Un suerte de crianza.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Si el titulo y la intro te dejaron dudando, aquí te cuento lo que paso y pasa.
Eh practicado la zoofilia desde mis 15 años y mi primer amor fue una labradora blanca llamada Korín. Al ser yo inexperto pero muy sexoso tenia encuentros frecuentes con ella en la intimidad de mi habitación, ella fue mi primera "novia", me dio mi primer sexo oral y con ella experimente el sexo anal también. Una maravilla hasta que la naturaleza nos separo (RIP).
Pero como no le negué la dicha de ser madre, tuvo una única camada de 6 preciosos cachorros de los cuales me quede con una negrita a quien llame Luna por una marca en su pecho. La crié y entrene con mucho amor y dedicación para que fuera mi siguiente pareja y a su 3er celo la hice mía sin ninguna complicación y ahí empezó otra hermosa relación que duro mucho tiempo. De nuevo deje a mi pareja tener cachorros pero por desgracia se complico y la perdí también, pero sus cachorros, 5 en total, sobrevivieron. Me quede con un cachorro de color blanco pues me recordaba a mi primera pareja.
Al paso del tiempo y al ver crecer al cachorro note que tenia conductas muy similares a sus madre y abuela.
(gracias por tu paciencia XD)
Un día estaba bañando al ahora "adolescente" Niko, cuando limpiaba su cola note que se exitó mucho y muy rápido a lo que me dio un poco de gracia pues aun no era de marcar territorio ni otras conductas de un macho. Empeze a limpiar sus testículos y su ano cuando veo a Niko agachar su cabeza dejando alzada su cola (que "empino" el culo, para mas rápido) y empezó a hacer unos sonidos que reconocí al instante como la suplica que hacían mis ex parejas cuando a tenían mucho tiempo en celo. (Llámenme sádico si gustan pero algo excitante tenia el esperar al "ultimo momento" y pasar toda la noche jadeando en la cama juntos.)
Mi reacción al escuchar ese sonido fue empezar a frotar y acariciar su ano tal y como lo hacia antes, empujado despacio mi dedo enjabonado pero sin penetrar en ese momento. El recuerdo me embargo y cuando, en mi mente, me disponía a frotar donde antes era una hermosa bulba canina, toque sus testículos y recordé que era un macho quien estaba en mis manos. Mas allá de detenerme me atrajo mucho el ver como Niko tenia los ojos cerrados y jadeaba excitado, su pene estaba duro también y estaba muy tranquilo, disfrutándolo diría yo. Se me ocurrió lamer su ano y meter un poco mi lengua del modo que siempre lo hacia en el pasado y al acto Niko empezó a jadear mas aprisa. Sin ningún miedo o duda empece a frotar su pene ya muy duro aun que pequeño para su edad mientras lamia a gusto y profundidad su ano. No paso mucho antes de sentir a mi perrito correrse por primera vez.
Esa noche tenia que saber si lo ocurrido en la tarde fue una casualidad del destino o era algo mas, algo quizá a mi favor.
Acomode una sabana que sabia no se rompería por las garras de mi invitado y saque de mi ropero una botella de lubricante que tenia guardada desde tiempos de amores pasados. Niko pasea y duerme dentro de la casa pero casi no lo metia a mi cuarto hasta ese momento. Verlo entrar con timides fue algo tierno a mis ojos, lo abraze y le acaricie para relajarlo. Entonces me quite el boxer para estar a desnudo por completo y Niko dejo ver lo que yo esperaba ver. Sin mucho o ningun tituveo ninecesidad de animos empezo a lamer mi pene y testiculos sin parar, y al ponerme todo erecto , daba lamidas largas y placenteras a mi hombria. No hace falta decir lo mucho que lo disfrute pues una paja no era comparativa para nada a ese placer. Lo subi a la cama y de nuevo el se acomodo igual que en la tarde y acto seguido empece a devorar su culito y frotar su pene.
En el proceso tambien me anime a besarlo y me correspondio como si fuera lo mas natural del mundo. No lo pense mas y me aplique el lubricante alrededor de mi erecto miembro y de su tentador culo. Me acomode detras suyo y despacio fui empujando hasta merte la punta, a lo que Niko dio un quejido natural de "primera vez". Empeze a mover la cadera despacio, siempre acariciando su lomo y su pene para relajarlo y hablandole con amor, aun que mi cuerpo me pedia a gritos ir mas y mas rapido. Entrado en ritmo empeze a empujar mas adentro y antes de notarlo Niko estaba recibiendo todo mi pene el cual no es una maravilla de 18 pero si un modesto 16. Cuando sus patas empezaron a doblarse, lo puse acostado con las patas al aire cerca del borde del colchon y lo penetre de nuevo en un improvisado y placentero misionero en el que también le frote mas su pene y veia su juvenil semen salir con emoción mientras mi "cachorrito" gemía de gusto conmigo. (Con mis perras descubrí que ellas y ellos también gimen de placer, a su modo claro) hasta que no lo pude contener mas y me deje ir dentro de el sintiendo un placer que por un momento pensé que jamas regresaría a mi.
Luego de salirme de su abierto culo y retomar aire, cargue en brazos a mi nuevo amor y nos dimos un baño sencillo para limpiarnos apropiadamente, tradicion que empezo 2 generaciones antes. Actualmente tengo 22 y mi vida en pareja con Niko es activa y hermosa. Aun asi me quedo esa duda que almenos hasta hoy nunca expuse en este sitio.
¿Creen que Niko es sumiso por alguna suerte de "crianza para zoo" para nada pensada de mi parte al aver orientado asi la sexualidad de su abuela y madre, mis 2 amantes caninas previas, O fue solo una casualidad muy generosa de la naturaleza?
Espero me den una opinion tanto de este relato como de la duda que les dejo al final. Gracias por leer.
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