MASTURBANDO AL PERRO POR PRIMERA VEZ Y CUANDO CASI ME ENSARTA 2/4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Chico26zoo.
(Relato anterior 1/4)…Tiempo después tuvimos un cocker spaniel, cuando ya tenía 2 años o menos me entro la idea de ser montado por él.
Siempre que veía perros en la calle pegados o montando a su hembra me excitaba y llegaba a casa directo al baño y a masturbarme.
Ocurrió concretamente un día que llegue de clases tendría 16 o 17 la casa sola, llegarían a medio día y tendría la casa sola hasta entonces.
Deje entrar al perro, en el área de servicio me desnudé y me puse a cuatro patas, el perro solo se dejó hacer muy confundido, como veía que él no hacía nada me lo subí a la espalda y mientras me sostenía con una mano, con la otra le tomaba la punta del pene al perro e intentaba situarla para que me penetrara, pero nada… el perro quieto como una estatua, así que lo tome de la base del pene y lo hale un poco… solo una poquita parte de la punta del pene del perro me entró, como 1 cm de verga y el perro dio un pequeño chillido al sentir que penetraba pero no sucedió mas.
Decepcionado me puse la ropa y saque al perro, de ahí en adelante cuando tenía oportunidad lo masturbaba y él se dejaba, se acostumbró a ser masturbado y nunca a montar, tenía una verga hermosa que me sorprendió, yo esperaba que por su tamaño mediano no fuese tan grande pero me lleve una grata sorpresa, el nudo era simplemente hermoso.
La primera vez que lo masturbe fue en el garaje dentro de su casita, al principio él se sorprendió, mi corazón latía descontrolado y los nervios me pusieron muy ansioso, lo primero fue descubrirle la verga y ver su anatomía, en esa época aún no había visto porno zoofílico de ningún tipo, el morbo me pudo y pensé en hacerle una paja ya que nunca había montado nada (nunca lo hizo), al principio de pajearlo comenzó a gruñirme y como a querer morderme la mano, pero lo hacía como amenazando, y yo dele que dele, de repente le comenzó a crecer la verga y logre sacarle el nudo porque le retraje la funda hasta el fondo en mi morbo de querer verlo todo, así en un momento dado el perro dentro de su casa y yo desde fuera en plena tarde pero a cubierto, puso las patas traseras sobre la pared quedando con las delanteras firmes sobre el piso y las traseras elevadas, yo estaba dándole la masturbada de su vida y solo se la solté hasta que le saque todo el líquido y se le bajó solita, mientras mi verga en mis pantalones botada líquido preseminal (la situación me excitaba mucho) al final él quedo agradecido y hacia como querer morderme cuando iba a quitar la mano, ese día le hice como 4 pajas hasta el anochecer, luego se ponía como loco ladraba y me buscaba.
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(relato anterior 2/3) …Luego tuvimos un wiston terrier un poco más alto que el cocker y más robusto, sin embargo su pene no era como el del cocker que era hermoso, grande ,rojo y con un buen nudo, el de el wiston era menos grande y el nudo también ( los tamaños corporales no parecen estar relacionados con el tamaño del miembro), a este solo lo empecé a masturbar luego de varios años, cuando tenía como 6 o 7 años, porque ya había dejado la zoofilia real mas no la virtual, y luego empecé a ver zoofilia de perros anudados con hombres y deseaba tener esa experiencia.
Primero comencé a mastúrbalo y un día en plena faena y en la parte trasera de la casa casi me descubre un familiar que a deshora había llegado a casa, afortunadamente no pasó más allá de un buen susto y me aleje un poco de esos deseos, pero siempre volvía esa fantasía y había días en que el culito se me mojaba de deseo.
Un día finalmente me decidí.
Esa mañana tendría total privacidad desde temprano hasta medio día, era el sábado 16 de septiembre de 2017, yo con 26 años me decidí a darle el culo al perro, el momento había llegado, estaba muy nervioso el corazón me latía rápido la respiración se me entrecortaba de los nervios y excitación, desayune rápidamente, hice todo lo necesario esas primeras hora de la mañana, y luego busque acomodar la escena para mi encuentro con mi macho perruno.
