Mi primera experiencia ZOOGAY
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bueno iremos al grano. Realmente soy bisexual aunque me van más los hombres que las mujeres aunque no tengo problemas para hacerlo con mujeres.
Un día navegando, poi casualidad, encontré esta página y empecé a leer relatos y en el foro dudas y aclaraciones de éstas. Y como se ve empezo a crecer en mi un morbo intensísimo que supono ya tenía.
Yo tengo relaciones esporádicas con varios amigos (como pasivo) así que estoy acostumbrado y me encanta, todo hay que decirlo, a que me penetren. Pues últimamente conocí a un hombre con el que he tenido varios encuentros y estábamos hablando por el messenger y me preguntó si quería verle masturbándose por la CAM. Yo le dije que si porque estábamos quedando para el día siguiente. Mientras se masturbaba apareció un perro mediano que empezo a lamerle. Yo me excité muchísimo con lo que le hice, no se como, el comentario de que no me importaría dejarme encular por él y su amigo (el perro) a lo que el me respondió casi al instante que no le importaba que si quería allí estaría.
Al día siguiente fuí a su casa a la hora que habíamos quedado y me abrió la puerta en bata y nada más hacerme pasar me presentó al perro que por cierto es muy cariñoso y dócil.
Estube cinco minutos jugando con él (el perro) para que me oliese y me conociera porque era la primera vez que lo veia.
Después nos pusimos a calentarnos el dueño (que por cierto ya estaba desnudo) y yo para que me follara. Pero no se le ponía dura porque como me confesó después se había masturbado con la excitación de haber quedado conmigo y yo supongo también de tener una sesión en vivo de zoofília.
Entonces mientras tomábamos algo, me dijo que si quería probar con el perro, a lo que ni se cómo le contesté, casi al instante, que sí. Me lubriqué bien y me puse a cuatro patas a lo que el perro vino enseguida a jugar conmigo, lamiendome y correteando alrededor mio.
Al principio no conseguíamos hacerle entender al perro nuestras intenciones (que eran que me montase) hasta que el dueño lo cogió y lo puso en posición y yo pude cogerle el pene y enfocarlos a mi ano. En uno de los intento me la metió un poco y ya no hizo falta nada más, me la metió entera de un empujón, a lo que casi me corro. Empezó a follarme y sentí un placer enorme que me subía por todo el cuerpo. Estaba todo lleno. Y fue entonces cuando me dí cuenta de que me había abotonado y bien abotonado.
Se bajó de mi espalda y se dió la vuelta pero estaba enganchado y yo sentía como seguía bombeando leche en mis tripas y un placer inexplicable. Cuando al rato se soltó me temblaban las piernas y todo el cuerpo. (Realmente aún me tiemblan) Me senté en el sofá para descansar un poco. Luego le tocó el turno al dueño (el cual quedó muy satisfecho) pero yo seguía excitado por el primer polvo que me echó el perro. Supongo que el perro olería mi excitación y empezó a lamerme los genitales, y como estaba sentado en el sofá, metiendo el morro por debajo de mi culo para que me levantara a lo que al ver esto el dueño me preguntó que si quería repetir.
Me levanté, me puse lubricante, lo que fué inutil porque me lo quitó el perro lamiendome el ano, y me puse a cuatro patas. El perro me lamió el ano y se ve que ya había aprendido el camino porque me la ensartó entera al segundo empujón y me abotonó. Esta vez fué más intenso y largo y me corrí a los seis o siete empujone sin tocarme. Se dió la vuelta y notaba como seguía bombeándome leche en mi culo y al poco rato me volví a correr. Fué (de momento) el mejor polvo que me han hechado y aún me excito sólo de recordarlo.
Espero quedar pronto con este amigo para que me folle su perro cuantas veces pueda aguantar.
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