mi hermosa novilla
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por jucatove884.
Hola a todos aquellos que comparten mis gustos por las hembras de diferentes especies, me siento la persona más afortunada en cuanto a la disposición de hembras, pues mis padres son dueños de una buena extensión de terreno en el pie de monte llanero en Colombia, la cual de cierto modo administro junto con una persona que habita la casa en la cual tuve una bonita niñez, contamos con más de 100 ejemplares vacunos de ganado cebú que normalmente se mantiene suelto y es bravo, y en mucho menor proporción 15 vacas normando y criollo que habitan a corte de pasto y son para la producción de leche, muy mansitas al igual que las crías, varias ovejas, una buena cantidad de gallinas y piscas.
Por lo anterior es que no tengo la oportunidad de complacer mis inclinaciones sexuales con burras o yeguas y es porque no tenemos de esa especie, con perras casi nunca me ha gustado, pero con becerras, pocas veces con ovejas y aún en muy contadas ocasiones con gallinas, tengo mis desfogues sexuales hasta la saciedad.
Hace algo más de un mes que no había podido dar rienda suelta a mis placeres; la última vez fue con una de las cerdas que vendió el cuidandero de la finca, desde entonces no había podido, hasta este fin de semana del 20 de junio que estuve totalmente solo con mis hembras.
Este 20 de junio en la tarde fui al corte de pasto de uno de los potreros para llevar el ganado a los corrales, durante el recorrido uno de los toros se acercaba a una novilla y la olía tratando de montarla, me percaté que la novilla (tiene 10 meses de edad) tenía la vulva enrojecida, ligeramente hinchada y le goteaba una especie de moco claro, eso fue como música para mis oídos, el animalito estaba en celo y yo la salve del padrote, encerré a todos los animales (ovejas y reses) dejando fuera a mi hermosa novilla.
Entrada la noche y con toda la comodidad y discreción que me ofrece la oscuridad exterior y un enramado donde se encierran los becerros recién nacidos, lleve la novilla y la metí en él, cambie un bombillo que alumbraba demasiado y luego encendí los reflectores exteriores y regresé al enramado, ya totalmente preparado para convertirme en el padrote de la novilla, até una palangana con agrosal y pasto en un rincón, llevé a mi novilla para que comiera y estuviera tranquila, luego la ate cerca y le maniate las patas por si intentaba patear, limpie su vulva y alrededores de todo vestigio de materia fecal sin que ella mostrara incomodidad, luego le abrí la vulva viéndole su humedecido interior y en los pelos inferiores se apreciaba un hilito de moco cristalino, le metí mi dedo e inicié a frotarle el clítoris, por el contrario a lo que normalmente hacen las becerras que es apretar con el rabo simplemente lo hizo hacia un lado, dejó de comer y trataba de hacer movimientos oscilatorios con las caderas, frunciéndose a cada pasada, para ese momento sentía un sutil dolor en mi pene y testículos producto de la excitación en que me encontraba, sin más me desnudé de la cintura para abajo y acomode una butaca para quedar bien cómodo, abrí su vulva y acomodé la cabeza de mi pene en su entrada e inicie a hacer fuerza en la medida que iba desapareciendo en su interior, coloqué mis manos sobre sus caderas para asirme
Ella trató de moverse pero no pudo por estar atada, luego se quedó totalmente inmóvil así como tampoco molestó más, inicie el mete y casa bien despacio sintiendo ese calor tan rico, esa suavidad indescriptible y de vez en cuando unas muy sutiles contracciones, así dure unos cinco minutos, luego se escuchaba unos leves sonidos a cada penetración en la medida que la novilla también se fruncía, sentí tanta curiosidad por ver lo que pasaba que sosteniéndome de ella misma me trate de reclinar para atrás en la medida que la clavaba aún más profundo, luego se lo fui extrayendo en su totalidad, era increíble ver su vulva toda mojada por su moco y supongo que algo de orina, mi pene estaba empapado y al pasarle mi mano se percibía como una baba cristalina que incluso me dejo húmedo mi vello púbico, continué dándole verga a la novilla con más ahínco por unos cuantos minutos más hasta que sentía los impulsos eyaculatorios
Aceleré el culeo hasta que le metí un empujón dejándole mi leche adentro, espere unos tres minutos sintiendo como mi pene perdía su dureza y se tornaba flácido, extenuado lo saque todo mojado de semen y orina de la novilla, a ella también se escurría abundante semen, terminada mi copula desate a la novilla y ella continuó consumiendo el poco pasto y agrosal que le quedaba. Yo totalmente satisfecho me vestí y me retiré a mi dormitorio para descansar lógicamente que en la madrugada regresé para disfrutar más de los placeres de la zoofilia.
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