Busque líquidos de limpieza del piso y aromatizantes, además de unas mantas para el piso y algunas toallas para secarme y crema para lubricar el ano, aguarde unos 20 minutos entre nervios y deseo en espera de que nadie fuese a regresar de imprevisto, entonces me decidí, busqué al perro en el garaje lo subí a casa con el culo ya lubricado, al llegar a la habitación cerré puertas y ventanas puse el celular sobre una mesa, y muy nervioso me desvestí, -el perro pensaría que lo iba a masturbar pero lo que le esperaba era mucho mejor… – me ubiqué en el piso en cuatro patas y el perro olisqueándome comenzó a lamerme el ano, aunque se sentía bien no me gustaba la idea de un perro lamiéndome ( contrario a mi adolescencia las babas de perro ya no me causaban gracia ), entonces pensé que era hora de la acción.
Las piernas me temblaban, respiraba rápidamente y sentía darme vueltas el mundo, puse al perro en mi espalda apunte su pene a mi ano y … nada aun, esperaba no haberlo acostumbrado a masturbarlo como al perro anterior, entonces pensé en hacerlo de misionero me puse de espaldas sobre el piso abrí las piernas, lo traje a mí y elevé la pelvis de modo que la entrada de mi ano lubricado le quedase fácil ubiqué nuevamente su pene, al principio me dio unos puntazos un poco dolorosos en el borde del ano y en otro intento esa vez sí me ensarta con otro poco de dolor al meter la punta liquida y afilada, sus instintos al meterla hicieron efecto y comenzó a bombear riquísimo, ese pene punzante, flaco y baboso que botaba líquido se sentía como una máquina de coser de pene perruno, el placer era exquisito sentir su miembro como tomaba mayor firmeza en mí y la humedad que me daba a guardar, en ese momento el perro rasguñaba mi abdomen intentando tomar agarre para clavármela más profundamente (debí haber usado camisa, los rasguños eran superficiales) pero luego de unos treinta segundos de gloria se queda quieto, yo quería que me bombeara más pero él no había culeado nunca; era virgen también, en eso siento cómo fuera de mi entrada le crece la bola que tienen en la base los perros, en ese instante pienso en metérmela, pero primero me saqué su pene y me puse de perrito como al principio y yo mismo me clave ese delicioso pene que ya estaba firme
Luego lentamente fui empinando el culo hasta que las patas del perro quedaron en el aire y su pene haciendo la mayor presión en mi culo y yo con la cara y los hombros pegados al piso, ese instante fue increíble el placer que sentí, pero todavía no tenía el nudo dentro del culo como yo lo quería (necesitaba sentirme completamente sometido y anudado al perro, esa situación me causaba mucho morbo) así que con una mano intente tocarme el culo e introducirme completamente la bola porque el pene ya estaba dentro, pero fue imposible, la bola era tan grande que para mi culo recién estrenado era imposible meterse aquello, además el perro me gruñía cada vez que me movía en ese momento sentía algo de miedo de él, solo me quedó agarrarle las bolas al perro y masajeárselas mientras disfrutaba del momento con el culo parado y el perro llenándome cada rincón de pene y leche canina, me sentía tan lleno de pene y el corazón me latía muy rápido, solo pensaba en que no me fuesen a descubrir así, con el perro partiéndome el culo.
Al final lo bajo, y con su pene aún en mí me pongo de espaldas en el piso tipo misionero, le sujeto de la base de la bola y el perro se da vuelta, es decir, desde mi posición le veo las bolas, empiezo a meter y sacar esa buena verga con las tripas llenas de semen y lubricación de perro, con la mano que me quedaba libre me masturbo hasta venirme en mi barriga por la posición, el mejor orgasmo y el mayor morbo dándome yo mismo con la verga del perro mientras me pajeaba.
Al final terminé hecho un desastre con lechita de perro escurriéndome desde el culo -que lo sentía muy húmedo- y por las piernas, también una sensación de dolorcito leve muy agradable en el ano, ya que no llegó a abotonarme, me limpié con la toalla que había llevado me vestí rápidamente oliendo todavía a lechita de perro, lo saqué al garaje y limpié, ventilé y aromaticé la habitación lo mejor que pude para que nadie fuese a sospechar, y como presentía que no me quedaba mucho tiempo me bañé rápidamente muy excitado aun por lo que acababa de pasar.
Luego de hora y media regresaron a casa y el perro en el garaje ladrando para que yo lo soltase otra vez, quedó con ganas de más y yo también.
Muy recomendado dejarse montar por un perro y que te vacíen las bolas llenas de leche en el culo, la sensación es increíble, de verdad no me arrepiento y lo recomiendo al 100%.
Chao, que les den bastante leche de perrito.
(la vivencia continua en el siguiente relato, cuando me abotonaron por primera vez)
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