Me dejó muy destrozado
Por no saber porque se quedan pegados los perros y mi inocencia sucumbió a muy temprana edad. .
Hola amigos, les voy a contar un secreto que llevo en mi vida, que a pesar de haber sucedido hace años (a mis 8 años), aún recuerdo con nostalgia y pasión mi experiencia, y me hace ponerme caliente y ansioso de volver atrás el tiempo y volver a mejorar la dolorosa experiencia por mi ingenuidad. Ahora tengo 30 años, casado y con hijos, y como ya saben bien refundido en el closet. Delgado y muy contorneado de cuerpo atlético, blanquito, ojos claros y de pelo rizado. Se puede decir que soy atractivo ya que siempre e despertado miradas insinuantes de mujeres y de hombres. También ahora puedo decir que soy bisexual y amplio de mente en darme placer de cualquier forma, claro sin perjudicar a alguien. Todo comienza en mí niñez(cuatro años), donde comienzo a sentir y descubrir mi lado oculto, por obra de un hombre mayor que por razones de su depravado gusto por saciar su bajos instintos, tomaba la inocencia de sus víctimas. Mís padres muy ocupados y atareados por sus trabajos por querer sobresalir de la pobreza, me dejaban al cuidado en un orfanato, donde por las mañanas me llevaban y por la noche me recogían. En ese lugar avía un sujeto que ayudaba en el cuidado de nosotros (Alto y robusto, de tez morena, como de unos 40 años y de apariencia amigable), aparentaba ser cariñoso y bueno, para ganarse la confianza, y por cosas del destino y quizás por mí atracción física y mi ingenuidad, volcó su apetito sexual y prohibido en mí, porque siempre me trataba bien y con preferencia y poco a poco lo lograba ya que yo lo veía como una buena persona y muy cariñoso. Sin darme cuenta él poco a poco me hacía mucho cariño y comenzaba a tocarme y a besarme, primero en la cara y después en la boca. Ingenuamente yo veía como normal todo y quizás por falta de cariño de mis padres, opté por gustarme sus acciones. Comencé a quererlo y a extrañar sus cariños cuando estaba en mi casa con mis padres ya que ellos por sus trabajos me tenían un tanto abandonado de cariño. Comencé a confiar cada vez más en ese extraño hombre que no veía nada de malo en sus toqueteos y besos que me daba, al contrario me comenzó a gustaba mucho. Recuerdo vagamente (por el tiempo que pasó y mi edad) un día estando en el patio del establecimiento en una celebración que se conmemoraba por esas fechas, quería ir al baño y el cual el profesor me acompaño. Estando ya en el baño él por primera vez me dio un beso muy profundo y metía su lengua en mi pequeña boquita y jugaba con la mía, y sin saber porque no puse resistencia y noté tambien que comenzó a tocarme mis nalgitas y metio una mano por debajo de mi pantalón y calzoncillo y sentía como un dedo suyo me frotaba mí anito. Nunca antes me avía echo un cariño en esa parte y sin saber sus intenciones, pensé que era normal y además me parecía muy placentero, que no le dije nada y muy quietito dejaba que me siga besando y acariciando mi anito que por vez primera palpitaba de gusto. Todo pasó muy rápido y por ser donde estábamos no siguió con su accionar y dejándome de tocar me dijo que El me amaba mucho y me quería dar un cariño diferente y especial, pero que yo no debería decirle a nadies lo que me estaba haciendo, me dijo que nadies comprenderían nuestro amor que sentíamos y que si alguien supiera a él le harían daño y nunca más nadies me darían el amor y cariño que él me daba. Inocentemente y porque yo también comencé a quererlo y me gustaba su cariño como el decía, que le prometí guardar nuestro secreto y es más yo me sentía dichoso y como privilegiado por tener ese amor y cariño que ése hombre me enseñó a sentir y que yo no veía nada de malo. Cualquier momento era propicio de sus toqueteos cuando se podía, hasta que un día, él pasó a otro nivel en