Mi perro amante de mi verga
Descubrí que a mi perro le gusta mamar verga en cualquier momento y lugar.
Todo comienza a los 14 años, un día que amanecí con mi pene erecto. Yo me masturbaba bastante porque siempre fui muy caliente. Me quito la sabana para empezar a masturbarme y escucho al perro de la familia entrar a mi habitación. Para los que conocen la raza caniche, saben que estos perros son muy de lamer cualquier cosa, sobretodo al cuerpo humano. Mi perro se logra subir a la cama y comienza a olerme y lamerme. Yo un poco molesto lo empujo lejos de mi cara lo que causa que ponga atención en mi pene que estaba ya fuera de mi boxer. Yo veo que se acerca y justo antes de que lo pudiera apartar, lo empieza a lamer efusivamente. Yo en ese momento sabia que algo no estaba bien pero por otro lado, nunca había sentido tanto placer. Su lengua lamía rapidamente la cabeza de mi pene como si fuera algo delicioso y me hacía retorcerme y obligarme a aguantar los gemidos para no despertar al resto de mi familia. Luego de un tiempo acabé con un escalofrío de tanto placer y mi perro se bebió toda mi leche. Mi perro quería seguir lamiendo pero ya me estaba provocando dolor asi que me guardé mi pene en el boxer y lo bajé de la cama. Ese día estuve pensando todo el tiempo en lo que habia pasado. Por un lado sabia que estaba mal pero había sido tan rico ese momento que de solo pensarlo se me paraba el pene de nuevo. Pasaron los días y yo ya pensaba que habia sido una cosa de una sola vez, pero me equivocaba. Un día, mis papás decidieron salir a cenar y yo me quedaba en mi casa solo. Yo feliz porque me podía masturbar por horas con el porno en la televisión del living y desnudarme completamente. Mis padres se van y yo en seguida me desnudo y enciendo la televisión. Comienzo a masturbarme pero en seguida mi mente comienza a morbosear con lo que habia sucedido con mi perro. Lo llamo y el viene rapido moviendo su cola. Lo subo al sillón y le ofrezco mi pene. Él comienza a lamer rápido nuevamente y yo me dejo llevar por el placer. Ya ni prestaba atención al porno solo cerraba los ojos y me concentraba en sentir esa lengua lamiendo mi pene. Para estar mas cómodo me acuesto y abro las piernas para que le quede lugar a mi perro. En ese movimiento, él comienza a lamer mi pene y comienza a bajar. Lame por un rato mis bolas mientras yo comienzo a masturbarme pero de repente comienza a bajar mas y yo noto que se siente atraido por mi ano ya que intentaba llegar a él presionando su hocico. Yo ya full morboso con la situación abro un poco mas las piernas y dejo que acceda a ese lugar. Si yo ya creia que habia sentido todo el placer, estaba equicovado. Mi perro lamiendo mi ano mientras yo me masturbaba me llevó al cielo. En seguida tuve la sensacion de que iba a acabar y me dejé llevar. Acabé 6 o 7 lechazos en mi abdomen que mi perro lamió hasta dejarme limpio y siguió lamiendo mi pene luego. Acabé 2 veces mas despues de eso y ya no se me paraba mas, sino yo creo que hubiera seguido. Luego de ese hermoso suceso ya estaba mas libre de mente y mis sesiones de masturbación eran mas de una mamada de mi perro que otra cosa. Posteriormente aprendí que con un short y estando sentado, con bajarmelo a la mitad de los gluteos le daba todo el acceso necesario para que me lamiera mis dos lugares favoritos. Un día, que hacia un poco de frío, yo estaba en mi habitación jugando a los videojuegos en mi playstation. Estaba sentado en mi cama, tapado con una manta de la cintura para abajo y en boxer. Yo estaba concentrado en el videojuego pero a la vez un poco caliente. Mi perro como leyendo mi mente aparece moviendo la cola y yo en seguida le levanto la manta para que se acomode entre mis piernas. Hago una carpa flexionando mis piernas y me saco el boxer para darle todo a mi querido perro. El comienza con su mamada y yo feliz sintiendo placer mientras seguía jugando. Luego de un rato de mamarme el pene, mi perro baja hacia mi ano y comienza a lamerlo con efusividad. Yo habia descubierto que si no me bañaba, a mi perro le gustaba mas lamerme y lo hacia como con mas fuerza. Entonces el se esforzaba en meter su lengua lo mas que pudiera y obvio que eso me daba mas placer a mí. Me llega la sensación de acabar y justo ahí, mi madre abre la puerta de mi habitación preguntandome que quería almorzar. Yo me sorprendí y asusté mucho, a la vez que no podía parar la sensación de acabar, y mi perro seguía lamiendome. Yo como pude le contesté que cualquier cosa estaba bien y que me dejara tranquilo porque me iba a hacer perder. Mi madre se fue y yo pude terminar de acabar. Hice que mi perro se tomara mi leche y lo dejé irse. A partir de ahí comencé a tener menos cuidado con donde me masturbaba y demás, ya que descubrí que me daba mas morbo si alguien me veía mientras mi perro me lamía, sin saber obviamente lo que estaba pasando. Asi fue como mi aventura morbosa comenzó y llegué a hacer que mi perro me lamiera en pijamadas frente a amigos mientras jugabamos a los videojuegos, siempre abajo de una manta con la excusa de que tenia frio o que a mi perro le gustaba mucho estar ahí. Incluso llegué a incitar a mi perro a lamer a otros amigos para ver si se les paraba o si se excitaban con la situación, pero eso es otra historia. Mi perro tristemente murió hace unos años pero lo recuerdo todos los días, ya que nadie pudo darme tan buenas mamadas como él.
Les dejo mi telegram por si quieren compartirme relatos similares: Missterr
Es demasiado rico y últimamente he visto de perros lamiendo verga hasta desldchar