LAS CABRAS SON MUY RICAS PERO DEJAN UN FUERTE OLOR

Yo no tengo cabras, pero mis vecinos sí.
Mi infancia transcurrió entre la ciudad y el campo, mis papás tienen una buena porción de tierra, son 45 hectáreas total, actualmente las administro y desde pequeño he tenido contacto con animales y cuando digo contacto es explicito porque desde que recuerdo veía los animales aparearse y eso me producía curiosidad aparte que tocaba las hembras.

Además de la cantidad de culitos de gallinas que he clavado, he probado piscas y gansas, mi verga ha conocido todo tipo de hembra doméstica, unas en mayor y otras en menor proporción, desde grandes ligas como vacas, yeguas y burras, hasta especies pequeñas como ovejas, cerdas y perras, he sido el primer macho de muchas hembras después de tener el primer, segundo o tercer celo, pero esos gratos recuerdos de mi infancia quedarán toda la vida en mi mente y siempre que clavo gallinas, se me viene los recuerdos de esa primera vez a los nueve años, alguna vez me preguntaron si he clavado a mujeres, la respuesta es que sí cuando estaba en 9 grado con una compañera de clase fue mi primera vez con mujeres, pero actualmente no tengo novia, otra pregunta que me hicieron es que si le daba lengua a las hembras, mi respuesta es que sí, pero únicamente las que tengo en la finca porque se cómo andan de vacunas, me preguntan que si me gustaban los machos, soy contundente: NUNCA les pongo culo o los clavo a ellos por el culo, salvo que sea hembra, de vez en cuando hay que ser pervertido, sobre cual es la mejor especie, siempre he dicho que son las cerdas y de último las aves.

Yo no tengo cabras, pero un vecino si tiene cabras, alguna vez le metí una tremenda clavada a una de ellas porque se ausentó y me recomendó su casa durante el día, hoy domingo 5 de octubre me quedé a cargo de su propiedad, al medio día fui a dar vuela a su casa y es apneas lógico que no dejaba pasar la oportunidad con una cabra, no las dejan afuera porque hay perros que las matan, por lo que siempre están en un establo para ellas, fui les eché comida y busqué las que habían dado cría, hay una negra que me gusta mucho, la vi entre las cabras, fui y le coloqué el cabezal llevándola para un rincón donde casi no han orinado porque su olor es fuerte, me arrodille junto a ella, pase mis manos por su ubre pero me miraba temerosa, le agarre sus largas tetas y luego me puse a acariciarla para que se calmara, para ese momento ya tenía una parola muy fuerte, aunque no estaba en celo tenía la vulva grande, se la abrí y me puse a observar su interior, se veía enrojecida, bastante húmeda, se percibía olor a orines y ese típico olor característico de las cabras, me desabroché el pantalón y me lo baje con la ropa interior, me ubiqué en medio de las dos patas de la cabra, la agarré por las ancas e inicié a puntearla, se movió hacia adelante y me volteaba a mirar como si se sorprendiera, yo volví y me le acomodé bien con la certeza que mi pene le quedara justo en la entrada de la vulva, la agarré por las cadenas nuevamente y la fui penetrando sin ninguna dificultad, que rica estaba esa vulva, toda ajustada, caliente, húmeda y que penetración tan rica, la había penetrado un poco, le hice un movimiento fuerte hacia adelante, justo en ese momento la cabra reculó sola hacia atrás, mi verga se enterró hasta que sentí literalmente sus caderas contra mi abdomen, luego la culie bastante rato, se lo sacaba hasta la entrada y se lo mandaba con muchas ganas, el olor de la cabra se intensificó en el ambiente y yo no pude aguantar más así que me aferré a ella, se lo mandé hasta que no le entraba más y me le exploté dentro de ella enviando la poca leche que me quedaba, la cabra comenzó a tener contracciones porque en la medida que eyaculaba y mi verga se agitaba para expulsar, la cabra me apretaba la verga, ya sin fuerza me quedé pegado a ella en la medida que iba pasando el coito, me quedé inmóvil con mi verga metida en su vulva, la cabra comenzó a estirarse hacia adelante y de un momento a otro se me salió la verga algo dura, al alejarse un poco le veía la vulva hinchada y le salía gotas de orina y semen, en el ambiente cundía olor a la cabra, orina y el semen, como pude la agarré y traté de clavarle la verga aunque por lo flácida ya no le entraba, esperé un rato en esa posición sin soltar la cabra, con la verga le tocaba la vulva sin tener reacción, hasta que como quince minutos después, comenzó a ponerse dura, sin esperar mucho, cuando cogió algo de firmeza la ahorqué y le metí la cabeza, luego trataba de culíar pero se doblaba y no penetraba, como no fui capas de penetrarla, decidí soltar la cabra e irme para mi casa, me tocó cambiarme de ropa y lavar la que llevaba puesta porque el olor a cabra era penetrante.