Ruby. Mi primer perra
La perra de mis abuelos, nos dió la bienvenida a la zoofilia y nos regaló horas de placer..
Mis inicios en la zoofilia fueron a una edad muy temprana, un primo, un amigo y yo pasábamos largos ratos encerrados en el cuarto de objetos viejos en la casa de mis abuelos. Al principio nuestro encierro se debía a solo ver revistas de mujeres desnudas, por consecuencia eso nos llevaba a hacernos una buena paja.
Todo comenzó cuando mi primo comento que ya era hora de meter la verga en una mujer, sorprendidos comentamos que no podíamos porque a nuestros 14 y 15 años aproximadamente no teníamos suficiente dinero para pagar una prostituta, pues si comento pero a mí ya no me satisface la paja, ya necesito algo más real, nos miramos los tres y sonreímos.
Saco de la bolsa donde traía las revistas una de zofilia, dónde tanto mujeres y hombres filmaban con animales, inmediatamente la empezamos a hojear llegando a la parte donde dos negros follaban a una perra labrador, nos trono la cabeza de solo ver cómo la penetraban y como ellos disfrutan asta terminar dentro de la perra.
Entonces que dejamos la paja, dijo mi primo sonriendo, la perra de mi abuela es justo lo que necesitamos, yo exclamé algo molesto, nooo se muere mi abuela si le pasa algo a su perra, mi primo dijo, nada le pasará, aguanta la bola de los perros, también opino nuestro amigo, yo si la penetró, ya no aguanto las ganas de follar.
Entonces hay que planear algo y el próximo domingo lo hacemos, los domingos era día familiar y nos reuníamos en casa de mis abuelos después de misa de 12 asta casi anochecer. Toda la semana planeamos como seria, llegó el domingo ya en casa de mis abuelos, nos encerramos un el cuarto a esperar a mi nuestro amigó, una vez los tres, mi primo saco de la bolsa una mascada de su mamá que ya no usaba, una bolsa son restos de sobras del desayuno y un tarro de vaselina que tomo del botiquín de mis abuelos.
Todo estaba listo, solo teníamos que llamar a Ruby. Ruby era una hermosa perra dálmata de dos años que mi abuela cuidaba como si fuera su hija, ya la había montado un perro pero no logro preñarla.
La perra estaba en el patio y empezamos a llamarla sin que nadie se diera cuenta, a lo que ella reacciono rápidamente por las sobras de comida, logrando meterla al cuarto sin que nadie supiera. Una vez adentro, mi primo dijo quien va primero, tiene que ser rápido porque la pueden buscar. Yo opine, tu fuiste el de la idea, empieza tu. Entre los objetos viejos en el cuarto estaba un sofá cama en el cual nos recostamos a masturbar, solo que ahora sería para follar a Ruby. Mi primo subió a la perra en el sofá y con la mascada amarro su hocico y saco el tarro de vaselina, nosotros estábamos paralizados al ver tal acto, levanto la cola de la perra y unto un poco de vaselina en la entrada de su vulva y con los dedos metió un poco adentro, se bajó los pantalones y sacudió su verga que ya estaba muy erecta, con los restos de vaselina que tenía en los dedos se tocó la verga pajeando varias veces. Se puso detrás de la perra y sonriendo nos dijo, adiós a las pajas, puso su verga el la entrada de su vulva y suavemente empezó a entrar, la perra gruñía y se trataba de quitar siguio buscando entrar más al fondo y una vez adentro empezó el mete y saca, la perra empezó a quejarse y como que lloraba, mi primo ya la tenía asta el tronco y era imposible que parada, seguía follando sin parar asta que consiguió lo que tanto deseaba, venirse a chorros dentro de la perra. Saco su verga y callo rendido en el sofá con una sonrisa llena de placer.
Quien sigue, yo dijo nuestro amigo, la tiró en el sofá y la empezó a follar, suave y duro, la perra se retorcía y se quejaba, pataleaba con las patas traseras y en unos minutos mi amigo se vino como tanto lo había deseado.
Era mi turno, mi verga era un poco más grande que la de ellos así que tome un poco de vaselina y la embarre por toda mi verga, la perra seguía tirada en el sofá como si estuviera cansada, su respiración era muy fuerte y agitada. La tomé de las patas y la penetre con su cara hacia arriba, esa sensación de como mi verga entraba abriendo su vulva fue muy satisfactoria. Empecé a follarla, que tal me dijo mi primo, a poco no es mejor que masturbarse, yo moví mi cabeza diciendo que si y seguía follando, la perra se retorcía y eso me daba más ganas de darle más, era como si la perra estuviera disfrutando de las envestidas que mi verga le daba a su vulva que ya estaba muy inflamada, llegó el momento, mis piernas empezaron a temblar en señal que venía la corrida, y así fue, me vine de una manera que jamás me había pasado.
Caí rendido y muy satisfecho, mi primo dijo yo quiero repetir, nooo le dije yo. Ya está muy lastimada deja que se reponga, le quite la mascada y ella inmediatamente se empezó a lamer su vulva que escurría nuestro semen, a lo que mi amigo dijo, no va dejar rastro alguno y todos sonreímos y salimos del cuarto entre risas dejando a la perra como a cualquier prostituta que nos había dejado más que satisfechos.
Los domingos familiares se volvieron domingos de placer, por varios meses la perra fue nuestra prostituta y ya repetíamos turno, ella se fue acostumbrando a nuestra verga que ya no ocupaba ponerle la mascada al momento de follarla.
Un lunes por la mañana nos habla mi abuela para decir que Ruby había muerto, aún no sabemos si murió por follarla tanto o por alguna otra cosa, lo que si es que estábamos muy agradecidos de que fuera nuestra puta por varios meses de mucho placer…
Uffff, que delicia de relato, mucho morbo y muchísima excitación, si me excito tu relato ojalá tengas algo más que contar, ya que si me des leche con lo contado, saludos… 😁 😁
Muchas gracias..
los entiendo que es rico cojer perras. yo lo hago una vez por semana. soy de caracas-venezuela
El relato es verídico, son vivencias personales, después lo hice otra vez que luego lo contaré en otro relato. Saludos..
Invitame, pero es tuya o de un familiar como Ruby, cual seria la causa de la muerte de Rubi, sera que llevo mucho huevo
Buen relato y yo solo una vez penetre una perra pitbul de fue rico
si se murió pues es tiempo de criar otra perra cachorra y pues lo que sigue verdad