Mi primer amante, el perro de don Victor
Les contaré mi primer experiencia Zoo a los 15 años con el perrazo de don Víctor.
Hola compañeros y compañeras, quiero contarles mi primer experiencia sexual Zoo.
Antes que nada, no solo fue mi primer experiencia Zoo sino que también mi primera experiencia sexual con un ser vivo je, era virgen en ese momento.
Esto fue hace unos 20 años allá por el año 2005 aproximadamente.
Por aquellos años cuando tenía unos 15 años de edad durante el verano mi padrastro me llevaba a trabajar al campo con el, más que nada a acompañarlo mientras en él trabajaba, seguramente para que no pase todo el verano durmiendo o mirando TV en casa.
Recorria varios lugares de la provincia para hacer si trabajo de ingeniero agrónomo, en algunos lugares dormíamos en hoteles y en otros en casas del campo donde vivían los cuidadores o en casa rodante.
Está hermosa historia se dio en la casa de Don Victor, el cuidador de uno de los campos, ahí dormíamos en una casa rodante que estaba junto a la casa de don Victor.
Una mañana desperté y vi que mi padrastro ya había partido sin llevarme con el, al salir desperté la casa rodante tampoco lo vi a don Victor, recorrí la zona buscándolo pero claramente no había nadie y me había quedado solo, y como siempre que eso pasaba, me dispuse a hacerme una buena paja al aire libre, admito que en ese entonces me pajeaba casi todos los días.
Pero esta paja fue diferente, sentía la necesidad de algo más real, de tener sexo, y en ese momento es cuando veo los perros bajo un árbol, dos mestizos de buen tamaño uno negro y uno marrón, era mi mejor oportunidad de tener sexo con ellos, con lo cual me acerqué tímidamente a ellos que me movían la cola con alegría, los acaricie unos minutos y me paré frente a ellos y saqué mi verga que ya estaba dura como tronco, el perro marron no demoró ni un segundo en ponerse de pie y olfatearme la pija que ya estaba toda mojada y comenzó a darle unos lengüetazos increíbles, la mejor sensación de la vida, la primera ves que una lengua recorría mi verga y mis huevos peludos, y que flor de lengua, grande y húmeda, mamaba con frenesí sobre todo cuando me la ensalibaba.
Estuvimos unos minutos así, yo parado y el perro lamiendo con ganas, pero yo quería más así que lo llevé adentro de la casa de don Victor que la había dejado abierta y nos metimos a la habitación, donde me arrodillé en el piso y me dejé caer sobre la cama quedando en 4, y ahí sentí lo mejor de la vida, un fuerte lengüetazo recorrió todo mi culo desde los huevos hacia arriba, nunca había sentido semejante placer, una sensación inolvidable, que en ese momento no duró mucho ya que solo dio tres o cuatro lambetazos y luego solo quería montarme pero a lo cual no accedí.
Ya muy caliente me senté en la cama y mi amigo perruno continuó con sus lengüetazos en mi pija hasta hacerme saltar varios chorros de leche que no dudo en lamer y tragarse todo.
Estuve dos días más en ese lugar pero ya sin oportunidad de quedar solo, aunque mi amigo no dejaba de perseguirme por todos lados como si estuviera acosándome, lo cual me hizo pensar incluso que don Victor sospechaba lo que había pasado en su habitación con su perro.
Lamentablemente nunca más pude repetir con ese perro, pero fue la primera de muchas cosas experiencias zoo que les iré contando.
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