños volados blancos, mientras se lo coloco noto su vulva hinchada y mojada por su estado de celo, todo lo que le pongo se humedece inmediatamente por estar empapada. Siento afuera como la lluvia parece arreciar con mas fuerza, el sonido entra por las hendijas de las ventanas, le hablo al oído y le digo…esta vez vamos al baño, …nos movemos como una hembra en celo y su macho que quieren coger en otro lugar que no sea el dormitorio.
Su instinto solo esta enfocado en una sola cosa, utópicamente quiere ser fertilizada, recibir su porción de semen, como la naturaleza manda, así es que totalmente desnudo entro al baño, me siento sobre la tapa del inodoro y la llamo, ella entra bamboleando su figura transformada en una bizarra hembra lista para ser penetrada, la ropa contrasta con su pelaje largo, negro y mojado, me siento con las piernas abiertas y ella mete su cabeza entre mis piernas, los cascabeles suenan en cada movimiento suyo, mi verga esta totalmente erecta, empieza a lamerme despacio deslizando su enorme lengua rosada desde los huevos hasta la cabeza de mi glande, cubriéndola con su saliva, mientras me lame estiro la mano y alcanzándola apenas, froto su enorme vulva, ella gime y se da vuelta ofreciéndome su grupa con la cola enhiesta, me prendo de su gruesa cola y la atraigo hacia mi, con la otra mano refriego mi pija en la enorme raja negra que exuda flujos babosos, noto como se contrae, introduzco la cabeza fácilmente, ella gime y mueve sus ancas inquieta, luego la empujo hacia mi y mi verga se desliza deliciosamente en el interior de esa caverna animal, miro hacia abajo y veo su concha ensartada por mi pija, enmarcada con esa tanga. El olor a perra mojada parece intensificarse, meto mis manos debajo de su panza y agarrando toscamente sus ubres traseras se las aprieto y las uso para apretarla contra mi, ella levanta la cabeza y saca su lengua jadeando buscando refrigerar su cuerpo, tomo sus patas traseras y las levanto a los costados de mis piernas, mi verga esta incrustada en su vagina en un ángulo extraño, quisiera que ese momento se prolongue indefinidamente, y entonces le digo…mi amor…mi hembra, quiero mas…dame lo que siempre me das…la cereza de la crema,..se que te gusta mucho.
Me salgo de ella desenvainando mi verga que parece una anguila babosa, ella queda haciendo movimientos con sus ancas hacia arriba y hacia abajo, estaba a punto de darme su leche y la interrumpo, me levanto, abro la ducha y dejo que el agua caliente corra sobre mi, la llamo, me siento en el suelo, y prendiéndome de su corpiño, la obligo casi a sentarse sobre mi pubis, el agua cae sobre ella y se escurre por su pelaje, con mi mano sosteniendo mi verga busco su ano, la acomodo en la entrada y levanto mi pubis, la cabeza se introduce apenas, ni bien lo siente, ella se sienta con todo el peso de su enorme cuerpo, mueve sus ancas tratando de facilitar la penetración, mi poronga se escapa dentro en sus tripas profundamente, ella trata de acomodarse, siento su esfínter contra mis bolas, al tope, hay una especie de conexión nerviosa al completarse el acople bizarro, la atmósfera se llena de morbo animal, le aprieto sus tetas que cuelgan sobre mi torso y ella busca mi boca con su lengua, quedamente me lame buscando introducir su lengua en mi boca, en cada lamida la atrapo y levanto con mi lengua esos labios violáceos lamiendo sus encías y los pocos dientes que le quedan, empieza con el movimiento de siempre de sus caderas, y empiezo a decirle …ssiiii…así…mi hembra…mi puta..dame ese sucio culo que es solo mío…puta..cogeme con tu culo, ella parece descontrolarse un poco, mientras gime y el agua corre sobre sus cabeza chorreándole por su boca, finalmente apoya su enorme cabeza en mi hombro, mientras aumenta su movimiento de ancas y su culo empieza a contraerse,
Yo me prendo de su pelaje y la empujo hacia mi y entonces el torrente de leche que pugnaba por salir de mis huevos recorre el interior del glande e ingresa a su cavidad anal, sus tripas se mueven dejando pasar el chorro de liquido y yo sigo acabando, ella me muerde suavemente el mentón mientras se sacude y tiembla, me mordisquea y lame alternadamente la cara y el cuello, se sacude temblando, la verga me duele por lo dura que esta y el roce de sus músculos anales alrededor intensifica las sensaciones, luego empieza a levantarse y mientras mi pija se desenvaina de su hermoso culo empieza a orinarme las bolas con un abundante y caliente chorro de orín, cuando mi miembro termina de salir aun expulsa semen y ella continua orinándome ahora sobre la cabeza de mi verga, después quedamos los dos allí debajo del agua que cae. Su concha sigue goteando orín sobre mi y siento los fluidos pringosos que chorrean de su culo dilatado, me deslizo a un costado tirandome en el piso boca arriba y entrelazando mis dedos en las tiras sucias de su corpiño, aprieto y chupo sus ubres flácidas, parezco Rómulo con su mamá loba, solo que yo quiero cogerme a esta inmensa loba que me da sus ubres como si fuera su cachorro incestuoso, después me pongo detrás de ella y me agacho, le levanto la cola y contemplo su concha hinchada apretada por la tanga, con mis pulgares corro las tiras que la enmarcan y empiezo a chupar su concha babosa, finalmente empieza a acabar mientras le muerdo suavemente los pliegues de su cajeta llenándome la boca con sus fluidos, mantengo la boca cerrada sobre su vulva tragándome su leche, con la boca llena de sus jugos le digo…si mi puta …así la leche de tu concha en mi boca…le diste la leche de tu concha de chola puta a tu macho, me arrodillo detrás de ella y la penetro ella levanta una de sus patas traseras mientras la penetro prendiéndome de su pelaje agachándome sobre ella, muerdo sus orejas mientras ella gime escandalosamente, el agua de la ducha cae entre mi verga y sus concha, haciendo que en cada embestida el chapoteo de líquidos sea intenso.
Agacha sobre el piso toda su parte delantera dejando levantada su grupa, otra vez siento una descarga en todo mi cuerpo pero no se si esta vez deposito semen en su vagina que también se contrae, empujo aplastando mis huevos sobre el tejido suave y mojado de su vulva escandalosamente abierta, como si quisiera meterme adentro, si pudiera lo haría, .. después quedamos los dos allí debajo del agua, ella parece una puta después de una orgía con toda su lencería enchastrada, olemos a orín, semen y leche de concha de perra, la desvisto y enjabono cadenciosamente cada rincón de su enorme cuerpo, después la seco, el encuentro fue muy intenso, ella parece relajada ahora, le doy de comer y queda en la casa hasta que la lluvia amaina.
Seco los dos, permanece con su enorme cabeza descansando sobre mi regazo, siento el aliento de su boca sobre mi glande, después de fumar un cigarrillo me incorporo espabilándola, le abro la puerta y trotando se va, perdiéndose en la lluvia que aun cae, y yo apenas llego a la cama el cansancio es brutal, me duermo pensando en la próxima visita de la Reina Negra.
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