Mamada muy rápida
Fue tanta la emoción que un becerro en menos de 10 segundos me sacó toda la leche.
Buenas a todos, estoy de regreso con mis aventuras de las cuales en ocasiones dejo registro escrito. Aunque no es la primera, pero tampoco la última, esta semana que finalizó (8 y 9 de febrero) me pasó un caso por decir algo particular. Cuando penetro a mis hembras, por lo general duro varios minutos dándoles clavo y cuando deseo llegar acelero lo más que puedo, igualmente cuando deseo prolongar saco la verga y paro por un rato o utilizo retardante llamado RINO.
El sábado en la mañana estando solo en la finca, a eso de las cinco y media de la mañana me fui a ordeñar las vacas, alisté la máquina porque son más de una docena de animales y a mano uno se cansa mucho, hay una particularidad que saben solamente quienes verdaderamente tienen ganado vacuno y consiste en que, si usted no les acerca el ternero a las vacas, éstas esconden la leche, ¿cómo? No lo sé porque no tengo ese conocimiento, aunque soy zootecnista. Después de alistar todo, entré al corral de los becerros, hay uno de cuatro días de nacido y éste comenzó a darme topes en las piernas y tratando de meter el hocico en medio de ellas, aunque yo le hice en tres oportunidades, pues ésta no fue la excepción, me desabroché el pantalón, saqué la verga dejándola expuesta, el becerro se acercó, la olió un poco, apenas sentía esos resuellos calientes, cuando de un momento a otro abrió el hocico y con la lengua me atrapó la verga llevándosela adentro arrancando a chupar copiosamente, la verga casi al instante se puso tiesa, me dio una parola bien intensa, el becerro me apretaba durísimo la verga dentro del hocico en la medida que chupaba demasiado fuerte, yo apenas temblaba desde la punta de los pies hasta la coronilla, hubo un momento en que apretó duro y fue sacando la verga hasta casi soltarla y de un envión se la llevó toda hasta casi las pelotas, el becerro había comenzado a babear bastante y estaba todo untado, trato de trompetearme y no lo dejé porqué es doloroso y ya me pasó en otra ocasión, cuando de un momento a otro volvió a chupar duro en la medida que iba sacando la verga del hocico y no aguanté un segundo más viniéndome con todo, me temblaban demasiado las piernas, sentía muchísima emoción mientras continuaba chupando, fue muy rico pero al momento se tornó molesto y no lo dejé más, realmente creo que no aguanté ni 15 segundos por mucho, fue muy rápido. Paré y me fui a continuar con las actividades, pero bien aburrido porque no disfrute casi nada de nada.
Todo el puto día duré con una parola bien fea, hasta pensé en masturbarme, pero llegó la tarde y así mismo tocaba encerrar los animales pequeños, al finalizar enlace a una vaca criollita que es pequeña, demasiado dócil y no molesta nunca, me la llevé para el corral donde se vacunan de manera que si intentaba molestar o patear no podía y aunque lo hiciera no me lastimaría, ubiqué la vaca adentro y cerré las talanqueras, como el lugar es oculto y discreto, me quité pantalones y pantaloncillos, me froté retardante en la verga, le abrí la vulva y empecé a tocarla en la parte inferior mientras ella se fruncia y me comenzaba a dar una parola bastante fuerte, estaba toda mojada, caliente, ella no se asustó ni se movía, yo seguí metiendo mis dedos y sobándole el clítoris, luego le abrí bien la vulva y le metí mi pene en esa hermosa, húmeda y caliente vulva, la vaca levantó un poco su cola y se encorvaba como si fuera a orinar, que rico, que rico porque por dentro se sentía esa suavidad y ese calor de la vulva, toda mi verga estaba enterrada, a mi me gusta ver mi verga metida, me gusta ver esa protuberancia de la vulva contra mi abdomen, sentía que esos pellos me hacían cosquillitas ricas, así que empecé bombear despacio para disfrutar al máximo de esa deliciosa vulva, todo el día esperando para que me pasara lo mismo de la mañana, casi siempre que penetro vacas pasa lo mismo, de un momento a otro entreabrió las patas, levantó más el rabo y soltó bastante orina, muy caliente yo permanecí inmóvil hasta que terminó, esa lluvia dorada para mí es lo máximo, me importa un comino que me deje bien mojada la pansa, las piernas, la verga, mis testículos, porque para mí es el clímax, al terminar comenzó a tener contracciones algo fuertes porque las percibía, cuando metía mi verga bien rápido se escuchaba ese rico chapoteo, seguí clavándola lo más rápido que pude y por bastante rato, hasta que ya saciado llegó el momento y aceleré todo lo que pude, cuando comencé a sentir esos impulsos eyaculatorios le metí toda la verga aferrándome a ella para que mi verga le escupiera todo el semen adentro, al terminar de escupirle la última gota, me recosté en sus ancas hasta que todo pasó, al rato saqué mi verga, le entreabrí esa hermosa vulva para ver cómo estaba por adentro, poco a poco comenzó a salir mi semen y le goteaba con orina por esos finos pelos de la vulva, ya satisfecho la saqué del corral y la llevé donde estaban las otras, todo satisfecho me fui para la casa a bañarme y descansar, de todas maneras uno siempre quiere más y en la noche tuve otras aventuras con hembras animales.
Ojalá le rompas el culo a ese becerro putito