Logré conseguir una cerda para un fin de semana
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por jucatove1968.
Como soy de campo todos los días tengo contacto con los animales de la finca, mi único inconveniente es que casi nunca estoy solo y corro el riesgo de exponerme, cada vez que estoy solo es cuando aprovecho para tener esos ricos placeres que nos otorga la zoofilia, con las hembras que más desfogo mis energías son: becerras, ovejas y en contadas ocasiones gallinas, con otras especies son bastante difíciles porque no tenemos.
Desde el viernes 22 de julio por la mañanita quedé totalmente solo y después del desayuno hice un recorrido por los alrededores, cuando el vecino me vio me hizo señas, me fui donde esa persona, al acercarme a su casa me invitó a tomar un café, luego el hombre me recomendó su casa y algunos animales por el fin de semana (sábado y domingo) puesto que tenía previsto ir a la cabecera municipal.
Regresé a mi finca y me dispuse a las labores diarias, el sábado en la tarde fui donde el vecino a dar vuelta, después fui al corral para echarle comida a una cerda negra y bien grande, llegué donde estaba la saqué para asear el corral y al voltear me percato que estaba muy extraña, chillaba demasiado, paraba las orejas, así que me apoyé en su lomo y se quedó totalmente inmóvil, estaba perceptiva y por mi mente pasaban imágenes muy pornográficas, por supuesto quería tener una relación con ese animal.
Sin pensarlo dos veces la eché por delante hasta nuestra finca, durante el camino tuve una enorme erección que con el rose de la ropa casi tengo orgasmo, ya estaba oscuro cuando llegamos a la casa, me la lleve para un lugar cerrado para no ser visto, encendí luces externas y me encerré con ella, encendí la luz interior y cada que miraba su vulva me excitaba más y más al pensar la manera como entraba mi pene, sin perder tiempo la asee bien en especial su vulva y culo; prácticamente la bañe toda, me puse a rascar su cuerpo y se dejaba sin oponer resistencia, sin perder segundo me desnudé totalmente.
Al tocarle la rajita se movió un poco pero tras intentar otra vez se fue dejando, se la frotaba despacio, hacia arriba y hacia abajo, roncaba muy suave e hizo el rabo para arriba, como pude traté de recostarme encima, que sensación tan agradable sentir rosar ese cuerpo, fui introduciéndole parte de mi dedo, sentía sutiles apretones eso daba señas de que le gustaba, después le introduje todo mi dedo y la cerda se quedó totalmente inmóvil, convencido de su calentura tomé mi pene que estaba totalmente erecto, le unté una pomada para retardar la eyaculación y luego un poco de lubricante, la cerda seguía totalmente quieta, le seguí tocando su hinchada vulva y estaba tan inmóvil que pensé que era momento de insertar toda mi verga, me puse de cuclillas detrás de ella, acomodé mi pene entre labios de su vulva, luego me acomodé sobre ella tomándola por los lados con mis brazos, uff que sensación tan agradable sentir sus gruesas cerdas y las cosquillas que producen , igualmente sentía en mi pene esa sensación agradable, calientito, muy suave que me causaba hormigueo en mi cuerpo, percibía el palpitar de ese manjar, con movimientos cortos de vaivén siempre tratando de meterlo, poco a poco se la fui enterrando siempre de a pocos, aunque estaba estrecho ese útero caliento y jugoso se fue dilatando hasta enfundar todo mi pene, hubo momentos en que me pegaba unos apretones por las contracciones que tenía, se lo sacaba con lentitud para sentir el recorrido de esa caverna por mi pene,
luego de la misma manera lo introducía hasta llegar su vulva a mis testículos y me quedaba inmóvil unos instantes, repetía el mismo movimiento, la cerda roncaba suave, y trataba de dar pasos temblorosos y corticos, se veía que le estaba gustando porque en la medida que entraba el pene se echaba para atrás con enviones fuertes, creo para sentir toda mi verga, así duramos un buen tiempo, estaba tan extasiado y excitado que me puse a sudar, así que saqué mi pene de ella y me puse en pie, estaba todo brillante por la lubricación que había soltado, en un impulso animal y como respuesta a los estímulos que estaba recibiendo, le metí nuevamente mis dedos para luego llevarlos a mi nariz y oler, ese olor me alteró totalmente, literalmente acerqué mi cara a las ancas de la cerda y como no percibí ningún olor desagradable, por primera vez con ésta especie me baje a lamerle su vulva y meterle mi lengua hasta donde llegara, percibía ese olor a sexo de animal, su sabor era a carne con algo de sal, estuve por un rato lamiendo y chupando y dando leves mordiscos en su protuberancia, después volví a poner mi pene en su entrada, la tomé nuevamente con mis manos y sin asustar esa muñeca, le fui metiendo hasta que no podía más
estuve otro rato metiéndosela y sacándola y ella me respondía simultáneamente con tremendos apretones que me encantaban, a su vez unos empujones duros, era tan caliente esa vulva que de tanto metérselo y sacarlo inicié a sentir los impulsos eyaculatorios, sentí que mi verga explotaba por las sensaciones que me producía haber acelerado, sentí ese cosquilleo en la verga, luego sentía unos apretones entre mis pernas y las contracciones musculares, era porque mi semen venia ya en camino, mi pene se tornó más duro y le hice el último envión para dejarlo metido lo más que pude, me inmóvil montado sobre la cerda que seguía apretándome la verga, y en ese instante percibía que estaba expulsando mi semen, me vine todo dentro de la cerda, estuve totalmente inmóvil y cansado por unos minutos, al rato pude sentir que mi pene estaba comenzando a salir totalmente húmedo y flácido, me puse en pie y observaba que la vulva de la cerda había aumentado exageradamente su tamaño, estaba totalmente empapada de semen y fluidos de ella, me seque mi pene y después también limpie la vulva, esa misma que me hizo sentir en la gloria, y experimentar algo extremo en mi sexo con animales, si bien he tenido sexo con varias cerdas, es la primera vez que me atrevo a lamer su vulva, aunque ya lo he hecho con burras, becerras y una yegua, ésta fue mi primera vez con la una cerda.
Totalmente satisfecho por lo logrado, descansé algo más de dos horas y volví a experimentar esa rica vulva, en la madrugada copulé con ella por tercera vez, aunque nosotros tenemos dos cerdas, están muy pequeñas y no se dejan.
Es curioso porque hasta el 2010 me daba mucho asco esta especie, pero chateando con otra persona que tiene nuestra misma tendencia zoofilia, me convenció que no era desagradable y con una buena higiene se goza aún más que con el resto de hembras de otras especies, la verdad; si.
JUCATOVE
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