Peluso y mi inicio zoo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por RexPet.
Es mi primer relato, espero les guste y lo comenten: En la adolescencia el sexo fue el descubrimiento del siglo para mi, a esa edad de los 16 años, solia aprovechar los momentos solo en casa para ver las peliculas porno que me prestaban mis compañeros de escuela muchos de ellos mayores, asi que podian conseguirlas con la facilidad que yo no tenia. Mis padres siempre han sido de hacerles visitas largas a la familia, en ocasiones desde la mañana hasta la noche, y con el pretexto de tener ultimamente muchas tareas y trabajos, les pedia dejarme en casa solo para hacerlos, aunque la mayoria de las veces dedicaba el tiempo a ver las peliculas y masturbarme hasta que no podia mas. En casa teniamos una mascota, nuestro perro Peluso, regalo de una de mis tias a mi hermano pequeño. Peluso era ahora un perro de 2 años, muy jugueton y vigoroso, ademas de amigable y listo, nunca lo vi como un compañero sexual, sino mas bien de juegos y travesuras. Un sabado por la mañana mis padres me comentaron que irian a visitar a mis abuelos junto con mi hermano, ya que habia venido de visita un tio que no vivia en la ciudad y se iban a ir todos de paseo por la ciudad, me dejaron comida y dinero para toda la tarde, pues aclararon llegarian hasta entrada la noche. Apenas mis padres llamaron para avisar que ya estaban en casa de mis abuelos despues de colgar con ellos me dirigi hacia el cuarto donde estaba el TV y saque de mi mochila una pelicula porno que un compañero me presto, en la cual salian unas chicas adolescentes europeas (mis favoritas) y cerrando las gruesas cortinas me tumbe en el sofa acompañado de una cajita de pañuelos desechables a medio acabar, complice de mis placeres en mis largas horas solo en casa. Empezando con una escena donde un negro se cogia a una rubia impresionante por el culo, me motivo a sacar mi ereccion del shorts, dejandolo caer junto con mi calzoncillo al suelo, acto seguido moje mi dedo indice con saliva y empeze a frotar la cabeza de mi pene en circulos lentamente Largos chorros de liquido preseminal empezaron a brotar lentamente mientras mi excitacion aumentaba y el tronco de mi verga palpitaba como si tuviera vida propia. De repente vi como de la esquina se despertaba Peluso de su sueño y con curiosidad me observaba ya frotando mi verga con ritmo lento, eso me calento demasiado y enseguida dando una palmada en el sofa le invite a acompañarme. El vino corriendo y de un salto brinco al sofa, ahora estaba a escasos centimetros de mi verga observando curioso como me masturbaba, dejando de masturbarme deje mi verga libre la cual olfateo y comenzo a lamer como si lo que brotara de ella fuese miel. Apenas senti esa rasposa lengua canina en la sensible punta de mi verga, me arquee la espalda de placer mientras Peluso seguia con sus lamidas, llevandome a placeres nunca sospechados por mi, que mi unico contacto sexual hasta el momento era la palma de mi mano. Lo deje lamer todo el liquido preseminal que brotaba de mi ya enrojecida verga, el cual parecia gustarle que que movia la cola gustoso. Como estaba sintiendo riquisimo, queriendole devolver en parte el favor, empece a frotar el capuchon de su verguita, a lo cual primer respondio con asombro, pero despues siguiendo con la tarea de su lengua, dejo que lo hiciera. Mientras su lengua se paseaba rasposita por mi verga y mis testiculos, yo le devolvia el favor, frotando su verguita por encima de su capuchon, lo cual le agradaba mucho pues su punta roja empezo a asomarse y despues todo el pene de Peluso yacia fuera. De repente recorde que en una pagina lei que los hombres tenemos una especie de punto G en la prostata y al cual solo se accede por el ano, caliente como mi Peluso me habia puesto, me dirigi al refrigerador y tomando un frasco al que solo le quedaba un poco de mermelada lleve a Peluso a mi cuarto. Caliente ya y con su verguita chorreando, no dudo en seguirme, yo mientras me deshice de mi playera y metiendo un dedo en el frasco de mermelada le di a probar, el lamio de mi dedo con mucho gusto y me calento aun mas. Tumbandome en una esquina de la cama recargue la parte superior de mi cuerpo, mientras me ponie en posicion de perrito y uno de mis dedos embarraba mermelada en mi ano. Desde la puerta del cuarto Peluso avanzo rapidamente hacia mis nalgas, y olfatendo mi trasero primero, empezo a lenguetear con fuerza, mientras yo sentia que me desmayaba de placer y me verga se ponia durisima, sentia la lengua de Peluso dentro de mi ano, entrando y saliendo rapidamente, mi verga goteaba liquido preseminal, asi estuve casi mas de una hora, tiempo en el cual tuve las sensaciones mas indescriptibles al grado que hasta los dedos de mis pies hormigueaban y mi cara parecia que se iba a derretir de tan caliente y roja que estaba. Unte lo ultimo de la mermelada en mi ano y limpiandome el dedo con un pañuelo comenze a masturbarme lentamente, sintiendo la aspera lengua de Peluso entrando y saliendo de mi hoyo y su fria nariz rozando mis nalgas, sintiendo en mi trasero la respiracion de mi amigo canino. De repente no pude mas, calientes chorros de semen empezaron a brotar de mi verga, dejando un considerable charco en el piso, mientras me tumbaba por completo al suelo y Peluso se dirigia al charquito de semen, el cual limpio avidamente con esa rica lengua… Asi estuve tirado unos minutos, pues no podia reaccionar, mi cuerpo temblaba de placer, Peluso viendo que yo ya no hacia nada por llamarlo salio de la habitacion y se acosto en su rincon a lamer su verguita limpiandola. Ese fue mi inicio en el sexo zoo, un inicio lleno de placer gracias a mi Peluso y su traviesa e incanzable lengua…
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