OTRA VEZ MI BOXER
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por zoohot.
Hoy es viernes. Volví temprano de mi trabajo, llegué a casa y Sancho me recibió con saltos y alegría como siempre.
Me bañé, comí y me dispuse a descansar un poco, sin planes de salida con amigos ni ninguna otra actividad. Permanecí desnudo, vestido sólo con una bata,mientras miraba un video con varias escenas de sexo explícito. Encontré que la película me había excitado, tenía una prominente erección y me sentía muy caliente.
Llevé a Sancho a la bañera, higienicé bien sus partes y lo sequé con su toalla. Luego, lo dejé descansar un rato hasta que se secó su corto pelaje.
El perro estaba acostado sobre su manta, lo giré dejándolo patas arriba y comencé a acariciar su pecho, su panza y suavemente el capullo donde guarda su pene. Él ya conoce mis maniobras para masturbarlo y pronto tuvo su pene fuera del capullo, largo y rojo. Hice que me oliera mi verga, y comenzó a lamerla. También pasé mi lengua por la punta de su pene, hasta que fue sacando líquido. Coloqué suavemente su verga en mi boca, chupé con cuidado y lo lamí. Hice algunos tocamientos y movimientos masturbándolo, pero interrumpí para que no acabara.
Hoy estaba muy excitado y no quería demorar este encuentro íntimo. Hice que Sancho se incorporara y, cubriendo mis dedos índice y mayor con un profiláctico, coloqué mucho gel lubricante en su ano e introduje mis dedos lentamente hasta llegar al fondo de su recto. Cuando lo noté bien dilatado, lubriqué bien mi verga (ya hinchada y enorme) y con mi glande le abrí el ano.
Al ver que se entregaba pasivo, fui penetrando con fuerza, lentamente, hasta que toda mi verga quedó dentro de su recto caliente. Una vez completada la penetración, la presión y las contracciones del recto me estimularon mucho, y empecé a mover mi cadera en forma circular, para revolverle mi verga dentro de él. Bombeé con lentitud y firmeza, disfrutando cada segundo de esa sensación, sosteniéndolo firmemente de su cadera.
En un momento Sancho encorvó el lomo y comenzó a eyacular llenando el suelo con su semen. Al acabar hizo una gran contracción con su recto que me enloqueció de placer, empezando yo a bombearlo con fuerza hasta que -con un grito- eyacule mucha leche dentro de su culo.
Se la retiré con cuidado y me higienicé bien mis partes. Había gozado mucho y me había desahogado. Esto fue hace algunas horas.
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