PERRITA CRIOLLA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Si bien las perras no es mi especialidad no quiere decir que no lo haya culiado con caninas, el animal tiene algo más de dos años y ya tuvo una camada en diciembre del año pasado, desde entonces por instrucciones mías cuando estuvo en celo se dejo en el canil encerrada mientras se inyectó para evitar que quedara preñada, igualmente no copulara con los de su especie, sin embargo después de ocho meses desde el miércoles de la semana pasada entró en celo nuevamente, me di cuenta porque estaba agachado en el canil echándole comida y la perra me agarro por las caderas como si me fuera a montar, estaba juguetona, su vulva estaba iniciando a hincharse y varios perros merodeaban asimismo con una cauchera los saqué corriendo, con total disimulo me la llevé para adentro de la casa, le acaricié externamente la raja, la perra se quedó quietita hizo la cola para un lado y se agazapaba, me dio una parola intensa, me excite demasiado pero me dio terror porque podía verme las otras personas que habitan conmigo, cuando me reincorporé la perra corría por todo lado y trataba de jugar conmigo, yo tenía ganas de clavarla ya, pero tuve que parar y esperar el momento oportuno, luego la encerré en el canil.
En la noche como a las nueve, salí al pasillo y como no había luces encendidas en la casita donde vive los cuidanderos, fui al canil saqué la perra y con pedazos de salchicha hice que me siguiera, con total discreción me metí a la habitación y la perra siguió detrás mío.
Una vez adentro cerre puertas y ventanas, corrí cortinas y encendí una lampara de mesa con luz tenue, sin esperar más me puse a acariciar su vulva, la perra se puso rígida e hizo la cola para un lado, estaba bien dispuesta y realmente si deseaba ser penetrada, seguí frotando otro poco e inicie a masturbarla con mi dedo, cuando con mi dedo la frotaba ella misma culeaba solita y le temblaban las patas, que sensación más rica sentir lo dilataba y lubricada que estaba, me desvestí totalmente quedando mi pene bien expuesto, para evitar una eyaculación prematura me puse un retardante llamado RINO y espere que hiciera efecto, mientras tanto seguí calentando al animal a punta de dedo, Cuando percibí que había hecho efecto el RINO paré la perra sobre la cama, me puse de pie acerqué su vulva a mi pene, acomodé la cabeza de mi verga bien dentro del capullo e inicie a introducirlo, cuando se abría paso mi verga la perra pegaba unos apretones tenues, se lo había enterrado un poco menos de la mitad cuando no me lo dejo avanzar por las contracciones que tenía, pego unos brincos y se puso a jugar, me unté un poco de saliva y reinicie nuevamente, cuando se lo estaba metiendo hice vaivenes consecutivos logrando hundírselo hasta la mitad, con la saliva note mucho más suave, pero percibía muy estrecha su vulva, la tome como lo hacen los perros y haciendo presión con empujones rápidos logré abrirle paso a mi palo y sin más desapareció mi verga dentro de su capullo, la perra pujo durísimo y trato de chillar, ya clavada totalmente me pego unos apretones bastante duros y era como si lo tratara de sujetar mi palo en la medida que se encorvaba bregando a lamerse, se estrujaba bastante por buen rato, cuando se calmó inicie a culiar muy rico pero la perra seguía apretando duro mi pene tratando de retenerlo, me apretaba la base del pene que al sacarlo sentía recorrer su anillo desde la raíz hasta el glande, de vez en cuando se estrechaba y al soltar se lo enterraba todo, un poco cansado de trajín saqué mi pene y en esas la perra se volteó lamiéndose la vulva, se quedó mirando mi verga y se le fue encima dándome unos lengüetazos bastante ricos, por momentos podía sentir unos sutiles mordiscos.
Como quería dejarle mi leche adentro agarre al animalito y le enterré la verga, la tomé como lo hacen los perros culiando con meter y sacar, la perra se quedó totalmente inmóvil jadeando intensamente mientras ambos disfrutábamos, se sentía mucho placer cuando me lo apretaba.
Se lo mandé con toda mi fuerza y no pude aguantar más por lo que llegué al orgasmo dejando mi semen en sus entrañas, sentía cada bombazo incesante así mismo disminuía la intensidad, al terminar la mantuve clavada en la medida que perdía la rigidez, aún así palpaba que se estrechaba esa deliciosa caverna y fue saliendo solito, cuando la perra sintió que no tenía nada metido se bajó de la cama y en medio de una felicidad manifiesta se lamía copiosamente la vulva llena de semen.
corría en la habitación, saltaba a la cama y se bajaba, se paró al frente mío y apenas vio mi verga toda flácida se me acercó y trato de lamer, para facilitar una buena lamida me senté en la cama y la perra se metió entre mis pernas comenzando a lamer, yo me corrí el prepucio hacia atrás porque sentía bien delicioso, duró lamiendo varios minutos mientras desaparecía todo vestigio de semen de mi pene, me lamió otro rato y se acostó sobre la cama, un rato después me le recosté de lado perpendicularmente dejando su culo contra mi verga, como pude le abrí su dilatada vulva luego me corrí el prepucio hacia atrás e inicie a frotar mi verga en semejante manjar, no me demoré en recuperar algo de rigidez, con el pene casi erecto se lo fui hundiendo, la perra casi al instante se paró en la cama hizo su cola para un lado y estiraba las ancas hacia atrás como si me expresara los deseos de ser clavada, aunque no lo tenía totalmente erecto pude penetrarla y el poco semen que le quedaba dentro de su capullo sirvió de lubricante, la perra se acomodó bien dejando su cola para un lado, realmente quería más verga, si esperar seguí bombeando en la medida que mi verga recupero toda la rigidez, la perra tuvo una serie de contracciones que por momentos al clavarla totalmente, parecía sujetar mi pene de la raíz que al intentar sacarlo esa presión se sentia por todo el cuerpo cavernoso, seguí bombeando creo unos diez minutos y eso provocó que entrara en fatiga además porque estaba de pie, le seguí haciendo vaivenes, como no logré eyacular saqué la verga y me senté en la cama todo sudado y con sed, la perra igual que la vez anterior inicio a ponerse juguetona daba botes en el piso, se lamía la vulva y cuando me vio el pene se le lanzo e inicio a lamer copiosamente, me emocioné tanto y me excito aún más que sentir mi verga entre su vulva, que sensación más rica sentir el aire caliente cuando salía de sus pulmones, sin ninguna resistencia le solté en el hocico la poca leche que me quedaba, ella siguió lamiendo hasta dejarme limpio y pegajoso, la perra se acostó y siguió lamiendo su aún más dilatada vulva.
Descansado a eso de la media noche con el collar la llevé hasta el canil dejándola encerrada hasta que le pase el celo, desearía volver a clavarla si existe posibilidades, como lo dije no me emociona las perras sin embargo no quiere decir que no tenga unas buenas clavadas con ellas, sobre todo cuando se que no comparto con nadie más incluida su especie.
Jucatove884
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