Sexo con una Hembra de Chimpancé
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Fray_Pendon.
Sexo con una Hembra de Chimpancé
Después de más de tres días de viaje por fin llegue a casa de mi amiga Estrella, en el centro del África negra de donde es originaria, allí me presento a sus padres y a sus hermanos y hermanas, ella y yo nos conocíamos desde que estuvo estudiando en España y nos presentó el hijo de una conocida de mi madre, desde entonces fuimos casi inseparables, y tuvimos muy buenos momentos de convivencia, lo que nunca conseguí muy a mi pesar fue llevarla a la cama, ella decía que quería llegar virgen al matrimonio y por más que le decía que eso ya no se estilaba, siempre me contestaba que en su país si era importante.
Al llegar a la casa acompañado por un chofer que había ido a buscarme a la capital, llegaron las presentaciones, y tras estas, Estrella me acompaño hasta la habitación que sería la mía durante toda mi estancia en aquel casi palacio donde vivía, también nos acompañó una criada negra y joven que llevaba mis maletas, y que aunque quise ayudarla no lo consintió, también nos acompañaba una de las hermanas de Estrella, al llegar a la habitación entramos todos, Estrella me dijo que la criada se dedicaría solamente a atenderme a mí, esta, después de dejar las maletas salió de la habitación mientras yo la miraba con ojos casi de cordero degollado, lo que provoco unas risas entre Estrella y su hermana, a lo que me dijeron que si quería tener sexo con ella solo tenía que pedírselo, yo sorprendido les dije que no sería tan sencillo, pero ellas insistieron en que así seria, puntualizándome que si quería la llamaban y le pedían que se desnudara, yo me negué y tras hablar un rato de tiempos pasados las dos mujeres se marcharon y me quede solo en la habitación.
Al poco rato entro la criada sin llamar y empezó a sacar la ropa de las maletas, yo le pregunte. ¿Cómo te llamas?
Akinlana señor. Me contesto ella.
Yo le volví a preguntar. ¿Y qué significa ese nombre?
Ella me contesto. Valiente, eso significa señor.
Yo ya no le volví a preguntar más, estaba bastante cansado y tenía necesidad de un buen baño o una ducha reconfortante, me dirigí al cuarto de baño que tenía en la misma habitación, me desnude mientras se llenaba la bañera para darme un baño, pues decidí que me relajaría en la bañera, aún no había terminado de entrar en la bañera cuando Akinlana entro en el cuarto de baño y me ayudo a sentarme en el fondo de aquella enorme bañera, cuando la vi, me quede petrificado, se había desnudado antes de entrar y estaba ya arrodillada y echándome agua por encima para bañarme ella, me frotaba con delicadeza con la esponja que tenía en una de sus manos, y con la otra me acariciaba la polla y los testículos, esa mujer tenía un cuerpo monumental y era muy bonita, le dije que me acompañara en el baño y ella se metió en la bañera conmigo, enseguida me hizo levantar un poco el culo del fondo para ponerse ella por debajo y así hacerme sacar la polla del agua que ya la tenía fuerte y dura, sin darme siquiera cuenta se la metió en la boca haciéndome una mamada impresionante, cuando casi me iba a correr lo dejo y me miro sonriente pero sin decir ni un apalabra, se levantó, estiro el brazo para tomar un preservativo que había dejado en la esquina de la bañera, me lo coloco y se sentó sobre mi polla dura como una piedra y yo excitado en exceso, se movió con rapidez y le note como disfrutaba teniendo mi polla metido hasta el fondo en su coño, pronto empezó a gemir con fuerza mientras nos corríamos los dos, después se quedó quieta durante un rato y luego se retiró, me quito el preservativo y me lavo bien, luego termino de bañarme y cuando salí de la bañera también me seco, después se secó ella y se vistió, yo me estire sobre la cama desnudo pensando en lo bien que lo iba a pasar en esos días que estaría en la casa de los padres de Estrella, pensé en que quizás no fallaría con ella, pero que con Akinlana me hartaría, pues si seguía lo que me habían dicho las dos hermanas, Akinlana podía estar siempre conmigo en la habitación y follar todo lo que quisiera, ella termino de colocar la ropa y se marchó no sin antes decirme que lo había pasado bien y que cuando quisiera que la llamase.
