Una buena casualidad.
Mi primer relato en este nuevo foro. .
Sucedió cuando estaba cursando décimo grado, es decir 5° de secundaria, tenía yo 16 años y no mucha experiencia en la zoofilia, ahora tengo 21 y algo más de recorrido.
Una de la tarde, salí del colegio, no estudiaba muy lejos de mi casa, a seis cuadras. Por esa época era novio de una chica del colegio, siempre nos veíamos al final de clases, ese día también, la esperé en un banco del separador y hablamos un rato, luego nos despedimos con un beso y tomamos direcciones opuestas, como todos los días. Pero a ella nada se le ha perdido por aquí.
A dos cuadras de mi casa hay un centro de atención para ancianos, les dan alimentación, atención médica y juegos, sin embargo no viven ahí. Por esa época estaba recién construido el edificio, que es de una planta, está cercado con malla metálica y tiene dos patios amplios techados hasta la mitad dejando despejado un cuadro de cesped en cada uno, aún el centro no estaba en funcionamiento y no tenía vigilancia, tal vez por eso a alguien le pareció buena idea encerrar a una perra en celo dentro del recinto para evitar que la montaran perros de la calle. Cuando yo pasé junto al cercado de malla me fijé en ella porque se acercó a la malla y chillaba a la vez que movía la cola, me quedé viendola sin detenerme y empezó a seguirme desde el otro lado, fue entonces que noté que estaba en celo, por la vulva inflamada, entendí también porqué la habían encerrado, aún así seguí caminando, dejé de prestarle atención y por curiosidad miré los patios y salones recién construidos, había dos salones con las puertas abiertas y un mesón largo en el pasillo de varios metros de ancho, ahí nació la idea.
Estuve pensando un momento en como hacerlo hasta que decidí escalar la malla, tenía unos tres metros de altura pero no era difícil subir, una vez estaba al otro lado me fui caminando rápido hasta una de las puertas de los salones, la perra me siguió sin despegarse, estando ya adentro me quité la maleta y la dejé en un rincón, luego cerré la puerta, me acerqué al animal que tenía pelaje negro y empecé a acariciarle la cabeza y las orejas mientras yo me tocaba la verga, ella se acercó y empezó a olfatear mi entrepierna y mientras le acariciaba yo la espalda. La perra no era muy grande, era de tamaño promedio, con el pelo largo, estiré la mano hasta tocarle la vulva, estaba chorreando, como es natural en el celo, ella siguió olfateando a través de mi pantalón y yo toqueteandola sin atreverme todavía a meter un dedo en su vagina, así estuve un rato hasta que abrí el cierre del pantalón y dejé salir mi pene, ella se apresuró a olerlo y empezó a lamer el glande, yo la dejé que siguiera mientras me desabotonaba el pantalón y me lo quitaba, en ese momento no se me pasó por la cabeza que alguien pudiera haberme visto entrar y viniera a fizgonear, cuando me hube desnudado de cintura para abajo tome a la perra y le di media vuelta dejando la vulva frente a mí, estaba inflamada y goteaba un líquido rosa, la abrí con los pulgares y empecé a lamerla, su sabor era delicioso, estuve así un rato, introduciendo mi lengua en su vagina caliente y saboreando sus jugos, ella no se movía pero su cuerpo hacía presión hacia mí, yo me senté recostando mi espalda contra la pared y empecé a introducir despacio mi dedo índice en ella, sentí su calor y lo apretada que era, entonces decidí que era tiempo de penetrarla con mi pene, me puse detrás de ella y arrimé mi glande moviéndolo de arriba a abajo, luego la tomé poniendo mi brazo debajo de su barriga y con mi otra mano puse mi pene en su entrada e hice presión, fue entrando despacio, cuando faltaba el último cuarto noté que se hacía mas estrecha y no intenté entrar más por miedo a lastimarla pero ella siguió haciendo presión hasta que hubo entrado todo, empecé un mete y saca despacio, era increible lo apretada y caliente que estaba, era la primera vez que lo hacía con una perra y lo estaba disfrutando mucho, en un momento me detuve y saque la verga para lamer de nuevo su vulva pero ella se dio media vuelta y empezó a lamer mi verga sin darme tiempo, era un placer tan grande que no había sentido nada igual hasta entonces, estuvimos así un rato, dándonos sexo oral el uno al otro hasta que me puse de nuevo detrás de ella para penetrarla, su vulva estaba más lubricada que antes y mi pene entró más fácilmente y al cabo de unos minutos de bombeo me vine dentro de ella echándole adentro todo mi semen que ella exprimió apretándome aún más en un climax de placer, cuando saqué mi pene ella se apresuró a lamer mientras movia de un lado a otro la cola, la dejé que siguiera un rato y luego me vestí, seguí acariciando su cabeza y abrí la puerta para irme, ella empezó a seguirme por el pasillo del comedor y por el patio hasta la malla por donde había escalado para entrar, al verla me di cuenta que quería salir así que fui hasta la entrada que eran dos portones con barrotes amarrados por una cadena sellada a su vez con un candado, hice presión con el pie sobre uno de ellos hasta que hubo espacio suficiente para que ella pasara, cuando estuvo al otro lado se quedó esperándome, yo pasé mi mano que cupo a duras penas por entre los barrotes y le acaricié la frente a modo de despedida y me fui hasta el otro lado del edificio para salir por otra calle (era posible porque la construcción ocupa toda una manzana) para que no pudiera seguirme.
rico y sobre todo muy creible