MI QUERIDA PERRITA…EN CELO QUE RICO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo comenzo una noche cuando salí de una fiesta no sin antes despedirme de mis amigos y salí todo calenturiento y con la verga bien parada con unas ganas de hacerme una paja de esas de miedo, iba rumbo a mi casa y sobándome la verga tiesa y no de frió sino de excitación me valía madre el clima, saque mi pedazo de carne y lo empecé a frotar y casi estuve a punto de hacerme una paja, pero no, seguí así hasta mi casa, sabía que era un hecho que mi familia estaría dormido y yo llegaría a hacer lo mismo.
Cuando llegue a casa, las luces del poste de luz iluminaron la figura de más de un perro, me deslice y observe bien en la penumbra y si, en efecto, había como cuatro perros machos de los vecinos cercanos y claro andaban tras la panocha de mi perrita que no había puesto realmente atención esos últimos días, y si que andaba caliente. Yo venía con la verga dura aun, y el espectáculo me pareció hervir la sangre y más dura y grande se me puso, estaba oscuro y deje mi pene salido de mi bragueta y me punzaba, mi mente fue muy rápida y tome la decisión más rápida que he tenido en estos menesteres, sabía que la perra era dócil y le hable despacio y se acerco, los perros la seguían pero se detuvieron a distancia de unos tres metros de nosotros, le acaricie la cabeza como siempre y la jale despacio hacia mí y se dejo llevar, inmediatamente le toque la vulva en la penumbra y pude sentir cuan hinchada la traía, eso me calentó mas la mente y la verga, sentí como si me hubieran dado una descarga de electricidad y más me enardecí, la tome en mis manos y la lleve a mi casa muy despacio y cerré la puerta, me fui a mi cuarto y saque algo de aceite de oliva, tome un trapo con algo de agua y me fui hasta donde tenía a mi perrita y la baje de donde la tenia encerrada. A los lados del cuarto donde le tenía había un pedazo de terreno tapado con ramas así que me la lleve hasta ahí y le empecé a limpiar su panocha con el trapo mojado se la deje limpia, después le aplique algo de aceite de oliva en su vulva de manera generosa para no tener que hacerlo de nuevo, me puse algo en la verga y me puse atrás de ella y la enfile rápidamente hacia mi verga hasta que sentí como mi glande tocaba la entrada de su vulva hinchada, con mi mano derecha sujete el tronco de mi verga y lo moví de arriba abajo en la pura entrada de su raja y poco a poco con suaves movimientos se lo fui metiendo hasta que le puse todo dentro de esa cavidad caliente, la sensación fue fabulosa ya que el frió era mucho tal vez unos 7 grados centígrados y mi verga colgando fuera durante todo ese rato, merecía una cueva húmeda y caliente para retozar y así que ahí estaba yo bien metido dentro de mi perrita y ella ni siquiera pensaba en separarse de mi verga, eso lo note cuando la quería hacer para enfrente y ella se mantenía ensartada y se empujaba, se mantenía en su lugar como toda hembra animal que está disfrutando los placeres del sexo.
Recuerdo que la tome de las patas del lado izquierdo y la tumbe sobre la hierba y ella no entendía mi intención de principio, se quiso levantar y no la deje, me tumbe sobre ella y me metí entre sus patas traseras y con las puras sensaciones del glande supe que mi verga estaba a la entrada de sus vulva y empecé a metérsela, ella estaba boca arriba y boca abajo metiéndole la verga que ya bien lubricada como estaba y sus interiores relajados por la cogida anterior no fue difícil cogerla en esa posición
La perra ponía la cabeza de lado y en ocasiones levantaba la cabeza y me miraba de lado y se volvía a tender sobre la hierba y repetía la misma operación a cada diez o quince metidas y sacadas de verga, por lo que supe que eran las veces que necesitaba para alcanzar un orgasmo, así que le estaba tomando el ritmo y cuando ella hacia el movimiento de mirarme y jadeaba, yo le metía a fondo la verga y se la movía adentro hasta el fono para que disfrutara su cogida, esto me serbia a mi porque dilataba mi propio orgasmo, así que ahí la tuve como una hora jadeando y retorciéndose cada vez de manera más notoria, ya movía las patas y su cabeza de un lado a otro y emitía sonidos cortos y ahogados y su cadera se contorsionaba hacia los lados como cuando se tiranillos solos al suelo y se sacuden en la tierra con las patas para arriba o hacia los lados, algo así, se que sus orgasmos eran fuertes cada vez más por lo intenso de sus manifestaciones corporales, le encantaba cuando alcanzaba su clímax y llegaba el orgasmo porque en ese momento yo se la metía toda y se la mantenía dentro y se sacudía fuerte como queriendo pararse y correr pero yo no la dejaba quería seguir así indefinidamente, solo que mi orgasmo ya venía a mostrarse con toda su intensidad y así fue, en un orgasmo de ella y estando yo al punto decidí soltar toda mi leche dentro y cuál sería mi sorpresa que pude sentir el compás de sus contracciones que realmente son fuertes y duran buen rato más que las de una mujer, observe sus ojos como se cerraban en cada chorro de semen que le dejaba ir y los abría de nuevo y solo para cerrarlos nuevamente tras otra de mis eyaculaciones que me hacia penetrarla más allá de lo permitido a los de su especie.
Fue una delicia sentir todo aquello, que una vez que termine me fui separando de ella sacando mi verga poco a poco, por segmentos de un centímetro y a cada jalón hacia fuera ella volvía a cerrar los ojitos y era una delicia cuando ya casi la sacaba por completo se la dejaba ir toda despacio hacia dentro y cerraba los ojos como si en ese momento ella pusiera atención a lo que le estaba abriendo la panocha y los abría después de que la tenia dentro nuevamente y yo repetía la operación una y otra vez pero de forma muy lenta y cero que su disfrute se fue al máximo que cuando se la saque por completo se paró de un salto y se fue a lamerme la verga como loca como si fuera el alimento más sabroso que hubiera comido me daba unas pasadas de lengua de verdad exquisitas y se mantuvo así y yo fui observando como mi verga se iba durmiendo y ella no dejaba de agradecerme con aquellas caricias el placer que había sido objeto, fue algo increíble.
Después de un buen rato percibí que los perros estabas como a medio metro de nosotros, pero no hicieron nada, solo miraron de marea callada y apacible como me cogí a su perra, digo su perra porque es de su especie, solo que ahí no paro todo, mi perrita ya no se dejo tocar por ellos, me arregle la ropa, sacudí mis rodillas y manos y me dirigí a mi cuarto.
Lo mejor es follar a una perra en celo ya que en la punta de la verga se siente algo muy excitante al eyacular y si no tienes practica la primera vez tiendes a sacar la verga porque te produce dolor….. ya con la practica aprendes y disfrutas saludos panas zoo…
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