Al abrir la puerta para salir se encontró con la hermana de Estrella que había venido a ver qué tal lo llevaba, no había picado en la puerta por que se encontró que estaba abierta por la salida de Akinlana, al verla me sorprendí y me tape como pude para que no me viese desnudo, ella me indico que me esperaba afuera y salió cerrando la puerta tras de sí, yo me vestí y salí para ir al salón donde pasaríamos un rato antes de cenar, después de la cena, un rato en el patio respirando aquel aire tan diferente al que yo estaba acostumbrado, y pronto me retire para acostarme, estaba cansado y no le pedí a Akinlana que se quedase conmigo un rato, preferí dormir y coger fuerzas para los días siguientes, el viaje había sido largo y pesado y ya hacia meya en mí.
No sé cuánto hacia que me había acostado, dormía sobre la cama destapado y desnudo, unas manos ásperas acariciaban mi polla y ya casi la tenía total mente tiesa, cuando abrí los ojos y me asuste, di un grito y me senté en la cama casi temblando, la luz que entraba por la ventana me dejo ver a aquel chimpancé que parecía que se sonreía y tenía en una de sus manos un consolador, junto a ese animal estaba la hermana de Estrella que se reía a carcajadas y que con un dedo en mis labios me indicaba que no gritase, ella vestía un camisón blanco transparente, tras él, se veía perfectamente su cuerpo de ébano desnudo, en voz baja me dijo que si quería tener una buena sesión de sexo que le dejara hacer a la hembra de chimpancé, que ella volvería a buscarla antes de que la echasen a faltar, aun así, también me dijo que si quería se la llevaba, yo, sin siquiera reaccionar ni entender nada, le conteste que se marchara sola, ella se levantó de la cama y se marchó dejándome allí con la hembra de chimpancé.
Al quedarnos solos aquella hembra se sentó ante mí y lo primero que hizo fue meterse el consolador por el coño y darle marcha, después se echó para adelante y cogió mi polla con una mano mientras con su lengua la lamia casi con más delicadeza que una mujer, después empezó a sorberla para que engordara deprisa, parecía que no era la primera vez que lo hacía, ante mi sorpresa cuando ya tenía yo la polla grande y fuerte, saco no sé de dónde un preservativo y me lo coloco, después se sacó el consolador de su coño y se sentó encima de mi metiéndose mi polla hasta lo más hondo de su coño, empezó a moverse con delicadeza mientras parecía que se reía y que disfrutaba casi más que yo, después empezó a darme besos por el pecho y por el cuello sin dejar de moverse, cuando noto que me estaba corriendo empezó a apretar hacia abajo y como apretando el coño y cerrándolo, hasta el punto, que casi me hacía daño el subir y bajar continuo que tenía, después ya se retiró, me quito el preservativo, y siguió lamiéndome el pene para limpiarlo, mientras se volvía a colocar el consolador en el chocho y hacia que con mi mano le diera para dentro y para fuera pero con mucha rapidez y con fuerza, la chimpancé seguía chupando y lamiendo mi polla con mucha suavidad hasta que hizo que me corriera otra vez pero esta vez en su boca.
Justo cuando me estaba corriendo entro otra vez la hermana de Estrella, me asuste pero ella no dijo nada, la hembra de chimpancé termino de limpiarme con la lengua toda la corrida y se quitó el consolador, después se puso al lado de ella y la cogió de la mano, ella me dijo que si quería ver a la chimpancé disfrutar que la próxima vez le comiera el coño y después me la follara sin preservativo, yo me encogí de hombros y no fui capaz de decir nada, ellas se marcharon y yo fui a darme una ducha.
