Mi primera experiencia con canes, costó pero resultó.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Old-Legolas.
Los hombres no me atraen, pero si me gusta sentir algo dentro de mi ano masajeado mi próstata y retrasando mis explosivas eyaculaciones. He probado introduciendo varias cosas para darme placer, entre ellas un par de Aneros comprados y una docena fabricados por mi, anatómica y visualmente excitantes.
Me gustan los videos de mujeres con perros, especialmente aquellas en que el perro es el activo y se abotonan por un buen rato. Por razones que aquí voy a obviar, me hice muy amigo de dos perros que me atrajeron y me excitan. Un manto negro y uno mezcla de manto negro y doberman. Empecé por este último, me parecía el mas dificil de abordar, no por ser mas malo, todo lo contrario por ser mas tonto, da la sensación de ser mas inmaduro que el otro..
El primer encuentro sexual fue solo para él. Mientras lo acariciaba iba sacándome la ropa para acostumbrarlo a verme así y para que me relacione desnudo con el sexo. Comencé a acariciarle el vientre y empezó a mover un poco la cadera, le fui acariciando su escondido pene, tratando de que se excite un poco más, lo acaricié suavemente todo su largo hasta sentir que se inflaba un poco su botón, lo fui acariciando y apretando en la base, comenzó a mover sus caderas en actitud de penetración y a escupir su lubricante sobre mi mano, me la mojé bien y descubrí la punta para que su pene saliera completamente con botón y todo. Con su pene totalmente descubierto sostuve su base para que eyaculara, lo mantuve eyaculando unos 3 minutos como si estuviera pegado, eyaculaba de a chorritos y su base palpitaba. Aproveché todo lo que salía y me lo iba poniendo en mi ano, La erección que me producía era tan espectacular como la de él, no dejaba de imaginarla dentro mío. Cuando lo solté comenzó a lamerse, me puse en 4 mostrándole dónde la podía meter en el futuro. Como me había untado con su semen vino a lamerme todo. Yo ansiaba tenerla dentro…. Y se dio.
Al otro día, para no apurarlo y que lo disfrutara volví al ataque, busqué el momento apropiado, nos quedamos solos, me fui al mismo lugar del encuentro anterior y cuando el se acercó a buscar cariño, yo le dí sexo, para mí del bueno, si él disfrutó la mitad que yo, aseguro que estaba en el cielo.
Mientras lo acariciaba con una mano con la otra me sacaba mis ropas, comenzó muy rapidamente a mover sus caderas, le fui tocando su pene, engrosé un poco su botón y fui poniendo su lubricante liquido en mi ano, lo excité un poco y le dí la espalda para que olfateara mi agujero deseoso de ser llenado, lo olfateó y lameteó muy rico, pero no atinó a nada, seguí masturbándolo lentamente para que agarre ritmo y le daba la espalda, hice esto un par de veces y ya atinó a montarme, pero parecía no estar seguro de lo que hacía, traté de no mirarlo a los ojos para que no se intimide y para parecer más sumiso. Dio resultado, me montó, un par de embestidas y lubricando mi ano tuvo un par de entraditas rápidas y lo hice bajar, para que le agarren mas ganas i siga insistiendo. Pegó una vuelta por el cuarto, como mirando que nadie lo viera y me volvió a lametear, hice como que me escapaba de él y eso lo excitó más aún. Más decidido me montó e intentó encontrar mi agujero, no quería agarrarlo y meterla yo, quería que me penetrara por sus propios medios, así que mientras intentaba encontrar dónde meter su desesperado miembro moví mis caderas para que se ubicara en posición correcta, muy correcta.
Cuando entró la puntita en mi culo éste ya chorreaba de lubricante, por lo tanto de una embestida la tenía completamente adentro. Sentí que me llegaba hasta los pulmones, dolió mucho, no por su diámetro sino porque mide 20 centímetros hasta el final del botón, y éste había entrado con su base completa, ya que con la excitación que tenía había dejado mi esfínter relajado para que entrara mejor. Bombeó unos 20 segundos, mientras que aguantando el dolor y gimiendo fui apretando mi ano para retenerlo dentro, el dolor se iba y llegaba la muy esperada sensación de estar lleno de esa enorme verga que se agrandaba y endurecía cada vez más..¡Qué sensación!!
Cuando dejó de bombear, intentó bajarse pero lo retuve, dejé pasar su pata trasera encima de mi culo mientras le agarraba su cola por encima de mi espalda y lo sostuve pegado trasero con trasero. Quería quedarme abotonado y lo logré, pensé, de acá no te vas hasta que vos te vacíes todo y yo acabe.
Tenía una erección como nunca, sentía su bola palpitar masajeando mi próstata mientras me llenaba todo. Aproveché mi experiencia en orgasmos secos y me propuse tener un par antes de eyacular. Relajé mi esfínter un poco para que se moviera su botón y volví a apretarlo, hice esto unos 30 segundos y comencé a sentir la excitación interior de mi próstata, mis músculos pélvicos y mi perineo empezaron a palpitar y a entrar en fase de orgasmo, realmente estaba en el cielo, mi culo lleno, mi próstata masajeada y me pene palpitando al compás de lo orgasmos. Al cabo de un buen rato, (No recuerdo cuanto, perdí la noción del tiempo) decidí que era conveniente eyacular y terminar el encuentro. Hasta el momento no había tocado mi super-erecto pene. Aproveche uno de los picos de excitación de la próstata para masturbarme y terminar con una insuperable eyaculación . Casi me desmayo del orgasmo que tuve con esa bola masajeándome por dentro. Se me tensaron y luego aflojaron todos los músculos. Aprovechó la ocasión mi llenador compañero para despegarse con un ¡plop!
Quedé con el agujero palpitando y mi pene dejando caer las últimas gotitas mientras me lameteaba mi trasero. Cuando me terminó de limpiar me acerque a él y muy sumisamente hice lo mismo con su pene, tratando de no incomodarlo y que le gustara. Parece que así fue.
En unos días probaré con el otro, vamos a ver cómo me va.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!