Rey Cerdo
Me convertí en el padrote de unas cerditas deseosas de verga.
Llevaba tiempo deseando follarme una hembra, pues ya tenía deseos zoofilicos de nuevo y había pasado tiempo de mi excursión dónde me gosé a un par de perritas callejeras y calientes. Mi abuela criaba cerdos así que me propuce cogerme a sus cerditas.
Llegué de visita a la casa de mi abuela, ella me recibió contenta sin saber mis oscuras intenciones, en un momento que me dejó solo me fui a los corrales dónde tenia a las cerdas que servían para reproducción y liberé mis candentes dedos en sus ricas vaginas; vaginas húmedas y con espacio, mis dedos no palpaban fondo y casi me bajo los pantalones para comenzar a disfrutar, pero tuve que regresar pues me volvió a llamar y lamentablemente no está oculto; al día siguiente estando yo con mi abuela alguien le toca la puerta, yo me quedé viendo televisión. Mi abuela regresó y le pregunté quién era, ella me dijo: Es el vecino, que quiere que le dé de comer a sus «chanchitos» un par de días, pues se tiene que ir al velorio de un familiar. Entonces dejó una llaves sobre la mesa y se fué a cocinar.
Toda mi mente se llenó de deseos libidinosos con cerdas para mí solo, ya en la tarde acompañé a mi abuela a la casa del vecino. Tenia un gran modulo con techo y cerrado dónde tenía a todos los cerdos. En un sector habían cerdas que tenían cerditos recién nacidos. En otro habían chiqueros con cerdos que todavía estaban creciendo, otro donde tenia unos dos cerdos machos como padrotes y por último estaba el sector donde tenia a las jugosas hembras para reproducción, conté unas 20 en total que podían ser mías, eso me dió una erección que tuve que ocultar al regresar a casa.
En la noche llegó mi abuelo y su ayudante para la cena, cuando todos se fueron a dormir tomé la llave y salí despacio por el patio hasta afuera y me dirigí a la casa del vecino, realmente estaba con el corazón a mil porque podría ser descubierto, pero mi exitacion era más fuerte. Llegué y me metí dónde los cerdos, me alumbré con mi celular para ir donde mis hembras; cuando llegué las ví dormidas en esas jaulas que no les permiten moverse, agarre a la primera y empecé a meterle un dedo, luego cambié a otra y otra, había de todas las formas y colores, rosadas y morenas, más abiertas y selladas, apenas hacían ruido, entonces tome un trapo y con agua limpie el culito de una cerdita blanca con la puchita mas apetitosa e hinchada, ya limpia se me ocurrió otra marranada; fuí a la cocina del vecino que estaba algo lejos y me traje su aceite de cocina, realmente no me importó.
Con el aceite empapé mis dedos lubrique su conchita aún echada; tenía mucho tiempo, entonces le traje un poquito de comida y lo puse en su naríz, no traje mucho para que las cerdas de los costados no empezaran a hacer ruido para pedir comida, ella se levantó atenta. Agarré el trapo y fui dónde los machos para impregnarlos de su olor hormonal para estimular a mi hembra a hacer el amor y disfrutar, se lo puse cerca de su naríz y comenzo a gruñir y levantó su colita cortada, sabía que lo ibamos a disfrutar ambos, tomé el aceite y comencé a aceitar su culito, sus tetas, sus jamones divinos, cuando termine me metí a la jaula a gozar mi recompensa.
La cerda se fué para atrás, oprimiendome contra la parte trasera de la jaula, no me molesto pues aproveche para sobonearnos con el aceite y darle nalgadas cariñosas, el aceite había valido la pena, su tracero aceitado y sin un pelo me encantaba, sobaba mi verga me existaba más, la abracé para tocar sus tetas, luego le metí los dedos en la vagina para el climax tan delicioso que tendría con mi amante. Con la verga hecha un piedra comencé a entrar, estaba relativamente apretada y caliente, las cerdita ya estaba mojada de manera natural así que entró a la primera, tenía todo el pedazo en su interior y la puta seguía empujando hacia atrás, la abracé por completo. Respiraba agitado en su lomo, no quería eyacular.
Con mi pelvis la empujé hacia adelante y la ninfómana empujaba hacia atrás, así comenzó el «entra y saca», cada cierto rato dejaba de empujar, pero su presión hacía atrás me estaba acabando, empecé a acelerar, la tomé por sus ancas y comencé a follarla más rapido, también la nalgeaba, cuándo llegó la hora de preñarla la abrace otra vez y me corrí en su interior, no se la saqué, me quedé abrazadonla y agitado. Esa hembra me había hecho tocar el cielo con su culito hambriento.
El segundo round comenzó después de que la zorra orinara mi verga, ese líquido caliente me incentivó de nuevo. Entonces decidí dejar a mi hembra de turno y me dirigí a otra, salí de la jaula, y me eché en el suelo para poner mi verga en la pucha de otra, así probé con varias hasta que me decidí por una cerdita negrita que parecía nueva porque estaba bien cerradita y se paró sola cuando intente entrar con mi verga en su caverna, me paré y aceite solo mi verga, me metí a su jaulita y empecé a meterselo, la cerda oponía resistencia con su colita, pero no me importó, el hecho de que era nueva me tenía muy exitado, cuando se la metí entera mi verga estaba aprisionada entre sus paredes, la folle también hasta que me vine adentro, esa noche no me pude follar a todas, pero me conformé con habercela metido a todas al menos una vez y no me faltaron ni las madres que tenían la pucha enorme.
Cuando empezó a amanecer guardé todo, incluyendo el aceite, me vestí, limpié a mis cerditas aceitadas y con un poco de sus heces y un papel las ensucie lo suficiente para que no se note que alguien las había follado, volví a la casa de mi abuela, me meti escondido en el baño para quitarme el olor y me perfume un poco. Ese día volví algo más tarde para echarme un rapidito caliente. Las cerdas hasta ahora para mí son lo mejor. 🙂
si es lo mas coger cerdas, yo me desvirgue con una cuando era un pendejo jejeje
Me gustaría probar esa sensación de follar cerdas