Mi primer perrita
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi historia es corta pero aun así no quise perder la oportunidad de poder compartirla con ustedes, todo empezó desde que tenía 10 años , a mí me gustaba ver cuando los animales lo hacían y no podía evitar ponerme cachondo al ver como
Le metían a sus hembras y ver como ellas no ponían resistencia, me gustaba ver a los caballos pero era más común ver a los peros cogiendo.
Todo esto paso en un racho ya que yo viví gran parte de mi infancia allá, en mi casa teníamos varios perros de diferentes
Razas, en su mayoría mestizos y entre ellos había una perra pequeña la cual era muy apegada a mí, yo en un principio
No me pasaba por la mente el poder disfrutar de ella, no fue hasta que un día mientras estaba en su celo vi como
Uno de los machos de raza grande se la cogía, cuando se la metió ella dio un pequeño gemido y eso me prendió mucho
Ellos quedaron pegados y cuando al fin se pudieron separar me di cuenta del tamaño del pene del perro y fue ahí cuando
Me entro la idea que yo también se la podía meter, mas sin embargo a mí me daba miedo.
Después de eso paso alrededor de 4 meses, la perra no quedo preñada pero yo ya tenía la idea de querer penetrarla, así que comencé a tocarla para que se fuera acostumbrando a mis manos, empecé a acariciarla de la panza y ella se abría de patas y le tocaba la vagina a cada que tenía oportunidad y ella no perecía molestarle, por ser muy apegada a mi tenía mucho tiempo con ella a solas.
Un día me quede solo en la casa, mis papas tenían que ir a la capital, eso me daba el suficiente tiempo para intentar penetrarla de una vez por todas, me dirigí al patio trasero y no tardó en llegar, así que la lleve a un cuarto donde guardábamos triques, fue ahí donde empecé a acariciarla, se echó sobre su lomo y quedo con las patas para arriba, me eche saliva en un dedo y comencé a pasárselo por la su rajita, ella no ponía resistencia así que comencé a meterlo, la sensación era rica, yo nunca había tocado una vagina, era algo nuevo para mí, estuve haciéndola gozar con mi dedo por un rato pero yo quería pasar al siguiente nivel y penetrarla de una vez por todas, así que me puse de pie y me desabroche el pantalón, yo tenía una erección muy fuerte, me puse de rodillas y acomode a la perra delante de mi ella no se movía, yo comencé a acercarle mi pene a la entrada de su vagina y ella hizo la cola hacia un lado, fue ahí donde me di cuenta que ella estaba de acuerdo con lo que iba a hacer, así que empecé a darle pequeñas embestidas, mi pene solo chocaba con su rajita, aunque aún no se lo metía yo sentía genial, la idea de estar embistiendo a una perra y que ella aceptaba me daba una satisfacción increíble, a mí me daba miedo metérsela, no sabía si se podría o que podría llegar a pasar pero ya estaba demasiado caliente y tenía que terminar con lo que comencé, así que me enderece un poco para poder ver la entrada de la vagina le puse mi pene y comencé a empujar, no entraba pero se podía sentir su carnosa vagina que me prendía cada vez más, entonces me separe de ella, se dio la vuelta y me lo comenzó a lamber, yo no lo esperaba y solo me deje, después de esos ricos lengüetazos se volvió a acomodar haciendo la cola para un lado, así que quise devolverle el favor y en ocasiones veía como el macho le lamia antes de metérsela, así que me incline y le di unas cuantas lamidas y me enderece para intentar metérsela de una vez por todas, mi pene esta todo rojo, casi sentía que explotaba, me eché algo de saliva y comencé a envestirla de nuevo pero esta vez la agarre como todo un macho canino, atorando sus caderas con mis antebrazos y haciendo más fuerza y de repente.
la sensación más increíble que había vivido hasta esa momento, sentía un calor muy rico y me apretaba con pequeños movimientos de su carnosa vagina al rito de sus jadeos.
chillaba un poco al principio pero después de un rato solo jadeaba, yo no quería ni moverme, quería seguir disfrutando de esa ricura
después de un esperar un momento a que pasara el éxtasis de tener mi pene adentro comencé a moverme poco a poco.
y ella seguía jadeando, yo se la quería meter toda pero por ser una raza chica tenía miedo de lastimarla y que no volviera a querer, pero en el momento me deje llevar y la envestí hasta que sentí su cola en mi pelvis, ella chillo un poco pero no hizo por morderme o querer zafarse así que la seguí envistiendo hasta comenzar a sentir que estaba a punto de venirme, así que lo hice con un poco más de fuerza hasta que le eché toda mi leche dentro.
era genial, hasta involuntariamente hice unos movientes como temblando, me quede un momento sin moverme y después me separe.
le escurrió un poco de mi leche, y al quedar separados se dio la vuelta y se lamio comiéndose la leche que había quedado en la entrada de su vagina, yo solo veía aun atontado por el orgasmo que había acabado de tener, cuando en eso ella se pone de pie y me limpia el pene por completo, yo lo tenía aun sensible así que solo la deje hacerlo un poco y me puse de pie, me vestí y abrí la puerta del cuarto, ella se dirigió a un bote con agua yo me metí a la casa un poco ajustado por lo que había acabado de pasar, aun no sabía nada y tenía la idea que la podía preñar.
pasaron unos días y me puse a investigar un poco y solo con saber que no podía quedar preñada aunque estuviera en su celo la volví a montar unas cuantas veces más, a lo que ella accedía, varias veces usaba el pretexto de ir de cacería a los conejos y solo usaba ese tiempo para poder disfrutar de sus deliciosa rajita, desafortunadamente el gusto solo me duro unos meses, ya que por vivir en un rancho animales salvajes solían entrar a la casa para conseguir algo de comer y la atacaron, y desde ese entonces ella ya no quería "jugar" conmigo, yo no quería forzarla así que ya no insiste, pero eso no me desanimo para que dejara de tener encuentros con otros animales del rancho.
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