PASIÓN EN EL PARQUE
Lo que eres capaz de hacer cuando estás enamorado de verdad.
En el relato anterior os conté como mi perro Roko y yo empezamos a ser pareja. El confinamiento nos quitó la opción de ir a nuestra zona privada del parque. A medida que pasaba el tiempo nuestro amor iba creciendo y el confinamiento nos unía cada vez mas. Al final pasó el confinamiento y decidimos ir al parque a nuestra zona privada. Cogimos una manta y la cesta del picnic. Cuando llegamos a nuestra zona había una pareja pero Roko hizo que no les quedaran ganas de volver. Le dije muy bien te mereces tu premio. Yo apenas llevaba ropa, solo unos gayumbos (calzoncillos) y una camiseta. A el le gusta que salga así vestido, sobre todo en verano. Me tumbé en la manta y el se acercaba lentamente hacia mi. Me empezó a lamer la polla por encima de los gayumbos mientras yo se la ponía dura. Esa polla tan grande y jugosa me tiene fascinado. Le digo muy bien mi amor y nos empezamos a comer la boca con tanta pasión que me llenó de babas toda la boca. Como dije anteriormente los Rottweiler son perros protectores (matarían por ti) y cariñosos (no necesitan nada para enamorarse de ti). Después de decirle lo mucho que lo amo lo tumbo y empiezo a besar su pecho lentamente saboreando cada centímetro de el. Luego le echo nata en su pecho y se lo lamo. Que bien sabe la nata cuando esta puesta en el. Termino de lamerlo, lo vuelvo a besar y empiezo lentamente a chupar su polla a disfrutar de ese pollón que tiene. Oigo como gime y disfruta y eso me hace sentir bien. Pero esta vez, estando al aire libre, decidimos llegar mas lejos. Una vez que acabe de chupársela, se pone delante mía y le empiezo a lamer el ojete, se lo lubrico bien, y le empiezo a meter los dedos. Pasado un rato veo que en la cesta hay un plátano que no tenia ganas de comer, y pensé porque no. Primero se lo empecé a meter poco a poco con la piel y como veía que le gustaba le quite la monda y se lo empecé a meter. Se lo metía y se lo sacaba. Pasado un rato se lo volví a meter y no se lo saque y empecé a comérmelo, a comerme el plátano que tenia metido en su culo. Nunca había probado un plátano tan rico como ese. Le pregunté ¿te gusta mi amor?. Pues ahora te toca a ti, así que me metí también un plátano por el culo y mi perro comenzó a comérselo. Ummm que bien lo haces le dije. Ahora toca que me hagas tuyo. Me puse a 4 patas y empezó a lamerme el ojete, luego se subió a mi agarrándose a mis caderas con sus patas y me penetró. Le dije cari esta vez quiero que nos rompamos el culo. El me hizo gozar como una perra, como su perra. Luego lo penetré yo y le juré que le rompería ese culito que tiene. Cuando acabamos de gozar a mi me entró algo de hambre quería un postre. El supo enseguida lo que quería y cuando me di cuenta se había cagado en la manta. Gracias mi amor. Empecé a comer ese manjar tan rico y luego lo acompañaba con su cervecita (orina) calentita. Es nuestra forma de decirnos lo mucho que nos amamos.
Para acabar este relato mencionar que durante el confinamiento Roko y yo nos casamos. No fue nadie porque no entienden nuestro amor. Simplemente lo que no he encontrado en un tío en años lo encontré en Roko en solo dos días. Un tío es infiel por naturaleza, te juzga, te clasifica y siempre se saca alguna excusa barata para largarse y dejarte tirado. En cambio Roko me da todo lo que necesito, amor, alegría, seguridad, fidelidad, cariño, muy buenos ratos de sexo y sobre todo que no me juzga ni me clasifica. Roko y yo no necesitamos a ningún tío bueno para ser felices porque simplemente nos tenemos el uno al otro. El haría de todo por mi y yo haría de todo por el. Gracias
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