Tercer relato violador de perras.
Les dejo mi tercer relato, esta vez violando a una perra vieja sumisa del barrio..
Les cuento mi tercer relato, de cómo viole a una perra negra vieja, pertenecía a una señora a la cual le hice unos trabajos de jardinería.
Bueno, como todo adicto al sexo zoofilico hombre perra, siempre andaba buscando hembras, las tenía guardadas en mi mente, dónde vivían y sus avitos diarios de ellas y de sus dueños si es que tenían.
Había una perrita negra gorda de tamaño medio de altura, era muy sumisa ya que varias veces le hice cariños en su cabeza a través de la reja de dónde vivía. Ella era de una señora mayor jubilada que sus hijos la venían a buscar a su hogar para que pasará los fines de semana con ellos. Un buen día me la topé ella estaba regando el jardín y yo pasé por frente y le comencé a dar charla hasta que en todo eso la convencí para limpiar y ordenar su jardín de malas hiervas y basuras. Ella me tomó confianza y un día viernes fui a trabajar en la tarde, ahí estaba la perrita pasaba y se hechaba cerca, yo no podía dejar de mirarle el culo deceoso de tocarla, pero no podía hacer nada aya que la señora estaba ahí mismo. Me demore en el trabajo de limpieza y ella me dijo que sus hijos la iban a pasar a buscar al otro día para pasar el finde con ellos, ahí ella me pasó las llaves de la puerta del jardín diciéndome que fuera al otro día a terminar el trabajo, yo obviamente accedí sin más reparos.
Bueno al otro día, me levanté temprano, yo casi no dormí esa noche pensando en que tal vez podría follar esa perra. Llegué a la casa pero la señora aún estaba ahí arreglada y lista para irse, cuándo llegan a buscarla, nos despedimos y se fué tranquila, yo ya tenía el corazón acelerado no dejé que el el auto llegara a la esquina y me dirijo directo dónde estaba la perra que estaba bajo unos árboles hechada, ella meneaba la cola sin mostrar signos de miedo o bravura, así que comencé a hacerle cariño, le comencé a rascar el vientre y ella levantó una pata dejando ver su vulva, era grande inchada se la toqué y ella ahí quieta sin hacer nada. Ya en ese entonces solo quería penetrarla, mi pene ya estaba escurriendo líquido preseminal. La tomé y la dirigí hasta el fondo de la propiedad dónde tenían un pequeño huerto y bastantes plantas y árboles. Ahí busqué el mejor sitio y comencé mi labor. Primero me bajé el pantalón y el boxer, mi pene ya estaba listo, este ya está acostumbrado a coger perras, la perra estaba quieta no movía ni una pata me puse atrás y le comencé a meter la verga de a poco, me costó al principio pero ya de varios intentos le entró la cabeza, luego la mitad y ahí llegué al tope, dónde está el anillo de las perras, quienes han fallado perritas sabe de lo que hablo, ahí me chocaba la verga pero era tanta mi calentura que seguía pujando y pujando hasta que la perrita comenzó a gemir como un poco de dolor, mi pene. Comenzó a entrar un poco y derrepente se sintió como un salto y entró, la perra intentó sacarse ya que le dolió pero la tomé firme y no la dejé suelta, seguí pujando y comencé a bombear esa vagina apretada, la perra gemía al principio,pero luego de un rato empezó a jadear tal vez ya le empezaba a gustar. Así estube poco tiempo ya que estaba tan caliente y apretada que me hizo derramar mi semen adentro, cómo es se costumbre dejé mi verga adentro hasta que dejará de palpitar y dejó de estar erecta, ahí se la saqué, pero no le escurría el semen, la solté y ella se hechó jadeando. Yo me limpié un poco y me mojé con la manguera y continúe el trabajo de jardinería. Lo avance bastante deje bien limpio todo. Ya como al Medio día, tenía todo listo y mis ganas de violar recargadas. Así que busque a esa perra y esta vez me desnudé completamente, levanté el cula de la perra y comencé a meter nuevamente mi verga en su vagina, está ves le entró más fácil, ya que estaba un poco dilatada y lubricada por mi semen anterior. Ahí comencé a bombear lentamente hasta que mis testículos chocaban con su vulva, comencé a empujar y meter lo que más podía ahí le dejé la verga bien ensartada, la perra jadeaba de nuevo, era muy sumisa y tranquila, era una buena perra, ideal para violarla, está vez comencé a hacer algo distinto a otras veces, le daba. Mete y saca o bombeo y luego paraba un rato y así continúe, estuvimos así mucho tiempo talvez fácilmente una hora. Ya que cuando sentía que quería eyacular paraba hasta que se me pasaba y continuaba luego bombeando.
Ya de tanto tiempo haciendo eso no aguanté y le dí hasta derramar mis gametos en ella, mi semen salió y en mi mente quería dejarla preñada.
Ahí quise sacar mi verga pero algo ocurrió algo que cambió mi manera de coger con perras para siempre, ya que al estar tanto rato adentro de ella y el anillo de su vulva me apretaba la mitad del pene, al momento. De querer sacarlo libremente como siempre, no pude y sentí un tirón fuerte para sacarlo aparte que lo pene estába flasido y de la mitad para adelante inchado. Cuando tiré para atrás hasta la perra gimió y yo también ya que fue un tirón notorio.
Eso me dejó pensando y analizando, ya qu aquel día prendería a abotonarme a las perras. Pero eso para otro relato.good bye
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