Me gusta coger con mi perrita

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Franco21.
Soy un chico normal al menos en mi vida social y fuera de mi casa, tengo 22 años y me llamo Julián, y cuando comienzo diciendo que soy un chico normal lo hago porque seguramente mucha gente el saber que me follo a mi perra no le parecería de una persona normal, lo sé y lo entiendo, yo también veo raro y extraño lo que hacen otras personas pero no por ello las discrimino o creo que están enfermas de la cabeza y las respeto, pero a lo que vamos, me gusta coger con mi perrita y me lo paso muy bien.

Todo comenzó hace unos años, una tarde mientras estaba en casa solo viendo una película porno y haciéndome una buena paja como suelo hacer habitualmente mi perra se acercó y quería meter la cabeza en mi polla como si la quisiera oler, yo por supuesto le aparté el hocico y la regañe pero ella insistía en acercarse como si mi polla fuese un caramelo o que se yo, en un momento dado pensé para mi mismo ¿y si dejo que me la chupe?, pues dicho y hecho, aparté la mano y se la acerqué a la cara, ella inmediatamente dio unos lenguetazos en mi capullo que me dejaron alucinando, joder que gustito daba, la dejé seguir y seguir hasta que me corrí y ella se bebió toda la leche, cuando salía el semen aún lamía más, no dejó caer ni una gota.

Esta operación la repetí a partir de entonces muchas veces, joder ¿porque masturbarme si me la puede chupar mi perra y me corro como un conejo?, pues así seguí y seguí hasta que un día mientras ella me la estaba chupando se me vino a la cabeza tocarle un poco el coño a ella, yo estaba super caliente y metí mi mano en su vagina, como es una perra bastante grande también tiene un chocho gordo, me puse un poco de saliva en el dedo y comencé a pasárselo por la raja hasta que fui metiendo el dedo entero, lo metía y sacaba como si fuese el coño de una chica, yo con los ojos cerrados pensando que era una mujer y mientras me estaban haciendo una mamada, ¿que más quiero?

Pues lo que quiero es follar, después de meter el dedo y ver que el agujero de su coño es bastante grande pensé que mi polla también entraría ahí, todo hay que decirlo, no la tengo muy grande, tampoco pequeña, pero supongo que una verga más grande que la mía no le hubiese entrado, entonces llegó el momento, la puse en el sofá de pié y le levanté la cola, me mojé bien la polla con saliva y a ella el chocho igual y comencé a meterla, primero costaba bastante pues mi polla aunque sea pequeñita no es un dedo, pero al final entro, me dio un gustazo terrible al meterla, era calentito y jugoso, comencé a penetrar a la perra pero igual que si le estuviese metiendo un polvo a una mujer, y así follé y follé hasta que me corrí dentro de ella y la verdad es que quizás es la vez en mi vida que más gusto me ha dado un orgasmo, no sé si era por la excitación, por el tabú de tener zoofilia con una perra, no lo sé, pero me dio un placer tremendo.