UNA CERDA FUE MI PRIMER PARAISO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Estando en un sitio solo, al alrededor había gran cantidad, de cultivos de maíz cuando llegó una cerda joven de tamaño pequeño pero con una hermosa, suave y encantadora vagina.
cuando de repente se me vino una gran ocurrente idea, sacarme mi pene que me echaba liga ya que tenía como unos trece años, aprovechando el tiempo me la saqué y luego se la introduje, sin gruñir ni alarmes la dicha cerda se quedó quieta con el pene a dentro, pero esto fue rápido, ya que andaba en ganas que me la cogiera hasta por el ano, pero el gran menso desperdicie esa oportunidad, me fui huyendo del lugar, persiguiéndome la insolente y nueva prometida cerda.
El siguiente día mis primos y una hermana que Vivian juntos iban a clases, y había que caminar una hora para llegar hasta el lugar, mis padres se iban al trabajo, y llegaban hasta en la tarde.-
LUEGO AQUÍ VIENE LO MEJOR:
De mi mente no se apartaba la experiencia que recién había tenido; bueno cuando ya había pasado una media hora, de estar solo, temblando de lujuria.
Fui tomé la cerda del mecate y la llevé a dentro de la habitación, cerré las puertas, e inicié sobando sus tetas luego su endurecida vagina, y se acostó, me acomode por detrás pero con mi verga que parecía acero, me le apliqué saliva, y fui poco a poco ya que era primera vez que le introducían un ,lindo pene o sea primera vez que le hacían el amor ; le introduzco mi pene con gran suavidad, para que todo fuera un paraíso en su reducida vagina y comienzo a meterle y sacarle mi miembro, pero con gran emoción, satisfacción, impresión, delirio, lujuria, sintiendo que era un fuego, el que se había encendido entre yo y ella.
Mi mayor deseo era que fuera eterna esa RELACIÓN SEXUAL entre una linda cerda y un ser humano, si esto es malo, pues seré malo toda la vida dije, a mi poca edad, no quería que nadie llegara a interrumpir mi felicidad porque me iba a sacar de esa gran incomparable placer.
Cuando ya no soporte ese fuego se me vino lo que nunca había sentido, JAMÁS tener bien penetrada hasta los huevos la vulva de una cerda y llenos de inmenso placer unidos con aquella piel que parecía ser de un ángel del cielo con la que estaba unido.
DESVACIANDO MIS HUEVOS DENTRO DE LA VAGINA DE MI NUEVA MUJER; y después del derrame seminal me asuste porque dije "a qué horas la he dejado preñada" en toda mi ignorancia, gracias a Dios nunca hicimos un bebé cerdo.
y los hice cientos de veces, porque mis padres se dedicaban a la crianza de cuches y de ahí en adelante, me las cogía y algunas las desvirgué, solo cuidándome que no me vieran.
Acostumbraba a madrugar y me iba a echarle un buen polvo madrugador cuando todos dormían, las que ya estaban paridas ya me conocían que era su marido el que llegaba por ellas. Y solo me olfateaban.
Llegué a cumplir 42 años y gozando, con cerdas, una vaca, yeguas, burras, un gay que me di para una fiesta, en diferentes lugares, toros por el recto son ricos, hoy ya de edad le cogí una yegua a un primo, y siempre que veo las hembras animales les veo primero la vagina, nunca las dejaré.
Tengo gran experiencia y felicidad que compartir.
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