Mi historia, desde principio a fin…
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Zulrian.
Me llamo Marcelo, soy de argentina, y les voy a contar mi historia, desde principio a fin… (Totalmente real)
Todo empezó cuando a la corta edad de solo 12 años, viendo por internet que muchos hombres decían sentir gran excitación al lamido de su ano, se me ocurrió probar con el suave y tibio chorro del vide.
Un día tras excitarme en la PC eh irme al baño, recordé lo leído y decidí probar haber si me producía algo de excitación extra. Entonces abrí la canilla del vide que al principio larga un chorro helado entonces, mientras esperaba que se calentase el agua, me iba tocando todo, desde la panza hasta casi llegar a mi ano, por alrededor y jugando con mis testículos.
Cuando el agua estaba ya tibia me senté, al principio no me éxito mucho, entonces comencé a masturbarme el pene y sentí que el agua se calentaba cada vez mas, cada ves mas era la rapidez de mis movimientos de mi mano al masturbarme hasta que me corrí y vi como mi leche, aunque no era mucha, se iba por las cañerías. Pero seguía sintiendo ese chorro de agua ya casi quemante que no dejaba que mi pija se deshinche, entonces despacio seguí, esperando el segundo orgasmo.
Al ver que nunca llego, decidí tocarme para excitarme aun mas, entonces comprobé que mi ano estaba apenas abierto, cosa que había provocado aquel chorro de agua caliente. No resistí a introducir un dedo en aquel rincón nuevo para mi, y una sensación nunca antes experimentaba me inundo todo mi cuerpo y sin pensarlo seguí masturbándome de ambos lados en un frenesí sin control, con los ojos cerrados disfrutando de tanto goce, hasta que llegue al segundo orgasmo, mucho mejor que el primero.
Así empecé a disfrutas de ambos tipos de masturbación, de a poco me introducía cosas cada ves mas grandes, hasta que llegue a las zanahorias.
Ya a los 13 años mi calentura no podía más y vi a mi perra apacible, recostada y al comprobar que estaba solo me dirigí a ella en ademán de conseguir calmar mi excitación. No logre penetrarla y tras muchos intentos frustrados en varias ocasiones me resigne y seguí con lo que ya conocía.
En mis vacaciones de verano teniendo ya 14 años, no lograba calmar mi exigencia sexual, no me conformaba y estando en la casa de mis abuelos me percate de la gran verga que tenía su Rodwailer.
Un cosquilleo me invadió el cuerpo y pensando en lo que podía hacer con el perro, el cuerpo empezó a temblarme. Pero no seria hasta esa noche que podría hacer algo, ya que la casa estaba infestada de gente tantos familiares como conocidos, entonces decidí ir a mi habitación a averiguar por internet como obtener placeres del perro, hasta que llegara el anochecer.
Ahí fue cuando conocí el nombre de esta práctica sexual conocida como Zoofilia. Mientras más averiguaba más me excitaba y el cuerpo no paraba de darme pequeños impulsos nerviosos provocados por la adrenalina que sentía en mi.
Esa noche no comí, no pensaba en nada más que en eso y sentía un nudo en el estomago que provocaba inapetencia en mi. A pesar de no poder distraerme de lo que aquella noche planeaba, me contenía en mi masturbación, pues quería reservarme para aquel tierno y dócil perro.
Ya llegada la esperada noche me despedí de mis abuelos y madre, me dirigí a mi habitación. Mientras estaba en mi computadora esperando que todos se fueran a dormir me excitaba más y más, no podía aguantar que los pies me temblaran de la adrenalina que sentía y me estaba costando mucho contenerme, tenia el pene como nunca antes.
Ya pasada una media hora de que todos se acostaron, me dirigí al baño para quedar limpio para aquel perro que ni se enteraba lo que yo planeaba. Mi cuerpo parecía explotar del morbo que me provocaba saber que en breve estaría disfrutando de la bestialidad de aquel perro, tanto así que parecía que mi sistema acompañara dicho deseo haciendo muy fácil los requisitos previos.
Envuelto en una toalla salí al patio, desperté a aquel perro virgen que habrá tenido no más de 6 ni menos de 4 años. Digo que era virgen ya que paso toda su vida encerrado en el patio de mis abuelos. Cuando me acerque le acaricie la cabeza y de a poco, pero en pocos segundos, estaba tocando su gran pene envuelto en su funda.
El perro no fue fácil de excitar, ya que no comprendía en lo más mínimo lo que planeaba pero lo seguí masturbándolo y al cabo de 5 minutos empezó a hacer movimientos muy frenéticos al aire. De inmediato me puse en cuatro pero lo que él buscaba era mi mano, el pobre no savia que yo pretendía algo mucho mejor para el.
