TODO TIENE UN COMIENZO (EL OAXACO)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Y claro que es real lo que les relato, aunque en muchos de los relatos que he leido en la página, se nota bastante fantasía, pero he de decirles que soy respetuoso de cada una de las relatorías, así como de sus autores, el punto principal es sentirnos bien al escribir nuestros relatos sea realidad o fantasía.
Recuerdo haberles dicho en mi relato anterior, como continuaron mis experiencias zoofílicas con la yegûa que llamé Alazana y ésta es muy especial por que tiene un tinte de sorpresa, que hasta esta noche que estoy escribiendo al pensar en ella (en la sorpresa) me llena de vergûenza, pero con la oportunidad que tengo de relatarles lo ocurrido, siento que la vergûenza se ira diluyendo y principalmente para aquellos que práctican la ZOOFILIA no les vaya ocurrir lo que a mi, y les aconsejo que tengan mucho cuidado, sean astutos y precavidos, yo lo fui a partir de esa vez.
Pues resulta que fueron muchas las veces que preferi ir solo por esos lugares del extenso rancho de Don Doro, y todo era por ir a ver a mi amante Alazana, que en cuanto me veia se ponía muy contenta, pues ya sabía anticipadamente el festín de sexo zoofílico que nos esperaba a los dos. Lo primero que hacia al llegar al rancho era buscar el lazo que dejaba guardado en un escondite muy bueno que con antelación había fabricado y en seguida con lazo en mano me echaba a buascar a mi yegûa amante, a mi linda Alazana y la llebava hacia lugares distintos cada vez, pero siempre protegido por abundante vegetación, para hacerle el amor no como la primera vez sino con más ternura, más delicadeza, dandole tiempo para que ella también disfrutara y les digo con certeza de que disfrutaba, disfrutaba y como disfrutabamos los dos, pues no hay vulva mas calientita y buena en abrir, cerrar y apretar que la de mi Alazana y me excitaba demaciado al introducirle mi miembro bien erecto, dejándole como premio toda mi leche, que despues la veía escurrir al expulsarla ella con abrir y cerrar su linda conchita rosadita, dando coces en el suelo para agradecerme el polvo o cogida que acababa de darle.
En una de esas cogidas que le aventé quiero que sepan que le introduje toda mi extremidad superior derecha hasta el codo y vieran como se la comió toda, esta idea me vino al pensar de como podía penetrar tremenda polla de cualquier caballo en esa caverna del placer. Recuerdo muy bien que con los dedos palpe todo su interior y hasta el fondo toqué un punto como un ombligo y era su cuello uterino y le pegué tremenda masturbada que se vino abundantemente hasta orinarse y quedar bien complacida.
Pues bien resulta que en una de esas ocaciones y pienso que por la gran excitación anticipada que sentía por encontrarme con mi Alazana no tomé las precauciones debidas. Y al buscar a mi preciosa yegûita la encontré en un lugar despoblado, le hice como siempre un bosal con el lazo y la conduje hasta un lugar donde estaban estibados unos ladrillos de esos que sirven para hacer las casas, ya estando en ellos me subo para estar a la altura de la conchita de mi linda Alazana, le hago a un lado la cola y le meto de un jalón todo mi mienbro, que estaba muy erecto, duro y a punto de explotar, se le notaba las venas y de como palpitaba al estarlo metiendo y sacando de esa linda vulvita que siempre despedía un olor característico, y mi yegûa amante separaba las patas correspondiendo al saca y mete de mi falo, con un frenético cerrar y abrir de su vulva, que para ese entonces estaba bien lubricada y caliente, me aventaba su trasero hacia mi como pidiendome más y más, sintiendo ya el preludio de la venida (corrida, vaciada) de los jugos sexuales de los dos.
Y entonces viene la sorpresa de la que les hago mención. No se de donde sale una persona y que al verla pasar junto de donde estabamos cogiendo resulta que era conocido, pero él sólo me dijo <<ya te ví>> y siguió su camino, en ese momento me quede sin habla y sin atinarle que decir, paré mi bombeo en la concha de mi Alazana, que me reclamaba seguir haciendolo. Esperé que ese conocido desapareciera del lugar pero sin sacarle mi falo de la concha de mi amante continue la cogida, pero en verdad ya casi sin ganas, sin placer, sólo me urgía el echo de acabar y así fue, terminé de dejarle toda mi leche en su vulva a mi Alazana, que para ella era lo mejor, pues como animal no sentía ninguna pena (bueno eso creo yo).
Tardé en regresar por esos lares para econtrarme con mi Alazana, porque pensaba que ese conocido puediera haber contado lo que vio en esa mañana, pero en verdad era tanto el deseo que sentía por mi Alazana, que aunque pasó un buen tiempo siempre regresé a buscarla y continuamos con nuestro amor zoofílico, claro que ahora con mas cuidado y reservas, hasta que un día ya no la encontré y nunca supe que fue de ella, pero siempre la recordaré porque fue quien me inició en la zoofilia con equinos.
Por esos les recomiendo que tengan cuidado, los que práctican la zoofilia, prudencia y privacidad, se siente bien cabrón que lo descubran a uno y es un estigma que uno carga hasta que puede uno contarlo, para sentirse bien.
También quiero decirles que en esa ciudad de Tapachula, Chiapas., fue mi única experiencia zoofílica, pues me dedique a mis estudios, hasta terminar mi carrera y mis encuentros sexuales que fueron muchos, éstos los realicé con mujeres, entre ellas compañeras de estudio, vecinas de mi barrio, etc, etc., por esos tiempos no se oia del SIDA, sólo de la sífilis, blenorragia, que son enfermedaees venéreas curables (si se detectan a tiempo) que bonito era el sexo, en verdad que si.
Contraje matrimonio después que terminé mi carrera profesional y no pensaba en la zoofilia, para nada, hasta que……………………………………………. en otra ocación les relataré mi reincindencia en la zoofilia que se volvió mas grueza, por lo pronto reciban saludos del Oaxaco (en verdad soy de otro estado) pero tengo que guardar mi anónimato, por mi familia y mi trabajo. Gracias yo se que ustedes entienden y gracias también por sus comentarios y tengan cuidado.
Yo tambien cogia una yegua bueno fui a buscar una burra no les encontre y encontre una yegua y me la cogi.