Al salir del cuarto de baño Estrella estaba sentada en un lado de la cama, cuando me vio me pregunto. ¿Ha venido a visitarte Kuka?
Yo le pregunte. ¿Quién es Kuka?
Ella me contesto. La hembra de chimpancé de mi hermano pequeño.
Yo le conteste. Sí, me la ha traído tu hermana.
Ella se levantó y se acercó a mí, me dio un beso en los labios mientras me cogía la polla y después me dijo. Ahora pronto podrás follarme cuando quieras, pero también quiero que este Kuka en alguna ocasión.
Aprovechando el comentario le pregunte. ¿Por qué Kuka hace usar preservativo?
Estrella me contesto. Es porque mi hermano se lo enseño de pequeña y tiene costumbre ponerlo.
Yo guarde silencio, por mi mente empezó a pasar lo que me gustaría hacer con Kuka y con Estrella mientras ella se desnudaba y se acostaba sobre la cama, como en tantas ocasiones en el tiempo que estuvimos juntos, me acosté junto a ella y nos abrazamos, solo nos limitamos a recordar viejos tiempos, acompañados por algunos besos y algunas caricias.
La mañana se presentó interesante, tras el desayuno, Estrella, Akinlana y yo nos marchamos en un todoterreno de la zona a visitar parte de las propiedades de la familia de Estrella, Akinlana conducía el vehículo y nosotros viajábamos junto a ella, yo estaba en el centro de las dos mujeres, hablamos de muchas cosas, y lo pasamos muy bien, pero regresamos pronto pues teníamos que comer en la casa, luego, tras la comida me retire a mi habitación, aun no me había quitado la camisa, cuando la puerta se abrió y entro Akinlana con Kuka la Chimpancé, sin mediar palabra Akinlana se desnudó mientras Kuka se subía a la cama y se colocaba como si de una mujer se tratara, se sentó sobre la almohada con la espalda apoyada en el respaldo de la cama, como sonriendo y con las piernas abiertas mientras parecía que se estaba masturbando, yo casi cortado y algo confuso aun no me había quitado los pantalones, pero ellas en pocos segundos empezaron a acariciarse y a besarse como si de dos lesbianas se tratara, con la diferencia de ser una mujer y una hembra de chimpancé, en poco rato me anime y entre a participar en aquel juego que sexo y zoofilia que me ofrecían las dos, Akinlana me hizo tumbar boca arriba y empezó a hacerme una buena mamada mientras Kuka acerco su coño a mi boca y me lo pasaba despacio como diciéndome que se lo comiera, cosa que hice casi al instante, enseguida se cambiaron de lado las dos y Kuka se sentó sobre mi metiéndose mi polla en el coño mientras Akinlana se colocaba sabré mi con su coño en mi boca, no recuerdo cuando ni cómo ni siquiera las veces que me corrí aquella tarde, solo recuerdo que folle con la hembra de chimpancé mientras mi cuerpo me lo permitió, y que lo único que hice con Akinlana, fue comerle el coño cada momento que me apetecía.
Llevábamos quizás tres horas o más metidos en tarea, cuando se abrió la puerta de la habitación y entro Estrella, al vernos se carcajeo y se sentó en un pequeño sillón que había en la habitación, Akinlana parecía que no la había visto, y Kuka ni se inmuto, parecía que solo yo me había dado cuenta de su presencia, pero la excitación era tal en mí, y lo estupendo que me lo estaba pasando, que no me importo que Estrella nos viera.