su propósito, porque además de que me daba gusto tocándome mi culito blanquito y me besaba, hizo algo nuevo, me hizo tocar su verga diciéndome que yo también le diera cariño como él lo hacía conmigo y en ése lugar el sentía gusto, y yo inocente comencé a palpar su textura, su grosor y su dureza, pero que me tenía como extasiado, era su tamaño(como de unos 28 cm.), nunca antes vi halgo así, parecía una anaconda contorneada de inchadas venas y un capuyo de cabeza enorme que cuando lo masajeaba le brotaba un líquido transparente y ligozo que hacía el masaje mas suave y placentero. Además me pidió que le de besos y pasar mi lenguita por toda esa monstruosidad de verga, pensaba que era mi obligación darle ese gusto ya que él cuando me frotaba mí anito con sus dedos, me hacían experimentar una exquisita sensación de placer y gusto. Me encantó el sabor saladito que tenía y como una rica paleta lo lamia y lo chupaba y ya no avía vuelta a tras, porque estaba en sus garras dispuesto a dejar que me hiciera lo que quería y obedecer todo, porque yo creía que era normal, que sintiera gusto. Por ser muy peligroso y prohibido lo que me avía convertido, él no podía ir más allá de sus intenciones y solo llegamos a eso solamente. Luego de guardar bien nuestros secretos y darnos gusto en lo que hacíamos en los pocos momentos que teníamos, pasaron los días y en vacaciones de mis padres, me alejé de mi querido y entrañable profesor, y es más nunca lo volví a ver o saber de él, ya que por motivos de trabajo mi familia nos mudamos a otra ciudad muy lejos de donde estuvimos. No saben lo mucho que lo estrañe y lo sigo extrañando al día de hoy ya que por él me di cuenta que tengo un doble gusto de sentir placer. Pasaron cuatro años y de apoco me daba cuenta que todo lo que me avía pasado, lo recordaba casi como si hubiera sido un sueño, pero que había calado muy ondo en mí, porque me quedé con el gusto de tocarme mi anito y darme yo mismo el placer, pensando en mi añorado profesor. Poco a poco me daba cuenta que sentía mucho placer tanto en mi diminuta vergita como en mí palpitante anito. Y que después también comprendí que lo que estaba sintiendo no era normal de un hombrecito como yo, por lo que desde entonces guardo el secreto, para que nadies se entere y mucho menos mís padres que orgullosos expresan su alegría de tener un lindo varón y muy hombre. En la ciudad donde viviamos era casi rural y estábamos viviendo en la casa de mis tíos, que era enorme con mucho campo y árboles, con una granja. Mís tíos criaban muchos animales y además tenían tres enormes perros que cuidaban la casa. Un fin de semana mis tíos tenían un casamiento de uno de sus hijos y invitaron a mis padres al casamiento y me pidieron que les acompañen, pero yo no tenía ganas de ir ya que no me gustaba la multitud y la bulla. Así que me quedé con un señor que cuida la granja solos. Cuando estaba en mi dormitorio, me entró las ganas de masturbarme recordando mi pasado y como estaba solo opté por darme rienda suelta mi placer de desnudarme por completo y frotar mí anito que palpitaba sin cesar. Antes de eso me fui a ver si el señor que debería estar en el establo no podía ser impedimento en mí objetivo. Cuando lo encontre él me dijo que si no tenía miedo si me quedaba solo por un rato ya que tenía que ir por alimentos para las gallinas. Viendo que era lo mejor para mí aun más de estar solo sin que nadie me pille, le dije que no se preocupara y que yo no tenía miedo en estar a solas. Cuando se fue, corrí a mi habitación y como loco me desnude y comencé a masturbarme y a darme gusto en mí anito que cada vez más latía de placer y ensalibando un dedo me trataba de introducir porque mí anito lo pedía a gritos. Me puse en cuarto patas y como pidiendo que mi profesor esté en ese momento tras mío y me pase su enorme verga por