Toro montó una vaca y me despertó el instinto animal

No resistí ver la monta de un a una vaca y tan pronto pude me tocó clavar a una novilla que estaba en celo.
En mi narración anterior describí la gran mentira de algunos cuando dicen que quedan pegados con una perra lo cual es anatómicamente es imposible, e igualmente comenté mi profesión y lo que yo he sentido cuando penetro culos de aves y hembras de las especies domésticas desde la edad de 9 años hasta hoy en día, nací en 1988, ésta semana que acaba de finalizar el 19 de octubre tuve obreros que estaban ayudando en diferentes actividades, el sábado a eso de las 12 de la mañana ya se habían culminado las actividades y me disponía a pagar a cada uno por el trabajo realizado, estando en esas muy cerca de donde estábamos había una novilla y una vaca en celo y un toro llevaba bastante rato tratando de montar a cualquiera de las dos, intentó con la novilla y ésta no lo aguantó por el peso y salió corriendo, cuando de un momento a otro se le monta a la vaca le mete su clavada, los obreros tiraban risa, hacían mofas, echaban chistes, hicieron comentarios de hombres que practican la zoofilia, realmente alcancé a sentir algo de temor, pero cuando comentaban casos ninguno guardaba relación conmigo, de todas maneras esa novilla me rondaba en la cabeza y no niego que sentía bastantes ganas de clavarla, al finalizar la paga es costumbre brindar un buen almuerzo con una bebida que en Colombia se le llama guarapo, en otras palabras es zumo de caña de azúcar revuelto con agua hervida y fermentado por varios días con cáscara de piña. Cada minuto que pasaba sentía ese incontrolable deseo de clavar esa novilla. Los obreros se fueron y el cuidandero me dijo que lo autorizara bajar al pueblo, accedí de inmediato, en la pura tarde metí las vacas de ordeñe a los corrales, separé los terneros, y sin pensar más con una cuerda enlacé a la novilla, luego la llevé para la manga (lugar donde se vacunan) y la dejé sujeta de manera que no se podía mover, menos recular, como eso es encerrado, aparte que ya estaba llegando la noche y nadie me podía ver, le limpié bien las heces que tenía en la vulva, me quité los pantalones y pantaloncillos quedando la verga con una parola incontrolable, efectivamente estaba en celo porque su vulva botaba bastante flujo cristalino y el rabo lo tenía hacia un lado, me puse a sobar esa deliciosa vulva que estaba bien dilatada, al abrirla se veía rojita y bien jugosa y sobre todo que el toro no le había hecho nada, para ver su reacción le metí un dedo en la medida que le sobaba la parte inferior haciéndola fruncir, sentí literalmente que me recorría como un calor y un hormigueo por todo el cuerpo, me ubiqué en su ancas para luego acomodarle la verga dentro de la vulva, me incliné hacia adelante para evitar clavarla por el culo, y de un solo envión se lo mandé hasta los testículos, la novilla trató de moverse lo cual era imposible, así que se arqueó y trató de elevar el rabo, se lo hice para un lado y comencé a darle verga, lo sacaba lentamente y la volvía a ensartar con fuerza, aparte de los típicos chapoteos, qué vulva tan deliciosa, profunda, caliente y se percibía algunas pequeñas contracciones, duré dándole verga un buen rato hasta que estaba sudando, paré para descansar, al sacarlo se percibía un olor como a orina, carne y algo que realmente no le encuentro descripción pero que era agradable porque le aumentaba el deseo de clavarla, dejando de un lado los temores y escrúpulos, ésta es a la tercera especie que le doy lengua, (cerdas, burras y becerras), lo que lo han hecho saben lo que se siente cuando se acerca la nariz a la vulva, se percibe ese rico olor como a carne cruda, se le abre la vulva y se le mete la lengua, ese primer sabor algo salado y baboso, la novilla se frunce muchísimo cuando se le toca el clítoris con la lengua, duré como tres minutos dándole lengua, cuando no aguanté las ganas, me ubiqué en sus ancas, le acomodé la verga y la volví a ensartar hasta las bolas, que rico se siente esa suavidad y un calor bastante excitante. La emoción era mucha, si bien esa becerra conmigo no era virgen, seguía siendo su único semental, inicié el mete y saca bien acelerado en la medida que me pasaba el efecto del retardante, podía sentir como chapoteaba bastante fuerte. Un buen rato después que no había efecto de RINO, comencé a percibir la rica sensación que produce los espasmos eyaculatorios, aceleré aún más y más hasta que sentí que me venía venia, se lo mandé hasta el fondo y me vine dentro de la novilla, que delicia sentir como desocupaba mi leche en su interior, me temblaban las piernas del cansancio, me recorría calor por todo el cuerpo. Esperé que pasara los impulsos eyaculatorios hasta quedar calmado, mi verga fue perdiendo rigidez hasta que por sí sola se salió toda chiquitica, tanto mi verga como la vulva estaban muy húmedas por el flujo que soltaba, mi verga y las bolas estaban pegachentas, liberé a la novilla y la dejé que caminara, al rato vi cómo le salía semen revuelto con flujo le bajaba por la parte inferior de la vulva, cundía de olor a semen y orina, descansé un buen rato, después llevé la novilla al mismo lugar y le metí otra clavada, antes de terminar de meterle su culiada, yo personalmente y es un fetiche que me gusta, percibí que quería orinar porque se arqueaba y contraía la vulva, de un momento a otro soltó un chorrete, ese puto calor que se siente me hizo eyacular de una, me mojó bastante el abdomen y las piernas pero no me importó porque la lluvia dorada la disfruto muchísimo, al terminar la regresé al corral con las otras vacas, me fui a bañar el cuerpo, al entrar a la ducha estaba lleno de pelos por todo lado, la verga detrás del glande tenía como mocos y tenía un olor fuerte a la novilla. Espero les haya gustado y ya saben, disfruten sin hacerle daño al animal, especialmente a las aves porque ellas no aguantan vergas grandes.