Mi primer acercamiento real al mundo Zoo
Degustando una verga enorme por primera vez..
Hola a todzs.
Cuando era adolescente vivía en un barrio pequeño, estaba alejado de la urbe más cercana y todavía por esa época abundaban los pequeños campos y montes, algo que hoy en día se ha reducido bastante por el crecimiento poblacional. Por lo tanto, era normal cruzarme con perros callejeros y caballos, es así que un día quedé impactado al presenciar la verga de un caballo en todo su esplendor, por aquel momento no sentía deseo, pero tampoco podía evitar mirar esas gruesas barras de carne. Años más tarde tuve mis primeras novias y experiencias sexuales, pero a pesar de ello, cada vez que veía perros abotonados o caballos mi cabeza quedaba eclipsada. En mi casa siempre tuvimos mascotas, tantos perros machos como hembras, pero nunca se me cruzaba hacer algo con ellos ya que los consideraba como parte de mi familia.
Pasaron los años y uno de mis hermanos se fue a vivir con su pareja a la ciudad, había logrado alquilar una linda casa con un patio mediano, lo que le permitía tener mascotas, de modo que adoptó un perro de raza fila brasilero que le regaló una amiga dueña de un criadero, era un cachorro hermoso que al verlo por primera vez no pensaba en el tamaño que iba a alcanzar. Por aquella época visitaba seguido a mi hermano, era como mi segunda casa, a veces me quedaba a dormir y otras veces jugaba en su pc. Pero no solamente jugaba, sino que también por las noches miraba porno y leía relatos eróticos jaja. De esa manera dí con la historia de una chica que era desvirgada por un perro dálmata, a partir de ahí comencé a leer más relatos y fantasear con la zoofilia.
Pasó el tiempo y Matón (así le había puesto mi hermano al perro) había crecido, ya tenía como unos tres años cuando comencé a prestarle atención, era un perro enorme en todo sentido, su altura, su porte y por supuesto su pija, acompañada por unas bolas bien gordas. Siempre que lo veía pasar por la casa disimuladamente le miraba el paquete que le colgaba entre las patas. En aquel momento no tenía idea de cómo proceder, mi calentura pasaba por leer relatos, pero no los tomaba como instrucciones, además de que todos los que leía eran sobre mujeres. Si bien con este perro nunca pude concretar nada serio (aunque si lo hubiese hecho me habría destruido el culo jaja) si pude hacer algunas cosas.
Un día que estaba solo, me puse a mirar porno en internet cuando Matón pasó por al lado mío, inmediatamente y sin pensarlo lo llamé, me arrodillé y comencé a acariciarlo lentamente hasta que en un movimiento súbito comencé a hacerle una paja, por aquel entonces yo no sabía como masturbar a un perro para que se le salga la verga de la funda, así que procedí a hacerlo como cuando me la hacía y dado el tamaño del paquete que tenía entre mis manos fue muy fácil hacerlo.
Su pija era gigante, la más grande que he visto, así que ni bien le salió la punta no lo dudé y la llevé a mi boca. Era un sabor metálico salado y caliente, fue un instante muy breve pero luego de eso “me asusté” y salí corriendo hacia una de las habitaciones con el perro detrás mío. Yo no podía creer lo que había hecho, temblaba todo, estaba rojo pero muy excitado. Igual Matón que de un salto se subió a la cama, no se quedaba quieto y aún conservaba afuera la punta de su pija así que otra vez me agaché (ya que era muy alto y al estar encima de la cama alcanzaba mi altura) y comencé a chuparle la pija de nuevo, esta vez con más “determinación”. La verdad que no sabía muy bien lo que hacía, era la primera pija de perro que me llevaba a la boca pero hacía todo lo posible para recorrerla con la lengua e introducirla lo más profundo posible.
Fui tirando su funda hacia atrás para comer más de esa sabrosa verga, hasta que en un momento el perro comenzó a realizar los típicos movimientos coitales y al ser tan bruto su pija salió de mi boca y me humedeció la cara bañándome con sus fluidos. Era una pija que fácil alcanzaba los 23-24cm de largo y muy gruesa, en la base de la bola como una berenjena y el resto como un chorizo acompañada de un hermoso par de huevos bien grandes los cuales, por supuesto, tuve la oportunidad de saborear a gusto. Para ese instante yo estaba con una gran erección así que me había bajado los pantalones para hacerme una paja mientras se la chupaba a Matón. Ni bien acabé, me levanté rápido y salí corriendo hacia el baño a enjuagarme la boca. Sentía mucha adrenalina por lo que había hecho, el perro me seguía como buscando algo más (algo que yo no entendía todavía jaja) por lo que lo guie hacia el patio y luego fui a darme una ducha.
Desde ese momento cada vez que estaba solo con matón le hacía una mamada hasta que ambos acabábamos, también me comía el culo de una forma sabrosa ya que tenía la lengua bien grande y babosa, nunca un perro me volvió a comer de esa forma tan exquisita. Si bien no me arrepiento de haber dejado que me cogiese (hubiese sido una experiencia brutal dado su tamaño frente al mío) hoy en día si me gustaría que un perro de semejante porte me martille el culito, inundándome con su leche caliente.
Bueno, este fue mi primer acercamiento real al mundo zoo, en el próximo relato les contaré como fue la primera vez que fui penetrado y abotonado.
Hasta luego, nos vemzs la próxima.
que rica experiencia amigo se me hizo agua la boca con la descripccion de la pija que te comiste