Tercera experiencia zoo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En una finca vecina a la de mis papas vivía otro señor que tenía una burra aun todavía pequeña, creo que tenía como un año y medio de edad es decir era todavía pollina, después de haber tenido sexo varias veces con la oveja decidí cambiar de gusto ya que esa pollina seria la nueva morada de mi pene, como es costumbre en mi región la gente del campo baja a la población más cercana a comprar víveres; desde el día sábado hasta el día domingo, nuestro vecino quiso facilitarme las cosas y el sábado por la mañana fue hasta nuestra finca para recomendarnos sus animales mientras el regresaba del poblado, por lo cual y sin ningún reproche acepte hacer esas labores con gusto, a eso del medio día le dije a mi papa que me iría a la finca del vecino para darle agua a los animales y encerrarlos en los corrales una vez cayera la tarde.
Terminadas las labores y caída la noche lleve a la burrita para la casa de mi vecino la cual tiene un patio encerrado con una tapia de pared de barro como de dos metros de alta y cubierta con tejas plásticas, esta comunicaba al exterior con un portón de madera inmenso, una vez adentro cerré el portón y coloque una tranca en madera, luego lleve a la burrita y la ate a una columna del corredor.
Comencé a acariciarle las téticas con una mano y con la otra a sobarle la panocha, la burrita como es lógico se sentía incomoda y se movía, me dije: no se me va a escapar esa panocha porque oportunidades como esta no se dan todos los días, conseguí una panela y comencé a darle pedacitos y seguí sobándola suavecito, la burrita se tranquilizo levanto un poco la cola y se dejo sobar su panocha.
Después de unos 10 minutos comencé a sobarle el clítoris que se encuentra ubicado en la parte inferior de su vagina, fue cuando abrió un poco las patas y comenzó a abrir y cerrar los labios vaginales y segregar una sustancia como viscosa, le introducía mi dedo hasta donde más podía, la burrita se puso a mascujar por lo cual saque mi pene se lo coloque en la entrada de su vagina, mmmmmm que rico ese calorcito suavecito que se sentía, le fui metiendo mi verga despacio hasta el fondo, sentía el calorcito de la entrada de su vagina en mi abdomen y comencé a bombear primero despacio, mas rápido y más rápido por espacio de unos 15 minutos, se sentía unos leves apretones de sus labios vaginales por lo cual no pude mas con mis emociones y le deje mi leche dentro de su relativamente pequeña vagina, me le recosté suavecito encima de ella esperando que mi verga se pusiera flácida cuestión que no ocurrió.
Comencé nuevamente a bombear en ese hermoso hueco por unos 25 minutos más, se sentía bastante húmedo, hasta que no aguante más y me volví a venir dentro de ella, repose unos minutos, saque mi pene y vi como le escurría líquidos viscosos de su vaginita, conseguí papel higiénico la limpie le di las gracias con un último trozo de panela, la lleve al potero y regrese a la casa, entre al baño para asearme y sorpresa estaba untado de una sustancia espesa, algo pegajosa y del color que la miel de abejas, y me dije ella también tuvo su orgasmo y me lo dejo de recuerdos.
Después de dormir casi toda la noche a eso de las 5:30 de la mañana me desperté más excitado que la noche anterior, por lo cual invite a mi nueva conocida para repetir mi proeza, a las siete me prepare un desayuno e hice las labores propias de una casa campesina, llegada la tarde llegaron los propietarios de la casa, mi vecino me pidió excusas por las incomodidades causadas, le conteste que cortésmente estaba a su servicio y que cuantas veces me necesitara los fines de semana estaba presto a colaborarle.
Espero les haya gustado mi tercera experiencia con animales.
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