Sexo con una perra por la noche
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por josesexi10.
Al verla luego llego a mi mente ese deseo de poder cogermela y creo que ese día estaba de suerte pues me encontraba a media madrugada, y las calles estaban desiertas. Me acerque a ella y empecé a acariciarla a lo que la perra, muy mansita se dejo apapachar. Entonces pensando ya en lo que deseaba, voltee a todos lados para ver que nadie me viera y le hable para que me siguiera.
Ella respondió de buena manera y me siguió muy contenta sin imaginar lo que le tenía planeado. Me fui caminando por un caminito de terraceria que iba a un terreno baldío enorme donde hay muchos arbustos y esta casi tupido de árboles.
Cuidando que nadie me viera entrar ahí, me introduje hasta lo más profundo del terreno junto con la perra y estando ya seguro de que nadie sospechará mis planes, empecé a acariciarla nuevamente y trate de tumbarla pero no pude a la primera ocasión, pero al segundo intento lo conseguí y empecé a acariciar su panza muy calientemente. Poco a poco guié mi mano hacia su concha que por cierto estaba algo grande pero apretada y muy reseca. Escupí mi saliva en su cuevita varias veces y poco a poco empecé a masturbar a esa linda perrita.
De primero se resistió pero después se empezó a tranquilizar y a relajarse y al cabo de 5 minutos de constante dedeo, su picha estaba como horno de pan: “calientísimo”. Aquella picha angosta y seca ahora era un caluriento pozo donde escurrían líquidos deliciosos, ya estaba tan dilatada que entraban tres de mis dedos en su picha. La perra no hacia otra cosa mas que jadear y respirar rápidamente, mientras yo sentía en mis dedos unas pequeñas contracciones que me indicaban que ya era hora de meterle mi pito duro que por cierto, ya le escurría unas gotitas de liquido.
Yo estaba muy nervioso y a la vez desesperado por cogermela y sin pensarlo mas, me desabroche el pantalón y saque mi verga del bóxer. Para este entonces la perra estaba de pie y yo hincado y apuntando mi cabeza de la brega en su picha caliente, empuje lentamente sujetando con la otra mano el cuello del animal. Poco a poco fue entrando mi verga en su pichita deliciosa y la perra solo respiraba cada vez más y más rápido y agitado. Sentí un calor riquísimo en mi glande, su interior era tan húmedo, caliente y apretado que yo gemía de placer.
Empecé a bombearla lentamente para no venirme pronto, a cada metida que le daba sentía esas enloquecedoras contracciones vaginales que me hacían delirar. Al principio solo le metía la mitad de mi verga pues el animal se quejada y se quería despegar de mi verga, pero al pasar de los minutos, como que empezó a sentirla muy rica y me dio la confianza de empezar a embestirla con toda mi carne. Al final eran tan violentas mis penetraciones a su panocha que la perra se doblada de las piernas y quejia de dolor, pero a pesar de eso ya no se quería alejar de ahí, al contrario, se empujaba hacia mi como diciendo “dámela todo, quiero tu verga”.
Estuve gozando con si picha caliente por unos 15 minutos cuando sentí que me quería venir y comencé a bombearla rápida y profundamente para luego acabar cocheandole toda su vagina con mi leche. Al terminar, le acerque mi verga a su hocico y empezó a lamer el semen que había en ella.
Después me levante, me abroche el pantalón, me sacudí las rodillas y me fui del lugar, solo que en este caso, la perra me empezó a seguir lo cual me incomodo y la espante para que se fuera.
Fue así como sin pensar lo que ocurriría en esa noche, me trae buenos recuerdo. Para ser sincero, hoy estoy solo en casa, y tengo planeado ir a buscar a esa perra pues traigo el chile muy duro y caliente, deséenme suerte amigos!!
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