Pauleta y su ano rosado
Les voy a contar otra aventura con mi minipig Pauleta, y como dejé descansar su vagina para probar por detrás. :P.
Ya habían pasado poco más de dos meses de haber comenzado a tener sexo constante con mi Pauleta, era una compañera increíble, me la cogía en mi cama, en el sillón, en la ducha, en las escaleras, etc, etc. Siempre fué demasiado puta, sus necesidades básicas eran tragar, cagar, dormír y follar; me había comprado unas feromonas de berraco para inseminar cerdas y funcionaban de maravilla, su celo era constante y siempre estaba caliente, cuando se le antojaba mi pepino hacía unos ruidos lastimeros y a veces orinaba mostrándome su culo. Todo iba de maravilla, para variar tenía ropita sexy, le ponía algunos hilos jajajajaja, la idea era quitarle algo antes de llenarla toda; pero realmente me excedí en ese tiempo, me la cogía un promedio de cuatro veces al día, incluso llegué a hacerlo ocho veces; pero cometía la estupidez de que muchas veces le acababa adentro, era demás satisfactorio ver mi leche saliendo de su concha rosada.
Un día, estando en mi cama, la empecé a llamar porque se me había antojado hacerlo bajo las sábanas, pero no vino, ya se me había hecho raro que no me pidiera sexo ese día, entonces la fuí a buscar, ella estaba en la alfombra del sillón durmiendo, le acaricié la panza y le hablé, al no recibir respuesta sexual me dispuse a masturbarle para que se prenda, al comienzo todo estaba normal, le metía dos dedos y lubricaba, pero sentí un olor distinto, un olor algo desagradable en su vagina. Entonces la examiné mejor y me dí cuenta que le estaba dando una infección, probablemente por mi semen constante, obviamente no la iba a llevar a un veterinario todavía, era la última opción. La dejé tranquila un tiempo, le dí antibióticos, mejoré su dieta y esperé a que mejorara, su libido regresó con el tiempo y al parecer se estaba recuperando, un par de semanas después consideré que ya estaba totalmente bien.
En el tiempo en que se estaba recuperando, pensé que debía hacerle sexo anal, era una opción oportuna para mis desesperadas ganas de volver a coger. Había intentado conseguir alguna otra hembra en ese lapso pero no pude, le empecé a meter algún dedo o algún objeto para ir acostumbrandola a aflojar el culo, le daba yogurt y vegetales para ir limpiando el camino jajajaaja
Una noche compré unos condones llegando del trabajo, quería volver a follar a Pauleta; su celo estaba al 100%, las feromonas habían hecho el trabajo. No cené ni nada, la llamé a mi cuarto y la subí a mi cama; apagué la luz y abrí un poco de las cortinas para que iluminara un poco; nos cubrí a ambos con solo una sábana, era mi manera favorita de coger, bajo las sábanas ella estaba echada dándome el culo, su colita estaba en mi vientre, le empecé a acariciar los muslos, su barriga, bajo mis pantalones estaba mi verga a mil, me arrimaba como si la estuviese perreando, entonces comencé a dedearle el coño, su babita pegajosa estaba perfecta, me bajé el pantalón. A puro tacto y puntería le puse mi verga, con el jugo de su vagina y mi saliva le lubriqué la entrada del culo, entonces le metí mi dedo medio hasta el fondo, ella se quejó un poco, metí y saque, una y otra vez hasta que hubo espacio para el índice, esta vez si se quejó más, dejé mis dedos y me dispuse a follarla por la vagina de la manera habitual, pero obviamente no iba a terminar ahí, mi intención era terminar en su ano sin estrenar. Mientras la bombeaba con mi movimiento también comencé a mover los dedos en su ano, era muy incómodo mantenerlos pero traté de que no lo sintiera, ya estaba apunto de eyacular y quise cambiar de agujero, saqué los dedos e intenté meter el pene, no pude, se movió al sentir mi glande entrando. Le dije – ya descansaste mucho puta – me subí sobre ella para tenerla quieta con mi peso, comencé de nuevo, se volvió a mover pero no hice caso.
Presioné, entró la mitad y estaba exquisitamente apretado, no quise entrar más, era un buen equilibrio para ser la primera vez, era evidente que no lo estaba disfrutando como yo, además si me movía mucho iba a eyacular, esperé un rato antes de pensar en meterla toda, tenía que ser de golpe, se había secado un poco adentro, saqué la verga para volver a intentar con más lubricación, ella se intentó mover de nuevo cuando volví a entrar. Me dió igual, de un empujón suave mi verga se deslizó por las paredes de su culo hasta el fondo, ufffffff, me estaba mordiendo el labio inferior, ella se movía pero la tranquilice hablándole a la oreja, y acariciando su pancita, le daba la gracia por su rico culito, mi cama se movía al ritmo del sexo, cada vez que mis huevos chocaban con sus nalgas dejaba un espacio para llegar un poco más adentro, era el punto más delicioso de todo el acto, no recuerdo cuando tiempo estuve así, el sonido era nuevo, dando lento pero profundo para durar, en un punto perdí el control y le dí más rápido y más fuerte, su ano iba a recibir mis jugos, no quería que terminara pero pasó, en la última le dí uno profundo, mi verga explotó y soltó todo; saqué mi verga y con mi celular iluminé su culito enrojecido antes de que ella se parara dejando que el semen empezara a salir; mi verga estaba con un poco de mrd, nada que una ducha no pueda quitar.
A Pauleta no le gusta mucho el sexo anal, pero se llegó a acostumbrar, dejó de quejarse; ella solo disfrutaba por la conchita, y siempre le cumplí. Después de un año de sexo constante me empecé a aburrir de ella, reduje la cantidad de veces que me la cogía, comencé a buscar otras hembras en celo.
La hiciste bien putita y adicta a tu verga