mi anito, cerrando los ojos soñaba eso, mientras me introducia mi dedito y estaba como en las nubes gimiendo de placer. Cuando siento una cosa húmeda en mis nalgitas que como un rayo me di la vuelta asustado, no podía creer lo que estaba atrás de mi culito que por estar en una posición de perrita, estaba expuesto totalmente mi anito. Con sorpresa vi a uno de los perros que avía ingresando a mi habitación sin darme cuenta y estaba uzmeando mi culito atraído por mí olor a sexo, que sin reparo y osadamente continuó su curiosidad de lamer mí anito, es cuando mí cabeza se bloqueo y solo pensó en mí calentura y no hice nada y me quedé quieto y le di permiso para que siga sus lamidas que cada vez me hacía estremecer de placer y sentía su lengua querer introducirse en mi interior, la verdad que estaba a mil de exitado y nunca me imagine que ésa lengua me hacía delirar y gemir de tanto placer que no me di cuenta que de repente me montó como si fuera una perra y me sujetó muy fuerte con sus patas delanteras y comenzó a darme de picotazos con su verga en mis nalgitas. Yo me asusté porque no estaba en mis planes hacer de perra para éste osado perro sediento de placer y que no paraba de hacer el intento de introducir su verga que parecía una enorme lápiz labial, quise salirme de ésa posición que estaba, pero el muy salvaje me gruñó como intimidante y clavo sus uñas de sus patas, las que me tenía de la cintura y me hacía gritar tar de dolor y que di por vencido mis ganas da salir de esa situación y me rendir sin más remedio a sus intenciones, y que luego pensando que no tendría éxito y se cansaría y me dejaría. El no paraba de intentar penetrarme y solo me daba de puntazos que por momentos llegaba a la entrada de mi hoyito, pero cuando lo sentía, bajaba mi colita y así hacerle difícil su ingreso, pero a la misma vez y cada vez más me sentía toda una verdadera perrita y comencé a disfrutar estar en esa postura y me entraba las ganas de verme bien penetrado por ese machote. Paraba mí culito como querer decirle: hey meteme tú verga y hazme tú perrita y luego me bajaba. Pero como un verdadero macho alfa él no se daba por vencido y es cuando tirandome con sus patas hacia él, no se como me levanto en el aire y siento como una estocada su vibrante verga fue a parar al fondo de mí interior, perdiendo así mí virginidad. Me hizo gritar de un profundo dolor que por poco pierdo el aliento y me hizo ver oscuro, porque sin sacármelo su verga comenzó un sin fin de salvajes embestidas, muy profundas y sentía como me desgarraba todo por dentro y sentí mis piernas mojarse por ilos de sangre que caía de mi desvirgado anito. No podía creer como me tenía, colgado de su verga y empecé a notar que mís entrañas se ensanchaban y a la misma vez me inundaba con sus espermas, también noté que pegado por dentro, crecía una bola que cada vez se hacía más grande y a mi culito lo sentía que me estaba partiendo en dos. Lloraba mucho por el dolor que me causaba esa verga que no dejaban de crecer y ya no aguantaba más que me asusté demasiado y sentía que mí moriría así, bien destrozado. De pronto escucho el ruido de un coche que llegaba a la casona, y ya me veía ser descubierto bien enganchado por el salvaje perro que no dejaba de embestirme como loco, como queriendo decir qué nadies le hace resistencia. Yo no se de donde saqué fuerzas, pero hice un tirón con fuerza para zafarme de ésa verga que me tenía bien enganchado y por el jalón que di, sentí mí anito desgarrace como una flor, que sentí morir de dolor y expulse un grito de dolor inmenso que de seguro se avía escuchado a kilómetros. Como pude cerré mí puerta de mi habitación con llave y no podía creer, ver la cantidad de sangre que brotaba de mi destrozado anito y que además caía chorros de esperma de mi violador canino. Que el verlo, mís ojos casi