Primera vez
Entrando con más confianza, para los dos.
Cómo habia narrado en mi primer historia.
Mi perrita, me entrego su virginidad.
Después de varios intentos fallidos, después de buscar tanto en internet, videos y todo lo que hay aquí en sexo sin tabúes, pude penetrarla.
Aquella primera vez, fue genial, sentir como su vagina se contraia en mi miembro, ver cómo su ano se apretaba y se encorvada mientras me empujaba más y más.
Aunque no pude pasar del anillo que atrapa al pene del perro, pero fue delicioso.
En la siguiente semana, me prepare de nuevo, busque unas almohadas para mis rodillas, y me lleve a mi perrita a una área de mi casa tranquila.
Cosa curiosa, después de que me la cogí la primera vez, la perrita me buscaba mucho, pegaba su cuerpo a los piernas, me buscaba. Digo por cuestiones de trabajo entre semana no pude estar con ella… Pero al fin era sábado y quería poseerla de nuevo.
En cuanto abrí la habitación, donde la penetre por primera vez, la perrita comenzó a mover la cola. Yo acomode lo necesario, puse un banco, mis almohadas y le hice señas con mi mano
Comenzó a juguetear, así que moje mis dedos con saliva y al ver esa acción, mi perrita dejo de jugar y se quedó quieta.
La jale hacia mi, con mi otra mano y comencé a mover el círculos mi mano en su conchita. La cual apretaba y alzaba al momento que tocaba su vulva. Mi otra mano acariciaba sus tetitas. Introduci un dedo y sentí las contracciones de su vagina.
Empujé mi dedo y le sentí apretada, eso provocó mi erección. Metí un segundo dedo y presione hacia adentro, su vagina cedió. Metia y sacaba los dedos, mientras mi perrita se arqueaba.
Moje mis dedos de nuevo, para dejarla bien mojada, mi perrita estaba quieta, dejándome jugar con su vulva
Imagino que también tienen un clítoris, pues sentí como una bolita, la cuál rozaba mientras mis dedos entraban
Así estuve un ratito jugando en esa vaginita. Mientras mi perrita gozaba o eso imagino.
Me detuve de tanto juego y me puse en posición, mi perrita sabia lo que seguía así que me puso la cola enfrente.
Agarre mi pene y lo dirigí a su vulva.
Cabe mencionar que a pesar de haber estado dilatando su vagina, aún me costó un poco entrar, pues está estrecha mi perrita y yo con un pene grueso no usual en los perros.
Empujé y empuje hasta, que sentí como el primer anillo me daba la bienvenida, en esa vulva, sentí las contracciones de la vagina.
Empecé a empujar más, sentí que llegue al tope, me detuve, mire mi pene, aún faltaba por entrar, así que lo saque y volví a entrar, y así comencé a cogermela.
Que sensación tan rica, en esa conchita caliente, y apretada, solo para mí.
Empujé y empuje hasta que sentí, como su anillo, por fin me dejó entrar. Vi como mi miembro entraba por completo. Una chulada de imagen.
La presión aumento en mi pene, las contracciones seguían abrazando mi miembro. Por fin, me había pegado a mí perrita. Esta vez no chillo, como la primera vez que le quité su virginidad.
Se quedó quieta, después intento caminar, pero la detuve, abrazándola, mientras tocaba sus tetitas, las cuales estaban duras.
Me mantuve un ratito así, hasta que empecé a bombear, lentamente, mientras sentía la presión de su vagina, quería disfrutar cada centímetro, quería sentir ese calor, esa humedad.
Estaba súper caliente, quería llenarla de leche. Así que empecé a moverme más rápido. Disfrutaba cada envestida, sentía como mi pene era aprisionado.
No pude más y me vine adentro de mi perrita, la cuál sintió el calor de mi leche y voltio a verme, a intentar lamer mi pene, que estaba adentro por completo.
La detuve, quería seguir adentro.
Poco a poco me fui saliendo y mi leche comenzó a escurrir por su conchita rosada.
Por fin la solté y comenzó a lamer su puchita, tragándose mi leche. Le enseñe mi pene, con leche aún saliendo y comenzó a lamer y a limpiar toda mi leche.
Me senté en el banquito, pinches rodillas me dolían… Pero había valido cada puto minuto que estuve ensartado con mi perrita.
Estuve ahí un rato más, volví a mojar los dedos y a acariciar su puchita. La cuál alzaba de nuevo.
Me prendió de nuevo, pero mi perrita ya no quiso más… Se alejo, tal vez le ardía… Tal vez… Así que me la jale enfrente de ella y me vine en su cara … La cuál gustoza lamió por completo.
Acomode todo y salí de la habitación, para irme a dar un baño.
Ese fue su último día en calor.
A la semana siguiente, volví a la habitación y mi perrita feliz tras de mi
Aquí comprobé, que aunque no esté en celo, se deja penetrar una perra. Eso sí, tarda un poco más en los juegos previos, pues su vulva no está tan inchada… Claro después de dedearla y mojarla de saliva, una vez más me dispuse a penetrar la y mi perrita se dejó.
Y otra vez, sentí como su vagina apretaba mi pene… Me quedé quieto hasta que de nuevo, poco a poco mi verga se fue abriendo paso por su anillo
Sentí la presión de nuevo, ufff que rico sentí, me temblaban las piernas… Y comencé a bombear de nuevo, sintiendo la presión de su anillo, sentía como entraba y salía.
Mi perrita se encorbo, para que entrara aún más.
Que rica imagen, ver mi miembro, como se perdía dentro de su conchita.
No pude más y termine adentro.
Esta vez, me quedé así por un buen rato. Hasta que bajo por completo mi erección. Mi perrita quería irse, pero no la deje. Una vez que me salí, la solté e inmediato me lamio la verga, dejándola limpia y después limpio su puchita.
Y pues es así, como los dos tuvimos nuestra segunda y tercera vez… Y voy por más, ahora que se, que no tengo que esperar la temporada de celo.
Neta, que pinché conchita le he dejado, digo ya no está chikita, le ha crecido… Pero no importa, pues ahora es.. igualmente mi perra.
Aún me falta intentar nuevas posiciones… Pero tiempo al tiempo
Uffffff tu si sabes como aprovechar esta oportunidad amigo, enserio que rico y excitante tu relato, me corrí igual que tu, espero el siguiente relato, saludos 😁 😁 😁
Las conchas de la perra son hermosas
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