Me puse de pie intentando pensar como hacer que se diera cuenta lo que tenia que hacer, y en un momento el perro (imaginen lo grandes que son) se paro en dos patas y me quiso coger, no savia como, pero por lo menos el pobrecito lo intentaba. Entonces se aferro a mi pierna y eso me dio una idea.
Me libere dificultosamente de él y le hice señas para que me siguiera. Corriendo tras de mi, frene y el perro arremetió contra mi en otra estampida con su gran cuerpo, pero esta vez lo agarre de la patas delanteras y lo coloque en mis espaldas mientras que me arrodillaba. Ya en la posición dirigí mi mano hacia atrás y empecé a masturbarlo. De inmediato empezó a dar puntadas un poco dolorosas a mi culo y le agarre su verga, que ahora me parecía un tanto pequeña fuera de su capuchón, y la dirigí hacia mi agujero ya dilatado.
No fue difícil que entrara y el placer que sentí fue increíble. Mi culo extremadamente lubricado por mi, mas su pene que ya estaba bastante lubricado, lograron un deslice que me hacia gemir del placer. Siempre procure que el bulto del que fui advertido por internet no entrase y a la vez sentía como crecía esa increíble pija, que tanto placer me estaba dando, y como crecía a dimensiones extremas. Ya medianamente grande y sin preocupaciones de quedar abotonado, saque mi mano y me dispuse a disfrutar de las intensas embestidas que nunca dejaron de cesar. Nunca antes había sentido tanto placer, y ya las zanahorias en ese momento me parecían una risa. Mi culo estaba por explotar y me sentía en el cielo, no me importaba nada, solo esa noche era disfrute para mí y no había nada que lo evitase. Yo pegaba pequeños gritos de placer al sentir que su verga tocaba tope dentro y como crecía cada ves mas. Sintiendo que me desgarraba de tan grande verga, me corrí por primera vez y el orgasmo fue algo inimaginable. Le pedía clemencia al perro:
-¡¡¡Por favor, ya para, por favor!!! No quiero mas de ti…
Pero el perro no hizo caso y yo no tenia energías para sacarlo de arriba mío y él, increíblemente seguía embistiendo con la misma fuerza que desde el principio.
-¡¡Por favor!! Ya basta, me muero, no puedo más, aah!!
Seguía gritando pero el perro no hizo el más mínimo cambio en sus movimientos y yo parecía que me iba a morir de tan brutal que él estaba siendo con migo. Por fin paro pero no se salio, seguia dentro mio y sentia como su pene bombeaba semen hasta llenarme por completo. No tenia fuerzas ni para sostenernos y mis brazos cedieron. En eso el perro, que estaba apoyado en mi espalda, cayo con migo y me penetro hasta el fondo, parecía que moriría de verdad, y me corrí por segunda ves. Ya no podía más y mis rodillas no soportaban ni el peso de mis caderas. Caí bajo suyo, pero el perro quería seguir. Después de mas de 20 minutos el perro exigía más de mí, me quería coger aun mas, y yo estaba completamente desnudo echado boca abajo con el culo latiéndome y casi que me costaba respirar.
El perro empezó a darme vueltas y yo veía como su gran verga le colgaba, quería que me levantase para seguir cogiendome pero yo no podía ni decirle gracias. Después de quedarme tirado un rato tome fuerzas para levantarme y entre en la casa rápidamente, pues el perro al ver que me recuperaba me quería saltar para que yo sea su perra una vez más.
Cuando entre en el hall me senté en una silla y veía como el perro saltaba llamándome, pero yo no iría. Me dirigí al baño y ya debajo de la ducha me relaje y sentí como un mar de semen del perro salía de mi culo. Me aparte del agua y al tocarme, sentí como estaba todo lubricado. Quería masturbarme pero me dolía demasiado…
Esta es mi historia de mi primera vez y debo decirles que es 100% verdad (bueno, los diálogos no son exactos, pero se que algo grite). Como entenderán, tras mis experiencias, solo me gusta el sexo anal, pero los hombres no. A lo mejor una buena mamada y que me penetren, pero solo eso (me da mucho morbo).
Muchas fueron las noches que pase con el Rodwailer de mis abuelos, y muy triste me puse cuando supe que las vacaciones terminaron, ya que tarde me di cuenta de que tanto placer podía sentir con él.
A lo mejor no les calentó tanto como a mí al escribirlo, pero es mi primera vez que escribo un relato o algo por el estilo (pero me gusta leer alguna que otra vez un libro o algo). También discúlpenme por hacerlo tan largo.
Este año me mude a la misma ciudad de la de mis abuelos pero no encuentro una buena excusa para ir a dormir aya (fui una vez con pretexto de ir a pescar al día siguiente con mi abuelo, pero esa es otra historia). Si quieren contarme sus experiencias o charlar conmigo mi e-meil es zulrian@hotmail.com
Suerte! y no se repriman que mejor no hay lo que los hace feliz!
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