LA VAGINA DE MI PERRA ME LLEVA AL CIELO.

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
LA VAGINA DE MI PERRA ME LLEVA AL CIELO, Y NO LA PUEDO DESCRIBIR.
humani@live.com

Hola amigos quiero contarles lo que he estado haciendo varias veces aquí en Usulután, bueno a mi edad cerca de cincuenta años no puedo cambiar las vaginas de animales hembras les voy a contar una breve.

Tengo una perra muy grande y por suerte me toco desvirgarla, estando solos una tarde casi como siempre observo que la vulva de mi perra se encontraba como al triple de grande de lo normal y también se lamia seguido, lo primero que se me vino a mi cerebro fue: No prestársela a nadie pues yo sería su perro introducir mi verga hasta el mero tronco de los huevos y des vaciarme hasta el último esperma en ella, bueno así fue.

Sin esperar mucho voy a un supermercado, de Usulután en un Departamento de El Salvador y compro un bote de gelatina para machos, y luego de regreso a casa como ya sabía que tenía una nueva hembra a mi lado no se me salía del cerebro aquella formidable idea.

Apago las luces como a eso de las nueve pm, me desnudo, me la llevo a la cama la pongo con las patas para arriba le introduzco un poco de gelatina en la enorme vagina dándome golpes en mi mano, viendo aquella rica y deliciosa hembra que como se derretía por que nos uniéramos ya que sería el primer pene que se sabrosearía, me le voy encima me le aplico a mi pedazo de verga una bonita dosis de gel ya que estallaba en lujuria y destilando poquitos de liga como que era un cipote bien caliente y comienzo.

Me agarro el tuco de verga que ya sentía que acababa sobre ella solo de verla pero trate de controlar mis grandes emociones tan descontroladas que tenia pues en ese momento hasta el corazón palpitaba de alegría, y como era primer garrote que se iba a disfrutar se me movía, pero como tengo una gran experiencia con varias hembras en la zoofilia, y pues me veía que era un caballo suelto en ese momento.

Bueno la monto muy bien y le introduzco primero la cabeza y no dijo no, se quedo quieta, luego sentí lo socado que estaba y comienzo a culear aprovechando que mi liga y la sangre de su vulva se mesclaban haciendo mejor y más fácil el trabajo, cuando de repente siento que estaba abriendo los anillos y siento aquello caliente y mis huevos se bambaleaban de arriba hacia abajo, eso más me ponía a reventar.

Cuando disfrutábamos en placer y mi garrote entró tres partes quedando el tronco libre, digo a meterle lo más sabroso y a sacarle y ella gemía suave de felicidad ya que no había habido perro que la trabara, y yo para no lastimar a mi mujer se lo hacía con cuidado bien hecho para que mis vecinos no fueran a oír algún alarido de ella y me fuera a desconcentrar del paraíso.

Yo estaba totalmente lleno de emoción, lujuria, placer, admirado lo que el cielo me había regalado, pues ni desvirgando una mujer sentí ese éxtasis, y de repente siento que mis huevos no podían seguir sufriendo ni mi verga echando poquitos de liga,

ENTRO EN DESCONTROL DE MIS SENTIDOS, LE AGARRO UN POCO LA BOCA A MI ESPOSA LE SIEMBRO LA VERGA HASTA EL MERO TRONCO DE LOS HUEVOS SE LA DEJO QUIETA EN LO MÁS PROFUNDO DE SU VAGINA Y DESCARGO TODA MI ENORME CARGA DE SEMEN QUE ANDABA Y SINTIENDO QUE ME APRETABA COMO SEÑAL DE UN NUEVO MATRIMONIO DEL ACONTECIMIENTO QUE SE ESTABA DANDO ENTRE NUESTRO AMOR. quede hasta con un dolor en un hombro derecho pero lleno de una gran felicidad, que no puedo describir. Y se la comió todita.

De la gran descarga seminal que hice pensé que ya no me quedaban ganas de seguir cogiéndola pero dije a vérsela como le brotaba sangre y dijo a lamérsela luego nos dejamos un momento pues yo no paraba de verle y tocarle aquel regalo del cielo que me estaba disfrutando.

Para irnos a dormir bien tranquilos le pegue otra gran cogida pero esta vez ya dure más tiempo ya que me controle un poco más, pero cuando sentía lo caliente de su vagina me hacia acelerar los huevos y hasta se aturraban y bien duros cuando dejaban ir los grandes ligones hasta el fondo de mi nueva y desvirgada mujer. Y Sigo pisando ya que no he dejado que se le haga pequeña la vulva a puras cogidas.