se me salen de la impresión, porque le colgaba un descomunal verga roja, llena de venas moradas y a su extremo de su funda una enorme bola que ése fue que me destrozo por completo mí anito que jamás volverá a ser normal por lo abierto que quedó. Lloraba sin cesar por el extremo dolor que sentí, que por forzar salirme de la enganchada,y por miedo a que me encuentren colgado del perro, yo solo me revente mi anito, que por miedo hacer descubierto, interrumpí mis primeros gemidos de placer que comenzaba a sentir. El cuidador asustado por el grito desgarrador que di, corrió a verme y tocando mi puerta, me preguntaba si estaba bien y porque grité así. Sacando fuerzas de donde no se, le dije que todo estaba bien y que me avía quedado dormido y tuve una pesadilla y que por eso solte el grito. Pero casi me desmayo cuando me preguntó por el perro que según faltaba, porque solo veía dos, No se le dije, debe estar por ahí en el campo. Él me dijo que volvería a salir porque se avía olvidado en comprar unas cosas y me pidió disculpas por volverme dejar solo, le dije que no se preocupara y después se fue. No podía creer lo que hice por saciar mi arrechura, terminé llorando de mucho dolor y asustado porque no me dejaba de derramar sangre y comencé a limpiarme con papel higiénico y tratar de parar la hemorragia. Pero no dejaba de ver su enorme verga del perro, era descomunal ( unos 30 cn. Y la bola que no creció del todo, porque me lo saque a la fuerza, media como un naranja). No podía creer que todo eso había estado muy profundo de mi. Después que terminó de lamerce su verga y perder su tamaño , lo guardo en su funda, y abrí la puerta y se fue , y aprovechando mí soledad me fui al baño a ducharme para limpiar el resto de sangre y los residuos de esperma de mi inesperado violador, que a pesar de todo se dio el gusto de hacerme su perra. Quedé totalmente decepcionado de la perdida de mi virginidad anal, y totalmente adolorido que no me quedo ganas de tener otra experiencia como ésta (eso creía. Me duró mucho tiempo reponerme de mi desgarro anal que a pesar de ser muy tierno a mis ocho añitos, lo superé con mucho esfuerzo, porque tenía que aparentar y fingir estar bien y que mís padres se dieran cuenta de mi situación. Como a los diez años, recién me comenzó de nuevo a tomar posesión en mí cabeza, la imagen de que como me vería, bien penetrado por ése perro que fue el primero en follarme, y comencé las imaginaciones y quería saber como hubiera terminado, si no hubiera llegado el cuidador, porqué recordé que ya me estaba haciendo gozar cómo una verdadera perrita, y eso no me dejaba tranquilo y sin darme cuenta ya estaba dispuesto a tener una segunda experiencia, pero que está vez, tenía que estar cien por ciento seguro , de tener mucho tiempo y totalmente solo, también me sentía feliz, porque tenía lo principal, los caninos de la casa que ya los miraba como mis deseados machos. Es así como por cosas del destino y mi ingenuidad , me llevo a comenzar precosmente mi deseo oculto, que gracias a mi recordado profesor y cuidador del orfanato, interrumpió mi inocencia. Espero que les haya gustado mi relato y espero sus comentarios para que así siga trayendo mís experiencias, que son parte de mis profundos y bien guardados secretos. Hasta pronto.
valla que avias sido.
picaron de muy chico.
pobre colita..
Pues si que saliste toda una perrita, así que no te obligaron a hacer lo que ahora pides a gritos, una cogida bien rica je je, saludos… 😁
Ummmm, una experiencia real que ahora lo recuerdo con agrado y placer.
Tengo ganas de que me pase, se que me dolerá pero quiero
🤤
Me pasó lo mismo pero con 20 años, el perro me penetró tanto que no podía soportar más y forcé la interrupción y así me desgarre mi ano
que rico que tu profesor te hubiera desvirgado desde peque seria genial un relato asi