Mi primera vez en la zoo con una Doberman deseosa de Pija
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por amantecanino.
El primer sábado que me dejaron a cargo de la casa, me arme de valor y finalice una larga lista de tareas que mi abuela había dejado. Corte Leña, pinte marcos de ventana, desmalece el patio, alimente a unos pollos y patos. Ya cuando había finalizado, me senté en el piso a descansar y a mi lado se encontraba una pelota de tenis, la cual era juguete de una hermosa perra doberman (la real guardiana de la casa). Comienzo a jugar con la pelota arrojándola contra un muro y el sonido atrae a Sasha, ella era inteligente vivaz, juguetona y más adelante me enseñaría que era una fiera en el sexo.
Mientras jugaba con la pelota, me percate que ella estaba más pendiente de los perros que estaban en la calle que en su juguete preferido, pero en ese momento ocurrió algo que no me lo esperaba. Sasha la doberman se acerca a mi lado, alza su cola recortada y deja frente a mis ojos su vulva hinchada de color morado. Debo mencionar que esa actitud me desconcertó, ante lo cual la abrace y le rasque la panza para jugar con ella.
La noche del sábado transcurrió normal, pero yo sin darle mucha importancia al ofrecimiento de la perra y me quede dormido. El domingo transcurrió tranquilo y me pude dar el lujo de haraganear durante todo el día ya que las tareas del fin de semana las realice el día anterior. Solo debía alimentar a los animales. Pero al final del día ocurrió algo que cambio mi vida, en el momento de cambiar el agua de Sasha la Doberman, esta me ofrece su coño, el cual pude apreciar ahora de mejor manera, estaba morado de lo hinchado, su tamaño era del doble de lo que realmente era y secretaba un liquido claro transparente que lo hacía brillar. Mi pija reacciono de manera inmediata se puso dura y en un abrir y cerrar de ojos tenia mojada la ropa interior con mis propios jugos.
A Sasha le acaricie el lomo y ella se dio por entendida siguiéndome ansiosa a la casa. Una vez dentro, ella sube sola a un sillón y alza su cola mostrando su coño jugoso. Tembloroso acerco un dedo y lo paso por fuera de su vulva, la cual estaba mojada… ya sea por su saliva o por sus jugos. Me armo de valor y acerco mi cara dando una lamida a su coño. Hasta ahora nunca se me olvidara el olor a almizcle que emanaba de ella y su sabor incomparable. Sigo con mi lengua lamiendo y ella disfrutaba arqueando su lomo con un jadeo constante, me toco la pija y ella estaba dura y ya había mojado mis jeans con sus jugos.
Me desnudo y Sasha se acerca gustosa a lamer mi pija, contenta porque ya sabe que llenara su coño deseoso. Acerco la cabeza a la vulva dilatada y pensé que seria fácil de penetrar. Pero mi sorpresa fue rotunda solo dejando entrar la mitad de mi pija… pero eso no me detuvo, deje mi pija adentro y espere unos 4 minutos para descansar, luego embistiendo con fuerza siento el suave pasar por ese anillo interno que tiene su vagina, donde una vez llegado al tope comienzo a dar embestidas rítmicas a su jadeo. Debo decir que jamás había sentido hasta ese momento algo similar durado unos 15 minutos con ese ritmo, hasta que siento una constricción sobre mi pija y seguido con una explosión le lleno el coño con mi semen. Solo para quien ha vivido ese momento puede entender lo que sentí y por cierto me es difícil verbalizar. Una vez saque mi pija Sasha en una explosión de alegría y satisfacción inicia una carrera saltando de un sofá a otro yo quise detenerla para que no ensuciara disparando leche por el coño pero esto ya era imposible.
Descanse en el sofá con Sasha una media hora hasta que ella pidiendo sexo comienza a lamer mi polla, giro en el sofá y abro mis piernas ante lo cual ella e lame el culo, las bolas y mi pija… La dejo unos 20 minutos, recuperando una erección increíble para mi, procedo a penetro nuevamente. Pero esta vez la penetración fue limpia, de una sola embestida llegue hasta el fondo.
Esa semana fue inolvidable, como eran vacaciones de invierno pude dedicarme en su totalidad a satisfacer el celo de Sasha la Doberman de mi abuela.
Este relato es verídico en su totalidad, debo reconocer que omití algunos detalles para mantener mi identidad en el anonimato… uno nunca sabe quién puede leer esto… Muchas gracias por tener este espacio donde me puedo contar mi historia sin ser juzgado.
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