Pronto Estrella quiso tomar partido en la contienda y se desnudó, se acercó a la cama y empezó a morrearse con Akinlana mientras se colocaba un poco sobre mí con el culo hacia Kuka, enseguida, Kuka se agacho un poco y empezó a comerle el coño a Estrella, pero sin dejar mi polla libre, Kuka se la había metido nada más ponerse sobre mí, y no se la había sacado en todo el tiempo, yo ni sabía si la tenía tiesa o la tenía flácida o baja, aquella hembra de chimpancé apretaba de tal manera su coño, que no dejaba que se escapara, y en ocasiones yo sentía hasta dolor.
Ya eran casi las nueve de la noche cuando Akinlana y Kuka se marcharon de mi habitación, no sin antes darse ella una ducha y lavar bien a Kuka, Estrella y yo, que también nos habíamos dado una ducha, nos quedamos un rato más en la habitación hablando, a las nueve cenábamos, ella me pidió quedarse aquella noche conmigo, y yo acepte de buen grado, pues sentía por ella mucho más que amistad y deseo, aunque me había dado cuenta que estaba siendo un juguete nuevo, al que había que aprovechar mientras no se rompiera, y durase lo que durase.
Mis días de estancia en casa de los padres de Estrella, fueron pasando más o menos igual que el primero, folle con Kuka casi cada día, pero nunca solos, y con Akinlana follaba todos los días, pero llego el día de mi partida y aún no había follado con Estrella, aunque si le había comido el coño, pero eso ya se lo había hecho alguna vez en España.
La última noche llego antes de lo que hubiera deseado, el hermano pequeño de Estrella me dijo que me podía quedar toda la noche con su hembra de chimpancé si quería, yo sin contestarle, tome a Kuka de la mano y me la lleve a mi habitación, entramos y cerré la puerta con el pestillo, había decidido que aquella noche no me fallaría a estrella aunque me lo pidiera de rodillas, en los días que lo intente, siempre me había dado excusas tontas, así que hice subir a Kuka a la cama y me desnude, luego me acosté junto a ella y empecé a comportarme con ella como si de una mujer se tratara, empecé a besarle las tetas mientras con mi mano le acariciaba el chocho y le metía un dedo, mientas con otro buscaba si como una mujer tenía clítoris, cosa que si encontré pronto, mi polla se fue poniendo en forma, esta vez sin permitir a Kuka que me la tocara, simplemente con la excitación y el morbo que me daba el pensar que por fin estábamos solos la hembra de chimpancé y yo.
Enseguida me di cuenta que Kuka sabia comportarse como un ser humano, parecía más una mujer complaciente y deseosa que un chimpancé, follamos los dos solos durante largo rato, su coño en ningún momento me apretó más de la cuenta, como hiciera cuando estaba Akinlana o Estrella, y hasta quise creer que ella también disfrutaba follando, tras correrme dos veces, nos dormimos un rato, pero pronto me desperté pensando que aquello nunca más lo volvería tener, que al día siguiente me marcharía y todo quedaría en el recuerdo de algo que nunca regresaría, así que nuevamente me volví a abrazar a aquella chimpancé, y volví a ser aquel animal que parecía que a ella le gustaba, volvimos a follar otras dos veces, luego, ya si rendido, me dormí hasta que unos golpes en la puerta me despertaron.
Me levante y me tape un poco para abrir, era Estrella, venía con un camisón de gasa transparente y tras él, su precioso cuerpo de ébano totalmente desnudo, entro sin hablar y sonriendo, se quitó el camisón, se acercó a la cama e hizo que Kuka se bajara, después se tumbó boca arriba con las piernas abiertas enseñándome bien el coño.
Yo la mire en silencio y algo serio, mientras me decía.- Ven follame no quiero que te marches sin tener lo que tantos años esperas.
Yo serio le conteste.- Si en tu próxima vida eres una hembra de chimpancé, entonces te follare, pero en esta vida mi polla no entrara en tu coño.
Aquel día emprendí el regreso a mi querido país, los recuerdos son muchos y muy buenos, pero los que más me gustan son los que he contado en este escrito, será por vicio, o porque realmente es lo que más recuerdo.
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